



Zachary Joseph Horwitz, mejor conocido como Zach Avery, era un actor y empresario de la industria del entretenimiento. Tristemente se hizo sumamente famoso, pero no por su desempeño en las tablas, sino por ser el cerebro de un millonario fraude piramidal. Con mentiras y un ingenioso plan, este hombre logró recaudar al menos 650 millones de dólares, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Avery de 37 años actuó en diversas películas como “Trespassers” y “The White Crow”, según su perfil de IMDb. Sin embargo, sus cintas fueron de bajo presupuesto e impacto, por lo que nunca alcanzó gran notoriedad o dinero. Esto hizo que su ambición explotara y su cerebro trazara un plan para alcanzar la posición que siempre soñó.
El actor utilizó su compañía, 1inMM Capital LLC, para atraer inversiones bajo la falsa premisa de que los fondos serían utilizados para adquirir derechos de distribución de películas. Según Zach Avery, estas cintas serían distribuidas internacionalmente por gigantes de la industria como HBO y Netflix, pero las afirmaciones eran completamente falsas.
Avery tuvo la capacidad para engañar a decenas de inversores, gracias a su posición en la industria del entretenimiento y su aparente éxito como hombre de negocios de Hollywood. Se presentó como una figura confiable y bien conectada, con lo que pudo atraer grandes sumas de dinero de personas que confiaron en su reputación y conexiones.
Con el dinero recaudado, Avery empezó a llevar el estilo de vida que siempre soñó, el de una verdadera estrella de Hollywood. Gastó el dinero recaudado en lujos, como comprar autos y aviones, rentar yates o hacer fiestas en Las Vegas. Dilapidó el dinero hasta que fue denunciado por sus propios amigos y familiares, a quienes les había robado miles de dólares para su supuesta compañía de entretenimiento.
El sorprendente caso de fraude financiero sacudió a Hollywood y al mundo de las inversiones, pues ni Horwitz, ni su compañía habían hecho negocios alguna vez con estas entidades. Aunque tenía un plan muy bien amarrado, todo empezó a caer en 2019, cuando no pudo cumplir con sus promesas de pago y fue demandado.
De esta forma, Avery fue investigado y años después detenido y pasará hasta 20 años en prisión por operar ese esquema Ponzi o fraude piramidal. Su caso no solo subraya la importancia de la diligencia debida por parte de los inversores, sino también cómo incluso aquellos con conocimientos especializados pueden ser engañados por esquemas bien elaborados que prometen altos retornos.
Así, se revelan los peligros de las falsas promesas de inversión y la importancia de la investigación debida. Emprendedores e inversores deben aprender de este caso para protegerse contra esquemas fraudulentos.
Un esquema Ponzi es un tipo de fraude de inversión en el que los retornos a los primeros inversores se pagan con el dinero de nuevos inversores, en lugar de generar ganancias a través de actividades comerciales legítimas. Estos esquemas dependen de un flujo continuo de nuevos fondos para seguir pagando los rendimientos prometidos, ya que no hay una verdadera generación de beneficios.
Eventualmente, cuando no hay suficientes nuevos inversores para sostener los pagos, el esquema colapsa, dejando a la mayoría de los inversores con pérdidas significativas.
Este caso ofrece varias lecciones importantes para emprendedores e inversores:
Para los emprendedores, este caso es un recordatorio de la importancia de la ética y la transparencia en los negocios. La confianza es un recurso invaluable en el mundo empresarial, y los actos de fraude no solo dañan a los individuos involucrados, sino que también pueden tener un impacto duradero en la reputación de la industria en su conjunto.
Además, este caso destaca la necesidad de educar a los inversores sobre los riesgos y señales de alerta de los esquemas fraudulentos. Las promesas de altos retornos y las historias de éxito demasiado buenas para ser verdad deben ser siempre motivo de cautela.