Es de conocimiento general la importancia que tienen las pequeñas y medianas empresas para la economía mexicana, principalmente porque representan 52% del PIB nacional; en términos de empleos, las Pymes generan 65% según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), INEGI, 2021. Esto significa que muchos hogares dependen de que estas empresas existan, crezcan y prosperen.
Las cifras no mienten: las Pymes ayudan en gran medida a que México salga adelante, sobre todo después de la crisis vivida por casi tres años. La adaptación al nuevo contexto ha significado un reto para las empresas y los mexicanos, pero lo que es permanente es el espíritu emprendedor, gracias al cual siguen creándose nuevos negocios que buscan obtener la preferencia de sus clientes.
A pesar de que este ímpetu sigue en pie, es necesario tomar consciencia de que los emprendedores tienen la capacidad de impulsar al país y, al mismo tiempo, se enfrentan a grandes desafíos al tomar ese riesgo.
Existen dos aspectos de esta situación; por un lado, un estudio global de Harvard Business Review determina que solo 10% de las Pymes cumplirá más de diez años de vida; por otro lado, un estudio de US Bank determina que poco más de 80% de las empresas fracasan debido a una mala administración de la liquidez. Es posible modificar estas estadísticas con un análisis profundo de las razones del fracaso y con procesos de mejora continua para evitarlo.
La falta de liquidez es un dolor de cabeza para los empresarios porque es un tema que no suelen tomar en cuenta. La falta de flujo de efectivo está relacionada con el desfase que existe entre las entradas y salidas de dinero, casi siempre provocado por las ventas a plazos.
Es común que los empresarios se vean obligados a aceptar plazos de pago como parte de las facilidades que dan a sus clientes para participar en sus cadenas productivas y ganar su preferencia. El problema es la falta de liquidez que esto ocasiona y que puede significar el cierre definitivo del negocio.
El tiempo que transcurre entre la venta del producto y la fecha de cobranza, que por lo regular es más largo que el tiempo en que el empresario debe cumplir sus compromisos de pago con proveedores, acreedores y colaboradores.
Si no se realiza una correcta administración del flujo de efectivo, se puede llegar al punto de cierre; por tal motivo, es necesario que los emprendedores se centren en realizar acciones como vender de contado, sobre todo al inicio de las operaciones, pues de esto dependerá que puedan cumplir con sus compromisos de pago y mantener la continuidad de la operación.
Una estrategia que puede ayudar a contrarrestar el efecto de la brecha negativa de liquidez es la negociación. Más de 80% del crédito en México es otorgado por los proveedores. Negociar plazos más largos de pago permite que los empresarios alarguen el tiempo para realizar desembolsos y tengan margen de maniobra para cobrar a sus clientes.
Otra opción es conseguir financiamiento, mismo que debe cumplir con ciertos requerimientos para que sea viable para el empresario. El acceso a este tipo de apoyo depende de las garantías que pueda presentar la empresa, tanto en términos materiales como en formalidad, honestidad y legalidad.
Una opción poco común es insertar capital propio a la empresa; sin embargo, no todos los emprendedores cuentan con dinero suficiente para cubrir gastos ordinarios y extraordinarios.
La liquidez complica la operación de las empresas por el desconocimiento que existe en esta materia. La gran mayoría de los emprendedores desconoce la importancia de tener el control de las finanzas de su negocio. Los líderes deben tomar consciencia de la importancia de contar con el efectivo necesario para operar. Lo ideal es romper con las estadísticas y buscar la prosperidad de las empresas de reciente creación.
¿Qué te parecen estas recomendaciones para mejorar la liquidez en tu empresa? Para evitar cualquier tipo de de obstáculo monetario en tu emprendimiento, es necesario tener siempre claro el plan de negocios, hacer una evaluación constante de la situación de tu negocio y realizar las acciones necesarias para mantener todo en orden. Por eso te compartimos qué es el análisis vertical u horizontal y para qué sirve. Otros indicadores que te pueden ayudar a evaluar la situación de tu empresa son el EBIT y EBITDA, ve cómo calcularlos.
