Paola estudió Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) porque soñaba con ser cronista. Durante su época estudiantil colaboró en algunos proyectos emergentes, revistas y blogs. Sin embargo, el destino la llevaría por otro camino y en lugar de confeccionar historias a través de las letras, comenzó a confeccionar lencería como una forma de percibir ingresos para mantener a sus gemelas y al mismo tiempo, fomentar el amor propio de las mujeres y sus cuerpos únicos.
En enero de 2015, Paola Alonso se convirtió en madre a los 22 años de las gemelas Ariadne y Leah, y se tuvo que enfrentar al difícil reto de la maternidad, de continuar estudiando y de buscar una manera de tener ingresos, pues la relación con el padre de las pequeñas pronto llegaría a su fin.
Así, a finales de 2015 emprendió A&L Handmade, empresa que confecciona lencería hecha a mano. Esta emprendedora forma parte de la nueva tendencia laboral conocida como economía gig, conformada principalmente por emprendedores y freelance, quienes, según una encuesta realizada por la consulta internacional EY, aprecia la flexibilidad, el trabajo desde casa y busca tener control sobre su futuro profesional.
A&L Handmade vía Instagram
Recibió la noticia de que estaba embarazada cuando aún era universitaria y lo que le preocupaba a su familia, al igual que a ella, era su carrera, pues le diagnosticaron una amenaza de aborto por lo que le pedían tener reposo absoluto.
“La noticia del embarazo fue muy fuerte, pero saber que iban a ser gemelos fue un shock. Lo primero que pensé fue cómo le iba a hacer con la escuela porque yo quería seguir estudiando ”, recuerda Paola. Sin embargo, su abuela y su madre le dieron una lección: no tengas miedo, tu vida no se acaba por tener un hijo, todo va a salir bien y nosotras te vamos a ayudar.
Durante un tiempo trabajó en un coworking en el área de comunicación, pero “por ocio empecé a experimentar con telas”, explica Paola. Fue así que esta inquietud la llevó a explorar este mercado y con ello emprender su propio negocio.
“Yo no quería ser diseñadora, pero todo pasó junto: el trabajo, la escuela, la maternidad y la marca”, recuerda.
Su mamá le enseñó las puntadas principales y le prestó su máquina de coser, con la que comenzó a confeccionar bolsas. Al inicio se tardaba un día completo para terminar una, pero con la práctica constante y el boca a boca de sus conocidos, empezó a elaborar más productos, como kimonos, cosmetiqueras, faldas, entre otros. “Todo comenzó a fluir y pensé: si está funcionando, por qué esto no puede ser parte de mis ingresos”, explica la mamá emprendedora.
Aunque en ese entonces aún contaba con el apoyo del papá de sus hijas, en diciembre de 2015 comenzó con A&L Handmade, empresa dedicada a la confección a mano de ropa íntima para mujer. Poco tiempo después vino la separación definitiva del papá de sus gemelas, por lo que ella tuvo que dirigir sola el rumbo de su vida, de sus pequeñas y del negocio, que en 2016 arrancó de manera formal.
A&L Handmade vía Instagram
“Hubo una chispa o suerte, porque a la gente le empezó a gustar lo que hacía”, asegura.
La moda de los bralettes, tipo de brassier sin copas, aros o broches, la llevó a iniciar en la lencería, hizo el diseño de uno en color negro con encaje y cintas, “y ese fue el boom, toda la gente me empezó a pedir”, recuerda.
La ventaja fue que durante esa época en la que llegaba a México esta tendencia en ropa, era que no había tantas marcas que ofrecieran este tipo de lencería o sólo estaban disponibles en el extranjero. La demanda de los bralettes hizo crecer su negocio Conforme pasó el tiempo, ella detectó una necesidad que no era atendida por las grandes marcas de ropa interior para mujer: las tallas estándar.
