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Emprendimiento femenino: ¿oportunidad o necesidad?

Las mujeres emprendedoras son la columna vertebral de la economía de México. Cada una tiene sus motivaciones y razones para elegir esta opción laboral.

El emprendimiento femenino ofrece "ser tu propia jefa".
El emprendimiento femenino ofrece "ser tu propia jefa". © Depositphotos.com

En el ámbito laboral de muchos países, las mujeres enfrentan desafíos únicos, como la discriminación de género y la falta de oportunidades de ascenso. Ante ello, si bien no exento de otros retos importantes, el emprendimiento femenino, con la posibilidad que ofrece de “ser tu propia jefa”, ha ganado cada vez más relevancia en las últimas décadas y despertado debates sobre si es una oportunidad o una necesidad para las mujeres.

Particularmente entre las mujeres jóvenes que buscan tomar control sobre su carrera y sortear barreras, el emprendimiento ha ido sumando casos de éxito que hoy inspiran la conversación sobre el tema. Son representativas las historias de Amy Camacho, quien dirigiera desde muy temprana edad Africam Safari en Puebla tras la muerte de su padre; Martha Debayle, en cuya página bbmundo, como proyecto, enfocara talento y recursos tras su divorcio; o Eva Gonda de Rivera, quien tomó las riendas de FEMSA ante el fallecimiento de su esposo.

Emprendimiento femenino por pasión e innovación

Ahora bien, el relato colectivo sobre el emprendimiento femenino parece relacionar al nacimiento de sus ideas de negocio con hechos biográficos trascendentales e irremediables. Sin embargo, también existen emprendedoras cuyas historias manifiestan un interés genuino en desarrollar ideas innovadoras y contribuir al crecimiento económico y social. Ejemplos de este último caso son los de Angélica Morales, quien a partir de su pasión, emprendió su escuela de danza; Cristina Pineda, fundadora de Pineda Covalín, una de las marcas de ropa mexicana más reconocidas del mundo; o Ana Victoria García, con su negocio Victoria147, un centro de capacitación para mujeres emprendedoras.

Entonces, ¿las mujeres que emprendemos respondemos a una necesidad vinculada a nuestra personalidad? ¿O más bien porque, la vida nos coloca en encrucijadas en las que “no nos queda de otra”?

Alternariva para empatar familia y trabajo

Por un lado, aunque ya decíamos que el emprendimiento femenino puede ser considerado solo como una respuesta a las desigualdades de género presentes en el ámbito laboral, también es cierto que la oportunidad que ofrece de crear nuevos negocios y liderar proyectos desde cero. Ayuda a evitar las barreras impuestas por las estructuras jerárquicas tradicionales, podría ser atractiva para ciertas mujeres con capacidades (o interés) en temas de liderazgo. Además, el emprendimiento también puede ser una alternativa para lograr empatar la vida laboral y familiar. Ofrece más flexibilidad y control sobre la administración del tiempo que un empleo.

Por otro lado, es importante considerar que el emprendimiento femenino no se limita únicamente a un “tipo” de mujeres o circunstancias. Cada emprendedora tiene sus propias motivaciones y razones para elegir esta opción laboral. Para la gran mayoría de las mujeres de negocios que nos encontramos en el “5.° piso” (es decir, con 50 años de edad o más), es muy probable que la decisión de emprender sí haya estado vinculada al primer caso que revisábamos. Los hechos de vida inexorables, ya sea viudez, divorcio o separación, o al enfrentamiento a la falta de oportunidades laborales que empujan a emprender. Pero hoy cada vez más mujeres comienzan sus emprendimientos a edad muy temprana, incluso antes de los 15 años, para hacer algo que las apasione. También lo hacen por seguir el “llamado” de una especie de “espíritu innovador”, detonantes muy distintos a los planteados para mujeres de mi edad.

Se necesitan programas de capacitación

Por lo anterior, es importante desarrollar y promover programas de capacitación y mentoreo que permitan a las mujeres el aprendizaje continuo en temas de liderazgo, finanzas, mercadotecnia, comunicación. Además, desarrollar competencias gerenciales como la adaptabilidad, el trabajo en equipo, el uso de tecnología y la toma de decisiones, entre otras. Sin importar su edad ni motivación, son habilidades que requerirán en el camino hacia el éxito de su proyecto.

Considerando cada caso aparte, el emprendimiento femenino es resultado, por ende, tanto de una oportunidad como de una necesidad. En mi opinión, nos brinda por igual la libertad de crear empresas propias y de liderar proyectos desde cer. Por supuesto, también representa una oportunidad para aquellas mujeres con ideas extraordinarias que desean contribuir al desarrollo económico y social. Sin duda alguna y en cualquier caso, el emprendimiento es una opción que permite a las mujeres potencializar y capitalizar todos sus talentos. Generar un legado que, ya desde hace mucho tiempo, está transformando nuestro entorno.

Y tú, emprendes por necesidad, pasión o visión de un futuro posible. ¿Qué opinas?

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autor Experta en management/mercadotecnia y mentoría universitaria. Lic. en Administración de Empresas y maestra en Administración por el Tecnológico de Monterrey. Cuenta con un Doctorado en Dirección e Innovación de Instituciones. Su trayectoria profesional suma tres décadas, una de ellas en el mundo corporativo en áreas de finanzas y procesos administrativos.