Mezcal Montelobos, tradición e innovación entrelazados en el espíritu mezcalero
Adéntrate en la inspiradora historia detrás del Mezcal Montelobos, una bebida comprometida con las raíces y tradición de este destilado.
En el corazón de México, en un rincón donde las raíces culturales se abrazan con la inventiva contemporánea, florece mezcal Montelobos. Este destilado se consagró al conquistar los paladares de los amantes de la bebida espirituosa alrededor del mundo.
Sus cimientos se hunden en la pasión por el mezcal y la riqueza cultural de Oaxaca, México. Pero antes de entrar en detalles, sumerjámonos en la historia de esta ancestral bebida.
Historia del mezcal
El proceso de destilación, legado de los españoles y europeos, gracias a los árabes, fue introducido a México en el siglo XVI; se difundió en el siglo XVII y fue de uso común a partir del XVIII. Fue entonces cuando comenzaron a fabricarse y beberse alcoholes destilados en nuestro país. El mezcal, el aguardiente y el tequila corresponden a esta categoría.
El mezcal se produce en casi todos los lugares de México donde hay agaves. Son famosos los mezcales norteños y los de Oaxaca, de hecho Santiago Matatlán, en Oaxaca, es considerada la capital mundial del mezcal.
El tiempo de maduración del agave es de 3 años y se cuece de manera artesanal en un horno de piedra con ocote, mezquite y encino molido. Sin duda una tradición ancestral que vale la pena saborear.
También el mezcal, aunque sea posterior al pulque, tiene su mito: un rayo, al golpear un agave, fue quien hizo la primera tatema. Es por eso que se considera la bebida llegada del cielo. Para hacer el mezcal, se asan las pencas y raíces ya sea en hornos de leña o de gas, o como barbacoa, enterrándose en el suelo.
En los mercados se venden las pencas tatemadas de maguey. Los indios apaches mezcaleros reciben ese nombre porque estas pencas horneadas, precisamente, sin fermentar, fueron parte esencial de su dieta.
Artesanía y sustentabilidad: espíritu del mezcal Montelobos
El mezcal Montelobos lo fundó Iván Saldaña, biólogo especializado en el agave, quien dedicó más de una década a preservar la esencia del mezcal artesanal. De ahí que la visión de Montelobos trascienda las fronteras de la tradición y regale al mundo una experiencia auténtica, inundada de orgullo mexicano.
Es importante señalar que lo que hace que Montelobos sea único, es su compromiso inquebrantable con la producción artesanal y sustentable.
Los productores tienen el compromiso para que en cada botella se nutra de un destilado que atraviesa un proceso meticuloso, impregnado de respeto hacia el entorno. Desde la selección de agaves cultivados de manera sostenible hasta una destilación que busca imprimir características y notas de sabor distintivas al líquido final.
Con este procedimiento se rinde tributo a la madre naturaleza. Este enfoque no solo garantiza la máxima calidad en cada sorbo, sino también la preservación del ecosistema donde el agave encuentra su hogar.
El Alma de Montelobos
En el centro de esta sinfonía de sabores, Montelobos ofrece una selección de mezcales excepcionales que celebran la tradición y la riqueza cultural de Oaxaca. Cada uno cuenta su propia historia y despierta los sentidos de manera única:
- Montelobos Espadín Joven: Este mezcal rinde homenaje al equilibrio complejo, donde se entrelazan los perfiles de sabores básicos del mezcal artesanal: agave verde, agave cocido, humo y fermentación salvaje.
- Montelobos Ensamble: Un mezcal que combina agave Papalote con agave Espadín y Tobalá, creando una explosión de sabores contrastantes con cuerpo y acidez, resaltando la dualidad del humo y la fruta.
- Montelobos Tobalá: El mezcal Tobalá, originario de Puebla, encuentra su máxima expresión en esta botella. Cocido bajo tierra, fermentado en tinas de pino y destilado en alambiques de cobre, logra un equilibrio perfecto entre las notas herbales del agave verde y un sutil toque ahumado.
- Montelobos Pechuga: Un homenaje a las tradiciones oaxaqueñas con un giro experimental. Este mezcal Espadín, destilado por tercera vez con pechuga de guajolote, frutos de temporada y especias, celebra los ingredientes festivos de la región.
- Montelobos Ancestral: La más reciente joya en la familia Montelobos, un tributo a las raíces ancestrales del mezcal. El mezcal Espadín es molido a mano con mazo de madera y destilado dos veces en ollas de barro, regalando un líquido con notas herbales, terrosas y especiadas.
Sumérgete en el mundo de este mezcal y déjate hechizar tanto por la complejidad de sus sabores. Pero sobre todo, no olvides que “para todo mal mezcal, para todo bien también”.
Por Arturo Cuevas