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16-08-2021, 4:54:00 PM

El mexicano que juntó sus ahorros para encontrar apoyo en Silicon Valley y que hoy ayuda a migrantes

Marco Montes creó hace 10 años Saldo.mx, pero tuvo que hacer una pausa porque se había adelantado a su tiempo. Hoy, con esta fintech, atiende a migrantes mexicanos que radican en Estados Unidos.

Marco Montes, cofundador de Saldo.mx
Marco Montes, cofundador de Saldo.mx © Isaac Alcalá l Emprendedor.com

En 2008, ya había unos 70 millones de usuarios de telefonía móvil en México , de los cuales, menos de 3% tenía un smartphone. El iPhone había nacido un año antes y lo más avanzado que tenían los usuarios móviles del país era una Blackberry. En este contexto, Marco Montes Neri, que hoy tiene 35 años, imaginó la posibilidad de realizar pagos a través de los teléfonos celulares para no tener que llevar efectivo.

El único lugar en el que había un antecedente de algo similar era en República de Kenia, en donde compañías de telefonía móvil ya ofrecían servicios de pagos utilizando mensajes SMS para gente que no tuviera fácil acceso a servicios financieros. Marco y sus socios vieron que en lugares como la Sierra Norte de Puebla había necesidades similares por lo que se enfocaron en desarrollar una tecnología para México.

Con programadores que empezaban a aprender a desarrollar aplicaciones para Blackberry y nuevos sistemas operativos, como Android, creó la empresa Saldo.mx . Sin embargo, tuvo que enfrentar el desconocimiento de inversionistas y del mismo mercado no sólo hacia su producto, sino hacia la tecnología móvil en general, por lo que tenían que ejecutar proyectos para otras empresas con el fin de obtener recursos para financiar su propio proyecto.

“Era una tarea monumental financiarnos y estar en un sector que no conocíamos”, recuerda el egresado de Ingeniería Mecánica, pero que lleva todo este tiempo siendo programador. Cuenta que en los últimos intentos de que funcionara el negocio “hasta hicimos un esfuerzo para vender la aplicación como una solución de pagos para universidades”.

Además, su idea de negocio era muy amplia, casi parecida a lo que es un banco, lo cual le generaba problemas de gestión y operación. Después de tres años tratando de sacar adelante a Saldo.mx, decidió que era momento de ponerle una pausa para perseguir su objetivo desde otra trinchera… y con otro presupuesto.

Sin rumbo ni apoyo

Marco reconoce que uno de los principales factores que lo llevaron a fracasar en su primer intento de emprendimiento fue el incipiente desarrollo y mercado tecnológicos que aún prevalecía. “La idea de los pagos móviles se tuvo desde hace mucho tiempo, nosotros fuimos uno de los primeros en eso, pero la gente ni siquiera tenía datos en sus teléfonos. Había apps, como las de Blackberry, pero la gente no las probaba. No había canal de distribución como hoy. Así era muy difícil llegar a un número interesante de usuarios”, relata.

“No teníamos una estrategia ni dinero suficiente, tampoco estábamos listos para jugar con el regulador o convertirnos en una entidad financiera, no teníamos experiencia, no teníamos contactos, y sobre todo no teníamos un plan claro de hacia dónde ir”, admite Marco.

Además, en ese tiempo no había un ambiente emprendedor como el actual, un ecosistema para darle rumbo a las empresas que ofrecían productos y servicios financieros mediante el uso de tecnologías de la información y comunicación, las que hoy todos conocen como fintech. “Como startups nos dejaron un poco fuera de la jugada, en ese entonces todo el desarrollo de negocio iba para los bancos”, menciona.

Todo eso, más la falta de inversión y la incertidumbre jurídica que prevalecían, provocaron que su proyecto no prosperara. En ese momento, Marco entendió que “no está mal fracasar, es algo inevitable para alguien que quiere hacer algo exitoso”, reitera.

El momento de parar

En 2012, Marco supo del lanzamiento de un producto similar al suyo: Transfer, una app para enviar y recibir dinero, además de realizar pagos a través del celular. “Ellos se enteraron de mi proyecto y me dijeron ‘vamos a hacer acá lo mismo que tú, pero con millones de dólares’. Me invitaron a trabajar para ellos y para mí ese fue el momento en que mi fracaso se concretó, porque me uní a su equipo y dejamos de construir nuestro propio sistema”, relata.

Marco asegura que ahí aprendió mucho sobre pagos internacionales y desarrollo de nuevos mercados a futuro. “Pero la verdad es que te cansas de estar en un lugar donde nada se mueve, donde cualquier sugerencia va a tardar años, te matan toda esa hambre que traes como emprendedor”, apunta. Justo eso fue lo que lo llevó a tomar una decisión radical en 2014: “Se me ocurrió salirme aunque no tuviera un Plan B”.

Acercarse a Silicon Valley

Durante su paso en el mundo corporativo, descubrió que en México difícilmente encontraría a alguien que lo pudiera coachear en el tema al que él se quería dedicar. Fue así que, con los ahorros de su sueldo, decidió mudarse a California, Estados Unidos, para adquirir conocimientos y hacer más contactos, estando más cerca de Silicon Valley.

Ahí encontró apoyos para emprendedores latinos, como el de la startup Ripple Labs, en San Francisco, que incluía fintech y, sobre todo, gente dispuesta a invertir, expertos que le orientaran y empresas dispuestas a apoyar. Así aprendió que, si quería tener éxito, debía enfocarse en una sola cosa y no querer abarcar todo al mismo tiempo, algo que ha hecho exitoso a Uber.

Bajo esa premisa, en 2015 retomó Saldo.mx para crear una aplicación con la que los usuarios que viven en Estados Unidos paguen servicios en México como luz, gas o teléfono sin necesidad de utilizar empresas de envío de dinero, todo dirigido a migrantes que viven en aquel país.

Ahora, Marco divide su tiempo para moverse entre California y la Ciudad de México para manejar esta empresa, cuyos desarrolladores –que son los mismos que estaban con él desde el principio, pero con más experiencia– están basados en Puebla.

“Nuestro primer objetivo (desde el inicio de la empresa hace 10 años) no era sacar una startup a la fuerza, nos movía más que con el dinero digital se pueden arreglar muchos problemas en áreas remotas en donde se requiere acceso financiero”, explica el fundador de Saldo.mx que cada año crece al doble y que tiene usuarios (este año planean llegar a 20,000) en los 50 estados de Estados Unidos que realizan pagos en todo México.

Hoy, cuando prácticamente ocho de cada 10 mexicanos tienen un smartphone, Marco aprovechó sus fracasos para aprender a ir paso a paso y, sobre todo, emprender en una mejor época para su negocio. Para el futuro, Marco pone la vista en las criptomonedas, pero no para especular, como suele hacerse, sino para llevar servicios financieros a gente vulnerable. “Queremos usar esa tecnología para realmente transformar las redes de pago en México”, señala Marco, quien ya se reúne con otras fintech para poder crear alianzas.

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