El Gobierno de Corea del Sur aprobó una iniciativa para ofrecer un subsidio a los ‘jóvenes solitarios’ para que salgan de sus casas y convivan con otras personas. ¿La razón? Millones de niños y adolescentes han elegido renunciar al contacto social y recluirse en sus casas, un fenómeno conocido como ‘hikikomori’.
El gabinete surcoreano aprobó la medida en un intento de evitar que este estilo de vida se extienda. Es una forma de enfrentar el problema de la reducción de la población en edad laboral y de contrarrestar las bajas tasas de natalidad en el país.
Ante ello, el Ministerio de Igualdad de Género y Familia anunció que otorgarán un bono mensual de 650,000 wones coreanos (490 dólares o 10,000 MXN) “para gastos generales” a los jóvenes que accedan a salir de sus hogares.
Lo anterior incluye el pago de cirugías estéticas para corregir problemas como cicatrices “de las que los adolescentes puedan sentirse avergonzados”. También se financiarán programas educativos y deportivos.
La nación asiática adelantó que lanzará otros programas de ayuda para que los “jóvenes solitarios recuperen su vida cotidiana y se reintegren a la sociedad”. en un intento por apoyar su “estabilidad psicológica y emocional, y un crecimiento saludable”.
El ‘hikikomori’ se ha descrito como un fenómeno psicopatológico y sociológico en el que un individuo se recluye en el hogar de manera voluntaria. Esto implica evitar cualquier actividad que implique algún tipo de contacto social como la educación, el empleo, las amistades y, de ser posible, hasta la familia.
El mismo organismo define a los jóvenes solitarios reclusos como aquellos que viven en un “espacio limitado, en un estado de desconexión del exterior durante más de un cierto periodo de tiempo”. En el informe agregan que éstos “tienen notables dificultades para llevar una vida normal”, citando al Instituto de Salud y Asuntos Sociales de Corea.
Se calcula que en Corea del sur existen unos 350,000 jóvenes de entre 19 y 39 años que viven al estilo hikikomori. Esto representa alrededor del 3% de ese grupo de edad y a menudo provienen de entornos desfavorecidos. El 40 % comenzó a recluirse en casa durante la adolescencia, según un informe del Instituto de Salud y Asuntos Sociales de Corea del Sur.
Existen diversos motivos por los que niños y adolescentes toman la decisión de estar más tiempo en sus hogares que fuera de ellos. Entre los factores que propician este comportamiento han detectado dificultades financieras, enfermedades mentales, problemas familiares y problemas de salud.
Los especialistas coinciden en que ser hikikomori tiene efectos negativos para la persona ‘solitaria’.
“Los jóvenes reclusos pueden tener un crecimiento físico más lento debido a una vida irregular y una nutrición desequilibrada. Es probable que se enfrenten a dificultades mentales como depresión por la pérdida de roles sociales y retraso en la adaptación”, dijo el Ministerio, subrayando la importancia del “apoyo activo”.
El subsidio mensual será para jóvenes ‘solitarios’ de 9 a 24 años que vivan en un hogar con ingresos por debajo del promedio nacional. En Corea del Sur, el ingreso nacional promedio es de 5.4 millones de wones (unos 4,165 dólares) al mes para un hogar de cuatro personas. Los propios hikikomori pueden solicitar el apoyo un centro de bienestar local; también sus padres, tutores, consejeros o maestros pueden presentar una solicitud en su nombre.
En el informe, el organismo detalla que planea más acciones, como distribuir pautas a los gobiernos locales, impulsar las redes de seguridad social y los sistemas de detección temprana para jóvenes, así como trabajar más de cerca con instalaciones de bienestar juvenil como refugios o centros de rehabilitación.
Algunas ciudades y gobiernos locales ya cuentan con sistemas similares. En Seúl, la capital del país, existe el llamado ‘Proyecto de Apoyo a la Juventud Reclusiva’. Este brinda asesoramiento sobre salud mental, desarrollo de pasatiempos y capacitación laboral, y preparación para la vida de jóvenes aislados.
