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26-08-2022, 8:30:00 AM

Esta matriarca inició su negocio de miel hace 33 años. Sus hijos lo reinventaron y hoy venden en Liverpool y Soriana

Hilda Cortés Pérez fundó un negocio de apicultura hace 33 años. Hace casi 5 años, sus hijos reestructuraron la empresa y crearon Abeja Reyna para vender productos de cuidado personal y bienestar hechos con miel orgánica.

Los creadores de Abeja Reyna.
Los creadores de Abeja Reyna. © Isaac Alcalá Nácar / Emprendedor.com

Apicultora, mujer, madre y empresaria. Así se define Hilda Elba Cortés Pérez, quien se inició en el oficio de la apicultura por curiosidad y es la madre de un negocio llamado Abeja Reyna.  Era 1986, cuando un señor de Michoacán le ofreció en venta 150 colmenas porque había decidió ir tras el sueño americano. “Fui a verlas, hice clic con las abejas y, como visionaria, supe que esto podía ser un negocio redondo”, recuerda.

Le dijeron que estaba loca cuando le dio la noticia a su familia. “No conoces ni el oficio ni el negocio”, le dijeron. “Nadie nace sabiendo”, contestó la apicultora, quien creó en Jalisco una cooperativa de 12 mujeres de entre 40 y 70 años de edad.

La promesa de Hilda era que “se enseñarían juntas”, pues ella también estaba empezando con el negocio. Su familia tenía abarrotes y restaurantes en Guadalajara. “Vengo de un matriarcado: mi mamá tuvo 13 hijos y se quedó viuda, pero los sacó adelante. Yo tal vez no tenga bienes raíces, pero tengo siete hijos que son edificios íntegros y que me ayudan a no tener miedo.”

Esta matriarca enfrentó uno de sus más grandes miedos cuando fue diagnosticada con cáncer en 2011, algo que ahora, dice con alivio, “es cosa del pasado”. Mientras ella hacía frente a la enfermedad, dejó en las manos de sus hijos el negocio, quienes retomaron su conocimiento y visión para crear Abeja Reyna, una empresa de productos de cuidado personal y bienestar hechos con miel orgánica.

Abeja Reyna cuida a 90 millones de abejas / Imagen: Shutterstock

De la enfermedad a la innovación

Luis Valentino recuerda que desde chiquitos su mamá los ponía a él y a sus hermanos a cargar cubetas, a llenar frascos y limpiar. “Siempre había trabajo, más en el campo.” Él y su hermana Milagros dejaron sus profesiones de arquitectura y gastronomía, respectivamente, para tomar el reto de reestructurar la empresa y sacarla adelante.

Antes de que enfermara, Hilda empezó a tener un número importante de clientes a los que entregaba toneladas de miel, entre ellos tenía farmacéuticas que transformaban el producto. “Esa fue una gran escuela de orden y disciplina porque aprendí que si quería ser su proveedora debía presentar análisis de calidad y certificarme”, dice.

En un viaje que realizó doña Hilda a París en 2008, vio en las tiendas el uso de la miel en productos de cuidado de la salud y en tiendas de orgánicos, así que empezó a hacer shampoo, acondicionador y cremas. “Estudié la técnica de enlazar la miel y empecé a hacer la alquimia. Cuando viajaba iba a las tiendas de orgánicos a ver la oferta.”

Mientras tanto, sus hijos vieron que el grave problema de los apicultores en México es que tenían miel rezagada y que tenían que darle valor agregado para dejar de competir sólo por precio. Así que buscaron hacer más productos, estructurar y constituir la empresa, formalizarla y construir una marca, cuenta Luis.

Para lograrlo, en 2014 sometieron a la empresa al Reto Zapopan, una iniciativa del gobierno del municipio de Zapopan, en Jalisco, para impulsar a empresas de alto impacto. Pasaron varios filtros y, como resultado, se reestructuró la empresa y se sentaron a definir qué haría cada uno. “Un gran acierto fue diagnosticar las habilidades que tenía cada uno para este negocio”, dice Luis.

Fue una apuesta familiar. Todos se comprometieron y actualmente Luis Valentino Ramírez Cortés es el CEO y cofundador, sus hermanas y hermano: Vanessa, CCO y Administración; Milagros, comercialización y relaciones públicas; Santa María, directora de Abeja Reyna USA; Carmen, gerente de Ventas; Arnoldo, gerente de Apiarios. La tercera generación también se involucró: Paula Rivera, en producción visual y creatividad, y Frida María, como gerente de tiendas Abeja Reyna y creatividad.

