



América Latina representa apenas una fracción de la inversión global en venture capital. En 2024, toda la región captó 5,000 millones de dólares. Esto está muy por detrás de los 55,000 millones de dólares invertidos en Europa y los 200,000 millones de dólares en Estados Unidos.
“Esto no tiene sentido”, dijo Liz Fleming, Chief Ecosystem Officer South Summit, durante una reunión con la prensa internacional en el marco del South Summit Brazil 2025, celebrado del 9 al 11 de abril pasados.
“Brasil, con 200 millones de habitantes y como tercera economía del mundo por PIB, debería atraer mucho más”, insistió Fleming.
Bajo esta premisa comenzó la reunión para abordar los retos y oportunidades del venture capital en la que participaron Arjuna Costa, de Flourish Ventures; Christine Kenna, de Ignia y Kauffman Fellow; Nicolas Sauvage, de TDK Ventures y Thamara Prado, directora de Corporate Venturing y Open Innovation en Natura Ventures.
Los voceros destacaron que el talento y el mercado están. El capital está llegando, afirmaron, pero los retos estructurales siguen pesando, especialmente la falta de salidas (exits) y la debilidad del mercado secundario.
“El capital está llegando, pero el talento ya está aquí”, dijo Arjuna Costa, socio fundador de Flourish Ventures. Su fondo, con 850 millones de dólares bajo gestión, invierte exclusivamente en fintechs en mercados emergentes. “Nuestro primer deal en Brasil fue en 2014. Hoy tenemos inversiones en México, Colombia, Perú. Lo que nos entusiasma es la nueva generación de emprendedores: muchos son fundadores por segunda vez, y eso cambia todo”.
Christine Kenna, general partner de Ignia y Kauffman Fellow, destacó la evolución del ecosistema. “En 2024, la mitad de los fundadores que levantaron capital eran emprendedores seriales. Eso te habla de madurez. Vemos talento global que entiende los retos locales y sabe adaptarse. Nosotros hemos invertido en Nuvemshop (Tiendanube en Brasil); PetLove y Malga. Siempre coinvertimos con socios locales, porque el contexto lo exige”.
Nicolas Sauvage, presidente de TDK Ventures, un corporate venture que aún no tiene inversiones en Latam explicó cómo una visión global puede detectar ventajas locales. “Tenemos una metodología que llamamos King of the Hill. Buscamos quién será el líder del mercado de cinco a siete años. A veces eso es global, pero otras veces, el contexto local da una ventaja injusta que puede escalar”.
Pese al crecimiento del ecosistema, los inversores reconocieron un reto central: la falta de liquidez. “La conversación constante en estos eventos es la misma: no hay suficientes exits”, dijo Kenna. “No es que las compañías no tengan éxito, es que el mercado no tiene ventanas de salida activas. En este momento, la salida más común es la venta secundaria, no la IPO”, puntualizó.
Los fondos con horizontes definidos enfrentan una presión de tiempo. “Tenemos que salir en cierto plazo, y sin mercados públicos abiertos, los fondos secundarios están siendo la válvula de escape”, agregó Kenna. Según Costa, “los secundarios antes se veían como algo negativo, pero hoy son clave para reciclar capital y seguir invirtiendo”.
Sauvage puso como ejemplo el caso de SpaceX. “Es una empresa que no necesita salir a bolsa para crecer. En Latam no tenemos compradores corporativos activos como sí los hay en EE. UU. Visa, Mastercard, Citibank compran constantemente fintechs. ¿Quién hace eso aquí?”.
Thamara Prado, desde Natura Ventures, explicó cómo una estrategia de innovación abierta puede facilitar esa conexión. “Nosotros invertimos con un doble retorno: financiero y estratégico. Eso nos permite conectar a startups con necesidades reales del negocio y evitar que la innovación se quede en promesas”.
Latinoamérica no es un mercado único. Las diferencias regulatorias y estructurales dificultan la escalabilidad. “El problema no es el talento ni la tecnología. Es que, si lanzas algo en Chile, luego tienes que adaptarlo para México, para Colombia, para Perú. Hay que pasar por cada regulación bancaria, cada conexión al sistema financiero local”, advirtió Costa.
Para TDK, esto significa que las startups deben tener una ventaja injusta (unfair advantage), lo que ellos llaman “superpoder”. “Buscamos fundadores que sepan más que nadie sobre su mercado, su tecnología. Eso no siempre es el mejor pitch, es la experiencia, la resistencia, el grit”, explicó Sauvage. “Por eso también tenemos un sesgo positivo hacia fundadores mujeres, inmigrantes, gente que ha superado desafíos grandes”.
Thamara resaltó el compromiso de Natura Ventures con la diversidad. “No solo somos un fondo liderado por mujeres, sino que buscamos activamente invertir en fundadores de regiones menos representadas, como la Amazonía. Queremos aportar a una innovación con impacto”.
Los retos para el venture capital en la región no son pocos, pero las oportunidades tampoco. Los inversores consideraron que a pesar de la incertidumbre por la imposición de aranceles, advertida una y otra vez por el presidente estadounidense Donald Trump, las inversiones se mantienen.
Los inversores buscan emprendedores que a través de la innovación, resuelvan problemáticas reales. Brasil destacó en su cuarta edición al demostrar que unidos y con innovación se pueden hacer frente a problemas como las fuertes inundaciones que azotaron la región el año pasado y que afectaron a 2.4 millones de personas. Incluso, a un tornado que una semana antes del evento se llevó los techos del Cais Mauá, sede del encuentro.
“A South Summit la gente viene a hacer negocios”, insistió en repetidas veces María Benjumea, creadora y presidenta de South Summit. Y los números no la dejan mentir. La cuarta edición de South Summit Brazil, coorganizada por IE University y el Gobierno de Río Grande do Sul, reunió durante tres días a más de 23,000 asistentes de 62 países distintos, entre los que se encontraban más de 3,000 startups, 800 ponentes, 900 inversores con una cartera de inversión valorada en 215,000 millones de dólares.