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Cuacolandia, la emprendedora que rescata caballos con su OnlyFans

Elena Larrea tenía un sueño: Crear Cuacolandia para darle una vejez digna a los caballos. Pero cuando llegó la pandemia tuvo que recurrir a Only Fans para salvarlos.

© Cortesía Cuacolandia

Nota de la editora: Elena Larrea felleció este 20 de marzo de 2024.

Cuando Elena Larrea tenía 4 años le gustaba disfrazarse de caballo. Su familia tenía equinos de carrera y siempre ha amado a estos animales. Ahora dedica toda su pasión a Cuacolandia, un refugio para animales que fueron víctimas de explotación, maltrato y abandono que financia con su página de OnlyFans.

“Rescatamos y rehabilitamos a caballos originarios de maltrato y abandono. Tenemos los caballos de las calandrias de Acapulco, caballos carretoneros que son los que jalan basura, caballos de la Policía Montada y caballos en general decomisados por maltrato y abandono de distintos lugares”, platicó Elena en entrevista con Emprendedor.com.

Todo comenzó cuando se hizo viral la noticia de que 17 yeguas eran maltratadas en Tonalá, Jalisco. Larrea organizó a sus seguidores en redes sociales y denunció las malas condiciones a las que estaban sometidos los animales.

La emprendedora detectó la necesidad de tener un refugio para caballos retirados y fundó Cuacolandia, un predio en el municipio de Atlixco, en Puebla, que se dedica a darle una segunda oportunidad a estos animales.

Imagen: Elena Larrea / Cuacolandia

Cuacolandia y los padrinos para los caballos

Cuando un caballo es rescatado por Elena se manda al hospital para que lo revisen. Ya que se da de alta, se le empieza a subir el alimento, se le empieza a dar forraje y grano. También se la da un “padrino” con uno de los caballos machos alfa para que lo adopte por un mes y medio y después se introducen a la manda. El macho alfa entonces protege al caballo nuevo.

Actualmente Cuacolandia cuanta con 42 caballos, hubo un momento en que tuvo una manda de 120 caballos y 20 burros.

Sin embargo, mantener un caballo puede ser muy costoso.

“Entre el alimento para los caballos, veterinarios, herreros, toda la nómina, la renta, más o menos gastamos unos 100 mil pesos al mes”, dice la emprendedora.

“Los caballos de aquí ya no jalan y los mandan al rastro”

La pasión de Elena por los caballos es palpable. Creció a su lado y amaba montar siempre que podía. Pero al empezar a crecer, le empezó a “hacer ruido” sacar al animal de la caballeriza, montarlo, regresarlo e irse. “Sentía como que no lo estaba explotando como tal, pero sí me daba algo de culpa. Me junté con una persona que se llama Tony Camil y ella hacía jornadas veterinarias en el Estado de México para los caballos de basura”, contó la empresaria.

Ambas mujeres les llevaban médicos, talabarteros, especialistas, etc., y curaban a esos animales para que trabajaran en mejores condiciones.

“Yo decía ‘Los caballos que aquí ya no jalan, los mandan al rastro’”. Ya que se rompen algo o no están bien, no los retiran. Los venden de a kilo por carne”.

Entonces Elena recibió algunos de estos caballos de la basura y se corrió la voz de que estaba recibiendo caballos de maltrato animal y varios municipios que tenían tracción de sangre le comenzaron a mandar equinos.

Posteriormente presentó el proyecto de Cuacolandia al gobernador de Guerrero Héctor Astudillo.

Imagen: Elena Larrea / Cuacolandia

“Le dije ‘Tú prohibiste las calandrias en 2014 y siguen circulando’. Él no quería decomisar a los caballos porque no quería un escándalo como el de los circos donde muchos animales fueron sacrificados”, recuerda Larrea.

El mandatario decidió mandar esos animales a Cuacolanida y así fue como llegó el fin de las calandrias. A los dueños se les entregaron cuatrimotos y los caballos se retiraron.

Llegó una pandemia…

Antes de la emergencia sanitaria Cuacolandia se mantenía de donaciones y de paseos en los caballos más jóvenes. Pero pronto el distanciamiento social hizo insostenible la operación.

“Tuve que dar en adopción a más de la mitad de los animales. Me quedé con 38 caballos. Ahorita que ya empecé a generar un poco más de dinero, ya rescaté a 6 más”, se lamentó la entrevistada.

Elena tuvo que bajar los costos de la renta, dejar de dar cierto forraje pues solo podría darles avena a los caballos. “Me las vi muy negras porque dejé de recibir a los visitantes que iban a cabalgatas o equino terapias y que nos ayudaban a sacar fondos”.

Finalmente, la emprendedora llegó a un punto de quiebre. “Pensé: ‘O saco dinero debajo de la palmera, o voy terminar de abandonar a todos mis caballos’”.

