
La Mega Procesión de las Catrinas volverá a pintar de cempasúchil y maquillaje la Ciudad de México con un recorrido masivo por el corazón de la capital. La edición 2025 se llevará a cabo este domingo 26 de octubre 2025 y arranca en el Ángel de la Independencia. Posteriormente, el colorido contingente recorrerá Paseo de la Reforma, avenida Juárez y 5 de Mayo, para finalizar en el Zócalo alrededor de las 20:30 horas, según la organización y medios locales.
El evento se ha convertido en una “nueva tradición” del Día de Muertos —fiesta reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial— y funciona como imán turístico que dinamiza la economía de hospedaje, alimentos y experiencias.
La Mega Procesión de las Catrinas mantiene el trazo que se ha consolidado como postal de temporada: Ángel de la Independencia → Paseo de la Reforma → avenida Juárez → 5 de Mayo → Zócalo. La salida suele programarse al atardecer y el arribo a la plancha principal de la ciudad ocurre cerca de las 20:30 h, con contingentes caracterizados, bandas, comparsas y carros temáticos. Vías alternas y cortes se anuncian para mantener el flujo peatonal y la seguridad en todo el trayecto.
El auge de la procesión y del Gran Desfile de Día de Muertos detonó un producto turístico de temporada: la jefatura de gobierno reportó 1.3 millones de asistentes sólo en el desfile de 2024, cifra que refleja el interés por actividades complementarias —altares monumentales, ofrendas y museos— que se entrelazan con la Mega Procesión. Esa masa crítica se traduce en consumo de transporte, alimentos, tours y compras en el Centro Histórico.
A escala nacional, la Secretaría de Turismo estimó para la temporada 2024 una derrama superior a 25 mil millones de pesos y una ocupación hotelera cercana a 64%; en CDMX, la SEDECO proyectó 13,121 millones de pesos sólo por Día de Muertos. Estas cifras ayudan a dimensionar el impacto económico que generan eventos como la Mega Procesión en la capital.
El fenómeno no se limita a hoteles. Airbnb identifica que gran parte de la demanda en CDMX proviene de viajeros nacionales y que, en temporada de Muertos, las estancias de corto plazo registran picos por eventos locales. Además, la plataforma ha señalado que muchos anfitriones activan su espacio “durante un evento local” para obtener ingresos extra, lo que coincide con fines de semana de alta demanda por desfiles y procesiones.
El Día de Muertos fue inscrito en 2008 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este sello impulsa la visibilidad global de las celebraciones y fortalece su narrativa cultural, lo que atrae a medios y viajeros que llegan a la capital buscando vivir la experiencia de cerca: maquillaje de catrina, ofrendas y recorrido por el Zócalo y Reforma. La Mega Procesión capitaliza esa exposición con un formato abierto, gratuito y altamente fotogénico.
La recomendación es anticipar llegada y revisar cortes viales sobre Reforma, Juárez y el primer cuadro. En ediciones previas, Seguridad Ciudadana ha sugerido rutas alternas y asistencia de personal en cruces; recuerda usar transporte público (Metro y Metrobús) y puntos de encuentro si acudes en grupo. Lleva agua, efectivo para consumo local y respeta indicaciones de protección civil.
Además del atractivo cultural, estas “nuevas tradiciones” extienden la temporada alta en CDMX. Los datos de Sectur muestran aumentos de visitantes y de ocupación en el puente de Muertos; medios económicos estimaron para 2024 que la capital podría rebasar 10–11 mil millones de pesos de derrama por celebraciones asociadas, lo que beneficia a pymes de hospedaje, gastronomía y experiencias. La Mega Procesión funciona como ancla para itinerarios que combinan oferta pública y privada (talleres de maquillaje, rutas de ofrendas, cenas temáticas, visitas guiadas nocturnas).
La Mega Procesión de las Catrinas es más que un desfile: es un motor de turismo urbano que mezcla cultura, identidad y economía. En un contexto de boom turístico de México —y con Estados Unidos enfrentando ciclos económicos disparejos—, la CDMX aprovecha estas celebraciones para atraer gasto, elevar ocupación y consolidar su imagen antes del Mundial 2026, cuando millones de visitantes pondrán la mirada en ciudades sede y capitales culturales.
Preparar operativos, movilidad y oferta de experiencias alrededor de la procesión será clave para convertir la afluencia en beneficio sostenible para los barrios y negocios locales.