“Muchas tenían espaldas amplias y poco pecho, muchas querían algo bonito, pero a su medida. Les ofrecí un plus con la confianza de darles lo que buscaban a su medida”, explica, “fue así que surgió la filosofía de la marca: no importa la forma de tu cuerpo, tú no te tienes que adaptar a la ropa, sino la ropa se puede adaptar a ti”.
A&L Handmade sabe que cada cuerpo es único y con necesidades diferentes, las cuales deben ser atendidas, con esto, el objetivo de la empresa es ofrecer ropa para fomentar el amor propio y al cuidado. “Les quiero brindar la posibilidad de aceptarse y quererse tal y como son”, explica Paola.
Después de dos años, Paola ve materializado su esfuerzo e ideología en los mensajes que le envían sus clientas. “Pasé a ser una opción para las chicas XXL y para las extra chicas. He ido en contra de la presión social sobre el cuerpo de las mujeres y esa es mi mayor satisfacción personal”, asegura.
“Yo soy el pulpo de la marca”, afirma Paola, pues ella es la encargada de comprar los insumos, tomar los pedidos, los diseños, la confección, realizar las entregas y llevar la cuenta de Instagram, que al día de hoy cuenta con más de 9 mil seguidores. “No he abierto más redes sociales porque no me da tiempo y no podría sola”, explica.
Ella atribuye su creatividad a que la trae en la sangre. “Mi familia está conformada por mujeres fuertes e independientes, mi abuela siempre se hizo su ropa y mi mamá es la reina de las manualidades, yo crecí viendo eso, no necesité estudiar para confeccionar y tener las ideas”, afirma.
No sólo su don natural de creatividad le ayudó a continuar con el negocio, la observación de la ropa en general y el uso de herramientas digitales como tutoriales en YouTube y las redes sociales, le han ayudado a profesionalizarse y darle difusión a los productos que confecciona. Con eso, los resultados se empezaron a notar con el incremento de seguidores, clientes y ventas.
A&L Handmade vía Instagram
La inversión inicial para su negocio fue de $300 pesos para la primera tanda de bolsas, pero durante dos años, no ha hecho una producción en serie, todo ha sido elaborado sobre pedido, especialmente a la medida para la persona que lo va a adquirir. Su inversión hasta hoy ha sido de forma gradual, acorde a los encargos de sus clientas. Lo que le ha permitido ser independiente.
“Las niñas, la casa, mis gastos, el doctor, mis caprichos y los de ellas se pagan al 100% de la marca”, afirma la mamá emprendedora.
Paola trabaja en un taller que adaptó en su casa, de manera mensual, confecciona alrededor de 80 prendas, con variaciones de acuerdo al mes, y se tarda, en promedio, dos horas por prenda. Sin embargo, no ha sido una tarea fácil, pues ella cumple con tres roles: ser mamá, ama de casa y emprendedora, al mismo tiempo y en el mismo lugar.
“Mantener el equilibrio es muy complicado, sin volverte loca. La gente cree que la maternidad es rosa, pero es un trancaso, sobre todo cuando maternas sola”, afirma mientras sus hijas gritan y ella sonríe.
Los precios de sus productos van desde 280 a 650 pesos, y dentro de los productos que ofrece están bralettes , conjuntos completos, bodys, pijamas y trajes de baño. Su marca entrega a nivel nacional, a través de Fedex, y de manera personal en la Ciudad de México dos veces por semana. También maneja pedidos urgentes. Dentro de sus planes a futuro está abrir una página web, continuar con la profesionalización de su marca, tener un s how room y contratar gente.
Paola considera que al reto al que se enfrenta es el estar en una “sociedad que te juzga, te critica, en donde tienes tres veces más trabajo que todos por ser mujer y mamá soltera”, asegura. Pero reconoce que la satisfacción es directamente proporcional a lo difícil que ha sido.
“Mis hijas no dependen de nadie, más que de su mamá. Han visto que he sido fuerte y he luchado con todas las presiones y las dificultades. Al final terminas llorando, te sientes vulnerable, pero no te puedes romper. Hoy creo que la maternidad me ha empoderado”
