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09-08-2021, 1:53:00 PM

Los emprendedores a los que Arturo Elías Ayub les dijo ‘No me estás invitando al negocio’

Los fundadores de Alysh crearon una máquina expendedora de chamarras.

Benjamín e Isaac Penhos
Benjamín e Isaac Penhos © Cortesía de Shark Tank México

Benjamín Penhos viajó a China a culminar un MBA con el objetivo de poder participar más activamente en el negocio familiar, durante este y otro viaje de negocios descubrió que el canal de ventas a través de vending machines o máquinas expendedoras no solo se utilizaban para botanas o bebidas.

“Estando en China, en mi maestría, vi una máquina donde los estudiantes que estábamos en la universidad podíamos rentar libros, literal podíamos rentar libros en una vending machine. Entonces pensé a ver, si tú puedes rentar libros o escoger un producto en una vending machine, porque no puedes comprar una chamarra como compras un refresco o como compras cualquier tipo de cosas”, explica Benjamín Penhos en entrevista exclusiva.

“Como la garra de Toy Story

Al terminar sus estudios llegó a México con la idea de ofrecer una experiencia diferente a los clientes de Alysh, marca más joven de la empresa familiar del emprendedor, cuyo giro es la moda. Sin embargo, su primera idea iba más hacia un premio que pudieran obtener los clientes en los puntos de venta físicos de la marca como si fuera “una máquina caza peluches”, pero en lugar de ello sería una “máquina caza chamarras”.

“Lo primero que se me ocurrió fue decirle a mis hermanos ‘saben qué, voy a poner como una maquina caza peluches, de esas que tienen una garra como la película de Toy Story. Voy a hacer una maquina caza peluches, pero caza chamarras”, comenta.

La idea era que el cliente que quisiera participar o vivir la experiencia con “la garra” se llevara de regalo el producto que pudiera rescatar de adentro de la máquina.

Imagen: Cortesía de Shark Tank México.

Your color, your vibe?

Benjamín o Benny como le llaman sus familiares y amigos es parte de una sociedad de cuatro hermanos, la cual abarca varios negocios que van desde un bufete de arquitectura hasta el negocio de la moda, en el cual tienen más de 50 años de experiencia.

Sus hermanos estaban encantados con la idea. Sin embargo, esta no cumplía con un principio de los productos de marca de chamarras, el cual es “your color, your vibe”, es decir, “tu color, tu vibra”, el lema de Alysh.

“De esa idea de caza peluches lo que pasaba es que el cliente no podía escoger ni talla ni color, entonces podía recibir cualquier chamarra que saliera de la máquina”, dice Isaac Penhos , uno de los hermanos mayores de Benny.

“Nos dimos cuenta de que cuando la garra escogía la chamarra te daba cualquier color que estaba dentro, entonces no podías escoger tu color y por lo tanto no era la vibra que querías personalizar”, explica Benny.

De esta manera, nació la vending machine de chamarras, la cual cuenta con una pantalla táctil con el objetivo de que, “tal cual una máquina expendedora tradicional”, los clientes pudieran escoger su talla y su color preferido de abrigos o que incluso si no estuviera disponible el producto pudieras comprarlo vía ecommerce en la misma pantalla y pagarlo al instante.

Por otro lado, el objetivo era que los clientes de la marca de ropa obtuvieran sus prendas de una manera easy going o muy sencilla, sin tener que ir a una de las tiendas. Asimismo, consideraron otros asuntos que resolvieron en una tercera generación de máquinas.

“Igual hemos pensando en muchas cosas que podrían pasar derivadas de la venta, como la posventa, si no me queda, si la quiero cambiar, si no me gusta el color, si quiero otra chamarra, otro modelo. Para ello pusimos un QR y un 800 ahí en la máquina para que los clientes pudieran tener comunicación casi directa para poderlos ayudar a hacer el cambio, ya sea en una de nuestras tiendas físicas o por medio de paqueterías”, comenta Isaac.

Alysh es una marca con 50 años en el mercado de la moda, actualmente tiene 10 ubicaciones en la Ciudad de México, y se puede encontrar en las tiendas departamentales más grandes de México. Asimismo, ofrece sus prendas a través de su canal de ecommerce. Hasta el momento, solo cuentan con dos máquinas expendedoras una ubicada en Parque Delta y otra en Polanco.

