



Gabriela Salinas es arquitecta de profesión, pero se convirtió en emprendedora en el 2016, con La Lentería, marca que está revolucionando el mercado mexicano de los lentes, por su alta calidad y diseños vanguardistas a precios accesibles. Actualmente, desde su residencia en Barcelona, España, maneja el negocio, enfocado en la innovación y con un alto conocimiento del servicio al cliente.
La regia de ahora 41 años de edad decidió emprender, después de algunos años de gerenciar ópticas, las cuales ofrecían productos de diseñador a costos muy elevados. Se dio cuenta de que lo anterior era porque lentes pasaban por muchos intermediarios antes de llegar al cliente final.
Ha relatado en medios que muchos papás y mamás iban a comprar gafas para sus hijos, pero en la búsqueda destacaban su presupuesto, el cual, a veces no rebasaba los mil pesos.
Gabriela decidió que sus productos serían accesibles, quería demostrar que la gente podía comprarse algo lindo a precios más justos. Aprendió a importar desde China, donde se enfrentó a un mercado mayormente masculino, lo cual la hizo ser resiliente y saber que si alguien no quería venderle, debía buscar más proveedores y no quitar la vista de su objetivo.
Su marca de lentes nació en Monterrey, Nuevo León, donde actualmente tiene 8 sucursales y cuenta con tienda en línea, donde es posible adquirir sus productos en toda la república.
Cuando Gabriela abrió su primera tienda, que estaba junto a las grandes marcas tradicionales del rubro, se llevó una sorpresa, ya que aunque tenía un plan muy estructurado y contaba con precios muy bajos en el mercado, vendió casi nada durante los primeros 6 meses.
“Yo decía, a la gente no le gusta este concepto, ¿qué hice mal?”, explicó la regia en entrevista con Speakhers, donde relató lo difícil que fue emprender, pues aunque había invertido los ahorros de su vida, no conseguía ingresos.
Sin embargo, Gabriela no se rindió fácilmente y empezó a meter promociones en las redes sociales, de las cuales ignoraba muchos detalles, entre ellos, la segmentación. Lo anterior no hizo mella en su persona, pues consiguió una interacción con su público, lo cual le dio información valiosa para enriquecer el negocio.
Al principio, sus productos iban dirigidos a adultos, quienes normalmente usan lentes por tener la vista cansada o para corregir problemas de la vista. Por lo tanto, muchos de los armazones que vendía tenían diseños tradicionales.
Fue al poner atención a lo que le decían los usuarios en redes sociales, y también físicamente en su tienda, que se dio cuenta que su verdadero nicho mercado eran los jóvenes y los niños. De hecho, compartió con El emprendedor que poco menos de la mitad de sus compradores no usan lentes con graduación, sino más bien que es un tema estético y de estilo.
Ajustó su oferta y transformó su negocio, poniendo especial atención en los modelos o figuras que le solicitaban, lo cual hizo que sus clientes le marcaran la ruta de a dónde debía dirigirse
Gabriela siempre estuvo profundamente involucrada en las operaciones de La Lentería. Contestaba todos los mensajes, desde sugerencias y quejas en la página web, hasta de redes sociales, además, hacía y deshacía en las actividades diarias, lo cual le permitía dirigir con conocimiento de causa y no solo dar órdenes.
Sin embargo, la emprendedora empezó a delegar más hace unos años, cuando se dio cuenta de que estaba descuidando un poco a su familia, quienes sin su mayor motor. Conoce las situaciones que pueden vivirse en el trabajo y ha sabido confiar y dejar que los integrantes de su firma puedan tomar decisiones importantes, ya que ha dejado bien claro que para su marca es primordial el servicio al cliente y está dedicada a crear experiencias, no solo ventas.
Ha sostenido en entrevistas que conocer cada parte de la operación de La Lentería, le permitió ser muy empática con sus colaboradores y crear un buen ambiente. Salinas ha dicho que es feliz cuando su equipo comparte con ella sus logros y algunos le han hecho presente que gracias a su trabajo pudieron comprar su primer coche o casa.
Así, ha explicado a los micrófonos de los periodistas que la operación de su firma prácticamente se lleva a cabo sola. Actualmente está enfocada a la innovación y en crear nuevas estrategias que hagan crecer a La Lentería.
La mujer de hablar seguro y pensamiento analítico, considera que está en el punto de expansión ideal y que profundizará en el servicio oftalmológico, del que no conocía nada, respecto a sus maquinaria y cómo funcionaba, pero sin miedo al éxito, ha ido aprendiendo.
Gabriela Salinas dirige sus tiendas desde Barcelona, España, donde reside con su esposo, oftalmólogo de profesión -pero que no se mete en la operación de su firma- y sus dos hijas, a donde tuvo que ir por azares de la vida, según ha sostenido.
Aunque ha dicho que inicialmente fue difícil llevar su empresa a distancia, ahora sabe que con la estructura adecuada y con los medios en línea que ha desarrollado, puede estar tranquila. De hecho ha dicho que en alguna vacación pidió no recibir llamadas y fue gratamente sorprendida a su regreso, pues su personal manejo situaciones de la forma como lo hubiera hecho ella.
La Lentería es una de las ópticas favoritas en Monterrey, Nuevo León y su CEOcompartió en una entrevista anterior con El Emprendedor, que tiene alrededor de 3 mil clientes al mes. Vende 25 mil lentes al año aproximadamente, con lo cual ha superado la barrera de los 20 millones de pesos.
Su modelo de negocio no solo se centra en la venta de lentes de contacto y gafas, sino que también ofrece servicios de asesoramiento óptico y envíos a domicilio, todo a través de una plataforma en línea fácil de usar. Gabriela enfatiza que su objetivo es mejorar la calidad de vida de sus clientes a través de productos asequibles y de calidad.
El enfoque de La Lentería y el trabajo de Gabriela subrayan la importancia de conocer y entender al cliente, la capacidad de delegar y confiar en un equipo competente, y la importancia de seguir innovando constantemente.
A pesar de los desafíos iniciales y la necesidad de adaptarse a un nuevo mercado, Gabriela ha construido una empresa que no solo prospera económicamente, sino que también tiene un impacto significativo en la vida de muchas personas.