Entonces abrió su Only Fans

Elena llegó al punto en que se había gastado sus ingresos, había recortado la nómina y hasta había vendido sus cosas. Con eso nada más podría mantener a 7 caballos y solo por un tiempo.

“Todos mis amigos me decían que estaba guapa y que ya siempre andas bien encuerada en Instagram. ‘Nada más súbele tantito y abre OnlyFans. La verdad pensé ‘Pues igual ya estoy ‘bien quemada’ (ríe) y en el peor de los casos, bajita la mano, cierro el OnlyFans y como si nada hubiera pasado”.

Fue así que hace un par de años Elena abrió su cuenta en la plataforma de contenido para adultos donde, según sus palabras, sube imágenes picantes con clase. Gracias a este contenido, la emprendedora gana más o menos 60 mil pesos al mes y cada peso que genera de OnlyFans se va a Cuacolandia.

Imagen: Elena Larrea / Cuacolandia

…Pero su familia no lo entendió

Entrar a vender contenido para adultos en OnlyFans es increíblemente popular porque causa morbo y pocos llegan a verlo como un emprendimiento digital legítimo. Es el sitio #25 a nivel mundial en popularidad y tiene más de 190 millones de usuarios, incluyendo a 2.1 millones de creadores de contenido, según la agencia Sing House.

Sin embargo, eso poco tuvo importancia para la situación de Elena.

“Mi familia me desheredó. Básicamente me dijeron que no contara con ellos para nada porque era muy triste que ‘acabara haciendo esas cosa’. Mi mamá me bloqueó por ‘falta de autoestima y dignidad’. Perdí contacto con mi familia, pero tampoco es que me ayudarán antes de abrir el Only Fans”, recuerda con algo de tristeza.

Cuando Elena les dijo que necesitaba ayuda para mantener a los caballos rescatados, la respuesta de su familia fue “Pues regálalos”.

“Ellos nunca entendieron que yo iba a hacer lo que tuviera que hacer para proteger a los caballos”.

Elena reflexiona que cuando abrió su cuenta en OnlyFans, todos se enojaron, pero la realidad es que nunca la apoyaron. “Entonces, si no me van a ayudar, que no me estorben. Perdí el contacto con mi familia por esto”, sentenció.

“Nadie me ayudó hasta que me quité la ropa”

Ahora que la Pandemia parece estar cada vez más lejana, Cuacolandia comienza a recibir donaciones directamente

“Fue muy difícil, porque la gente no sabe los sacrificios que he tenido que hacer para proteger a estos animales. Tengo 300 mil seguidores entre todas mis redes, a diario pedía apoyo, pero solo llegaron con el OnlyFans”.

“Nadie me ayudó hasta que me quité la ropa, y es una realidad”.

Elena bromea diciendo que “cuando la gente se enteró que me estaba ‘encuerando’ para ayudar a los caballos, entonces sí empezaron los apoyos”.

Imagen: Elena Larrea / Cuacolandia

Ahora Larrea lucha por generar los suficientes ingresos para que el refugio no solo sea sustentable, sino que pueda abrir sus puertas a más caballos. Solo en el Estado de México hay de 5 mil a 7 mil caballos carretoneros trabajando hoy.

“Yo quisiera sacar a cientos de caballos de las calles para que tengan una vejez digna y que la gente vea a estos caballos que parecieran ser invisibles porque a nadie les importan. Ellos tienen una voz y esa soy yo” .

El consejo para la mujeres emprendedoras

Larrea está consciente de que su camino no es para todas las mujeres emprendedoras. Pero les pide que pierdan el miedo a perseguir sus sueños.

“Nosotras somos dueñas de nuestro cuerpo, nuestro dinero y nuestras consecuencias. Ya no vivimos en la época donde había que pedir permiso para todo y si no perdón. Somos independientes. Hagan lo que quieran. La gente te va a criticar igual”.

Imagen: Elena Larrea / Cuacolandia

Ahora Elena pide que en general, los consumidores generen una visión de que los animales están con nosotros y no para nosotros. Quienes quieran apoyar a Cuacolandia pueden dar donaciones en efectivo o en especie o suscribiéndose al canal de OnlyFans.

Finalmente, el mensaje de Elena Larrea es que no dejes de luchar.

“Me las he visto muy negras y he estado apunto mil veces de tirar la toalla, pero no he dejado de seguir adelante. Yo sé lo que estoy haciendo y porqué lo estoy haciendo y nadie me va a parar”.

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autor Martha Elena Violante (March Violante) es editora en jefe y cofundadora de Emprendedor.com y tiene más de 10 años de carrera en periodismo digital. Ha entrevistado a figuras de la talla de Randi Zuckerberg, Daniele Lamarre, Zoe Saldana, entre otros. Ha trabajado en medios como Entrepreneur en Español e Inglés, Alto Nivel, Cine PREMIERE, México Desconocido, entre otros. "Somos emprendedor.com"