¿Es una broma?

La producción de Shark Tank México, que se transmite por Canal Sony, contactó a los emprendedores y creadores de la vending machine de chamarras con el objetivo de que participaran en la temporada actual del programa. Sin embargo, al principio Benny creía que alguien les estaba jugando una broma.

Imagen: Cortesía de Shark Tank México.

“Nos buscaron y fue algo muy reconfortante para nosotros, nos buscaron como proyecto innovador y al principio creíamos que era mentira. La verdad es que primero me buscaron a mí porque soy de los hermanos que creó la idea en su momento, y dije no puedo creerlo esto no es real, alguien me está haciendo una broma”, explica.

En el programa Benjamín e Isaac presentaron la tercera generación de máquina expendedora, con más tecnología, lo cual la hace más amigable con el usuario, más rápida y con la capacidad de atender los problemas que detectaron en las anteriores.

Los emprendedores pedían 5 millones de pesos (250,000 dólares aproximadamente) por el 25% de participación. De acuerdo con los hermanos, la idea con este dinero era colocar 10 máquinas en lugares estratégicos y recuperar la inversión con la venta de cinco chamarras diarias.

“Si teníamos 10 máquinas vendiendo cinco chamarras diarias, te da el número perfecto para lo que estábamos pidiendo. A ellos se les hizo un supuesto muy alto y no les llamó mucho la atención”, explica Isaac.

“Lo que más nos iba a ayudar a esto era en la logística de la operación de las máquinas, conseguir  ubicaciones estratégicas, y pues ya teníamos el producto, el producto probado que es muy importante para un negocio”, agregó.

Yo estoy fuera

“La realidad se quedan con el negocio probado y nos invitan al negocio a probar”, comentó Braulio Arsuaga. Mientras que tras una explicación y ejemplo Arturo Elías Ayub agregó: “ya no me estás invitando al crecimiento del negocio, ya me estás haciendo pagarlo desde antes… Cuando quieres ser tú el único que gana y dejas a tu socio fuera del posible crecimiento y de la utilidad, pues ya no estuvo padre para el socio, por esa razón yo estoy fuera”.

Imagen: Cortesía de Shark Tank México.

“Creo que es importante lo que dice Arturo, como dijeron que no estamos en el negocio de las chamarras y solamente de la distribución, ni de las máquinas, por ese caso yo también estaría fuera”, comentó Arsuaga.

Los emprendedores recibieron consejos de los tiburones sobre el planteamiento del pitch, y lo que podrían ofrecer en un futuro a diferentes inversionistas e incluso expresaron la posibilidad de hacer negocios con ellos en un mañana.

“La verdad es que no invirtieron, nos ofrecieron consultoría, entiendo que los sharks tienen un calendario bastante amplio, bastante difícil, y la verdad es que estamos muy contentos de haber participado, hablo de manera personal, estoy muy contento de haber participado, creo que mi hermano también. Una experiencia la verdad reconfortante, aprendí muchas cosas, aprendí que no siempre eres el único que crees lo que tienes que crees, aprendes muchas cosas”, dice Benny.

Mirar desde otro ángulo

Tanto Benjamín como Isaac están abiertos a ofrecer su idea a otros giros de negocio como por ejemplo: pastelerías y gimnasios.

“Muchas veces tú estás haciendo algo por un lado y de repente cuando ves hacia otro lado te sale al revés. Nosotros estamos haciendo la máquina para nuestras chamarras pero creo que una pastelería puede llegar y decirnos oye te invito a vender los pasteles y mis mejores  horarios de ventas son en la madrugada, pero no puedo tener abierta la tienda porque es un caso doble de empleados, renta y luz”, explica Isaac.

“Lo que también queremos que cualquiera que quiera vender algo lo pueda hacer, que se acerque con nosotros y poder vender lo que se requiera en máquinas”, culminó.

Historias de emprendedores Shark Tank Mexico
autor Comunicóloga y Maestra en Narrativa y Producción Audiovisual egresada de la Universidad Panamericana. "Me gusta contar historias" es una frase que digo muy a menudo. Persona con fuertes convicciones de un mundo mejor, lectora.