



Carla Barbotó creó una empresa desde cero. Hoy trabajan con ella 160 personas. Su marca de chocolate Paccari está en 40 países. En Ecuador, el lugar de origen de este emprendimiento, tiene siete tiendas físicas y es una lovemark en ese país.
Hace 22 años, en el año 2002, esta emprendedora vio una gran oportunidad en poder crear un diferenciador en el mundo del chocolate. Lo logró. Hoy se reconoce a Paccari como una marca orgánica y Premium. No solo eso. Consiguió hacer “el chocolate más ético del mundo”, avalado por la Ethical Consumer Research Association del Reino Unido.
Conseguir esta distinción no ha sido sencillo. Carla lleva más de 20 años trabajando en la cadena de valor. Ha empoderado al agricultor de cacao pagándole el doble y sin intermediarios. Empezó con 30 pequeños productores y ahora son 4,500 que entregan a Paccari cacao exclusivamente orgánico y de muy buena calidad.
“Cuando empoderas al agricultor, pasa algo muy bueno, te entrega la mejor materia prima y con eso puedes hacer un chocolate de clase mundial”, dice la emprendedora.
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El propósito de esta empresa ecuatoriana es producir un chocolate de altísima calidad y respetuoso con el medio ambiente. Por la voluntad y compromiso que ha tenido Carla con la ética y la sostenibilidad, en 2023 fue nombrada una de las 50 mujeres de impacto por la revista Bloomberg.
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Carla Barbotó siempre quiso tener su propio emprendimiento. Su esposo, Santiago Peralta, trabajaba en un negocio familiar y también quería emprender. A los dos les gusta surfear. Por eso, sus amigos los presentaron pensando en que ambos tienen algo en común y que quizás harían clic.
“Creo que fue muy interesante el equipo que hice con Santiago. Cada uno tiene sus fortalezas y supimos cómo identificarlas. Entonces, hemos ido avanzando con eso muy bien. Aprendimos mucho juntos”, dice Carla, cofundadora y presidenta de la marca de Paccari.
Según datos del Banco de México, en 2020 México importó alrededor de 33,000 toneladas de cacao; y exportó 5,000 toneladas de cacao. Aunque México es conocido por su producción de cacao y chocolate, la cantidad exportada es significativamente menor que la cantidad importada.
“Hemos cambiado un poco la estructura porque en lugar de importar o exportar el cacao, decidimos darle ese valor agregado que se necesita porque distribuye de mejor manera el dinero en toda la cadena de valor”, explica la entrevistada.
Los agricultores no entendían por qué se les estaba pagando más. Entonces les explicaron que querían un chocolate orgánico, de muy buena calidad y respetuoso con el medio ambiente. Paccari forma parte de la Organización Mundial de Comercio Justo y pagan a los agricultores los precios más altos por su cosecha.
El liderazgo de Carla Barbotó ha revolucionado la industria chocolatera al poner el ejemplo en prácticas sostenibles que benefician al medio ambiente, productores y consumidores. “Le damos gran importancia al uso cuidadoso de los recursos naturales y producimos de forma consciente y sostenible”, comenta la entrevistada.
El chocolate de Paccari es orgánico y vegano. No tiene leche ni azúcar o gluten. Es sin soja, sin aceite de palma y sin lecitina. Esta visión innovadora y la perseverancia, ha hecho que Paccari sea el chocolate latinoamericano más premiado del mundo. Tiene más de 400 premios y reconocimientos alrededor del mundo.
“Somos una empresa B certificada que no se centra en los beneficios económicos, sino en garantizar el bienestar de todas las personas que participan en la cadena de valor”, destaca Carla.
En 2018 Carla participó en el World Investment Forum en Ginebra, Suiza para presentar a Paccari como ejemplo de una empresa sostenible y exitosa a escala mundial. En 2014 fue nombrada Mujer del Año por la Revista ecuatoriana Hogar; y reconocida por la revista digital Marketers como una de las Women to Watch Ecuador 2020.
Carla lidera la innovación y desarrollo de Paccari. Para ella emprender no es una carrera de velocidad, sino una carrera de fondo en la cual tienes que ir haciendo dosificaciones en el camino; e ir aprendiendo que tienes una meta mayor, un propósito que te da mucha energía para poder avanzar todos los días.
“El miedo te acompaña, pero no te frena. Nos lanzamos. Hemos puesto muchísimo esfuerzo porque nada se hace de la noche a la mañana. Todo se hace con mucha pasión, tenacidad y ganas de hacer las cosas y seguir aprendiendo. También hay que innovar y ser disruptivos. Nosotros hicimos un chocolate que estaba fuera de lo común”, asegura.
Hoy Paccari es una empresa sólida, pero empezó en un espacio de oficina prestado por la suegra de Carla. Ahorrando costos para estar enfocados en el crecimiento de su negocio. Su abuelita le prestó dinero para su primera computadora. Así que, ha sido un cambio espléndido de 22 años.
Carla combina su éxito empresarial con el de ser madre. Antes de tener a sus hijos, puso todo su esfuerzo y energía en el tema del emprendimiento.
Paccari fue como su primer “hijo”, y le dedicó mucha atención y tiempo, hasta que nació su primera hija y luego su segundo hijo. “La maternidad que uno tiene se va encuadrando con las prioridades”, afirma.
“Cuando mis hijos están conmigo, estoy muy presente. Cuando trabajo, me enfoco al 100% en ello. Esto he aprendido en la vida y me siento equilibrada y sin culpas”.
Si tuviera que darle un consejo a la Carla de hace 22 años sería: “sé perseverante con lo que quieres. Sueña en grande. Valora el camino y date cuenta de que cada paso que das es muy importante para alcanzar un objetivo mayor”.