



Los esquites y elotes son antojitos emblemáticos en la vibrante, caótica y amada Ciudad de México, que al caer la tarde aparecen en sus calles decenas de puestos para deleitar paladares de locales y visitantes. Sin embargo, pocos son los que han alcanzado la fama y distinción de “Esquites Don Josué”, en la colonia Narvarte.
Al pasar por Xola y Eje Central, cada tarde, es muy común ver una larga fila de gente esperando por su preparado de maíz. La familia de Don Josué mantiene viva una tradición que nació en 1977, combina sabor y creatividad y está inspirada en la riqueza de la gastronomía nacional.
El secreto de la fama de este negocio ha radicado en sus sabores distintivos, pues “Esquites Don Josué” usa ingredientes como costilla, longaniza, tuétano -la estrella del lugar- tocino, suadero y camarones (de los grandes). Don Josué y su esposa, Doña Santa, decidieron incorporarlos a su oferta, ya que querían ir más allá de los esquites tradicionales y no se equivocaron…
Sus combinaciones rápidamente conquistaron el paladar de las y los clientes y no solo atrajeron a una clientela fiel, sino que también posicionaron al puesto como un referente de la gastronomía local. Con el fallecimiento de Don Josué en 2019, la familia Maya, liderada por Doña Santa y sus hijos, continuó con el legado, asegurando que la calidad y el sabor distintivo de sus preparaciones se mantengan intactos.
La dedicación y pasión de la familia Maya han permitido que “Esquites Don Josué” siga siendo un destino obligado para quienes buscan degustar esquites y elotes con un toque especial. Así, es posible ver cómo con innovación, pasión por la gastronomía y el compromiso con la calidad pueden transformar un sencillo puesto de esquites en una leyenda culinaria de una de las metrópolis más famosas del mundo: Ciudad de México.
Si buscas este establecimiento en Google, te encontrarás con muy buenas reseñas, mismas que le han otorgado 4 estrellas a su servicio y oferta gastronómica. El puesto comienza a operar alrededor de las 5 de la tarde, alcanzando su mayor afluencia cerca de las 7 u 8 de la noche.