Ganaron el Reto Zapopan y tuvieron acceso a un préstamo de 560,000 pesos por parte del gobierno, pero necesitaban un aval. Santa, la hija mayor, quien vive en Estados Unidos, estaba pagando una casa en Jalisco y puso en juego su patrimonio. “Al principio tuve miedo, pero confíe en que con la dirección de Luis y la visión de mi mamá las cosas saldrían bien.”

Del garage a una nave industrial

Después del Reto Zapopan, los hermanos sacaron tres líneas de productos: nutrición, cuidado personal y salud. Hoy en día tienen 68 diferentes productos en 98 presentaciones que comercializan a través de hoteles boutique como Grupo Vidanta y AC Marriott, tiendas departamentales como Liverpool, cadenas comerciales como Superama, Soriana y Fresko, además de tiendas especializadas y sus tres tiendas propias ubicadas en Guadalajara, Michoacán, Puebla y una isla (punto de venta en centro comercial) en Mexicalí.

En 2015, cuando comenzaron a hacer los productos con miel, iniciaron en la cochera de su mamá en la colonia Providencia, lugar que se transformó en una bodega y después en un showroom. Milagros comenzó a repartir los productos en bicicleta y a documentar a los clientes satisfechos a través de su página de Facebook: “Es nuestra principal herramienta de promoción.” Después compraron un vocho, al que llamaron “La abejita” y que aún conservan en la Casa Abeja.

Productos de skin care / Imagen: Abeja Reyna vía Facebook

Del cuarto de tres por tres metros pasaron a una bodega más grande y hoy están en una nave industrial. Sus productos estrella son la miel en polvo Santa Colmena, la crema de zanahoria y el spray refrescante de rosas. Todos cuentan con certificaciones de calidad como Kosher, USDA Organic y registro Cofepris y FDA.

Milagros agrega que son una empresa social y ambientalmente responsable por varios motivos. En sus puntos de venta y tiendas especializadas están impulsando el uso de envases de vidrio para rellenar sus productos. A sus 44 empleados les ofrecen trabajo digno, con prestaciones para conservar el toque artesanal en la presentación de sus productos. A las 34 distribuidoras les ofrecen capacitación y crecimiento.

Otro punto importante es que a los apicultores les dan un precio justo por su miel. “Ni en nuestra filosofía ni en nuestra estructura financiera está comprar más barato porque nosotros le estamos dando un valor agregado de 100 o 200 veces más a la miel que si la vendiéramos a granel”, afirma Luis, ante la problemática que enfrentan los apicultores para sacar la miel rezagada.

Colmenas en las ciudades

Después del Reto Zapopan, estuvieron en un proceso de incubación de Coparmex y en uno de aceleración en 2016 en MassChallenge —en el que viajaron a Boston— e hicieron un bootcamp en Youth Leadership Academy (YLA). “Hemos encontrado que somos una empresa cuyo core business a la gente le gusta y nos busca para sumarse, empresarios grandes, pequeños, líderes, y todo eso es muy valioso para nosotros”, asegura Luis.

El emprendedor asegura que están construyendo abundancia para los apicultores, las distribuidoras y los colaboradores. “No es un pastel que nosotros nos vayamos a comer solos, sino que es para todos los que rodean este proyecto.” Incluso, ya están haciendo alianzas con el gobierno de Jalisco, Campeche y personas claves de Mérida.

El siguiente paso para Hilda es cumplir con su sueño de que en las zonas urbanas se permita tener colmenas en los edificios. “Estamos dispuestos a dar asesoría si el gobierno lo permite”, dice. En países productores, como Alemania y Francia, hay colmenas en los restaurantes.

Además, quieren llegar a ser la empresa que represente a México en el extranjero en el tema de la miel, como lo es Burt Bees en Estados Unidos o Manuka Doctor en Nueva Zelanda. Por ello ya están trabajando en la exportación de su producto a Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.

Desde 2015 mantienen el cuidado de 90 millones de abejas y han crecido 1,250% en tres años. Su proyección es crecer 3x con un crecimiento de 6,000% para 2050, impactando a 300 millones de abejas.

Abeja Reyna Apicultura