Estudiar una licenciatura y especializarte, no significa que estés destinado a trabajar para otros. La Dra. Ana Hernández Morales, es una médico cirujana experta en medicina estética íntima, quien al buscar su pasión decidió emprender y fundar GClinic: Clínica de Rejuvenecimiento y Estética Intima, la cual es única en México.
Desde 2018, México se posicionaba como uno de los países más avanzados en cirugías estéticas, de acuerdo con la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS). Entre estos procedimientos el rejuvenecimiento vaginal y la labiaplastia, fue el tratamiento que más crecimiento tuvo en 2019, con un total de 164,667 procedimientos en todo el mundo, es decir, el 1.4% de cirugías. Todo esto antes de la pandemia.
El mercado del rejuvenecimiento vaginal se valoró en 5,155 millones de dólares en 2020, pero se espera que crezca a 9,338 millones de dólares hasta 2026, de acuerdo con un informe de Mordor Intelligence.
Sin embargo, eso no fue lo que motivó a la doctora. Ana Hernández es médica estética desde hace 10 años, pero hace 5 se sintió como estancada, aburrida de hacer siempre lo mismo. Claro que le gustaba, pero no era su pasión. “Ya me había hartado y no sabía qué hacer”, comentó la emprendedora en entrevista con Emprendedor.com.
“Necesitaba algo que no requiriera de mi presencia todo el tiempo. Asimismo, tenía que generar un sistema y le pedí a Dios que me ayudara. Entonces un día tuve un sueño. Me dijo que pusiera una clínica de rejuvenecimiento y estética genital”, explica Hernández.
La doctora pensó que sí era una buena idea ya que siempre le había gustado el tema íntimo, erótico y sexual de manera abierta y natural.
“Bueno, si se puede poner ácido hialurónico en los labios, ahora se puede en la vulva. Si se usa láser en el rostro, también en otras zonas. Obviamente me entrené y busqué mentores sobre el tema. Además de adquirir aparatos especiales para los genitales, no es el mismo para la cara que para los genitales”.
Así explica la diferencia de GClinic a otras clínicas cosméticas: todo es especializado para las zonas íntimas. “Son aparatos que cuestan millones, entonces no todos están dispuestos a comprar un láser de vulva, porque no todos sus pacientes tienen una”.
La doctora Ana Hernández empezó sola en un pequeño consultorio, pero la pandemia la hizo moverse de un espacio a otro. “Fue como el destino. Me quise rajar varias veces en mi emprendimiento, ya vender los aparatos, las cosas e irme como hippie a la playa con el dinero por cinco años. Pero justo cuando pensaba en dejar todo, llegaban cuatro pacientes para rejuvenecimiento vaginal y pagaban casi al contado”, narra la doctora.
Esa fue la señal que la siguió empujando para hacer crecer el negocio. En cuanto a costos, Hernández explica que el mercado está abierto, solo que cuando las personas piensan en arreglos, prefieren lo visible, como el aumento de busto. Sin embargo, la salud sexual es vital para una vida plena.
Incluso, durante la pandemia, la doctora también tuvo que enfrentarse a las limitaciones. No obstante, las mujeres ya jubiladas son las que ayudaron a mantener la clínica operando. “Con todas las condiciones de seguridad en la salud, pusimos promociones porque necesitábamos pacientes, no podíamos darnos el lujo de tener un negocio con concepto nuevo y cerrar. Yo les agradezco inmensamente a esas mujeres que fueron las que nos hicieron permanecer en el mercado”.
Para las mujeres no es nuevo que cause un poco de pena incluso ir al ginecólogo. Ahora ¿estética vaginal? La Dra. Dice que gracias a que casi todos los colaboradores son mujeres, las pacientes se sienten más cómodas.
“Ellas dicen y preguntas cosas que ni a su ginecólogo se atreven. Que si un labio está más ‘flojito’ que el otro o la pigmentación de los genitales, pero no las toman en serio en su consulta. Entonces cuando vienen dicen que aquí sí las escuchamos, tienen esa confianza de contarnos así sea la mínima cosa que generalmente son muy privadas”, explica la emprendedora.
Por otra parte, aunque la clínica se encuentre en una de las zonas más concurridas de la CDMX, es un lugar como ‘escondido’. Por ello, es más íntimo y discreto. “Las pacientes nos dicen que eso les gusta, para que ‘nadie se entere que yo me hago este tipo de cosas'”.
En México sí existen otras clínicas de este tipo, pero de acuerdo con la doctora, ninguna lo hace de forma tan integral. Además, puedes encontrar médicos que tengan un láser, otro tiene el del piso pélvico, y así. De este modo, la clínica ayuda a canalizar a los pacientes en caso de que lo requieran.
La Dra. Ana Hernández es la fundadora de GClinic, ella hizo el equipo con el cirujano, ginecóloga, urólogo, sexóloga, entre otros. Actualmente, ya es una clínica escuela donde mentores de Rumania, India, Dubái, vienen a entrenar a médicos cirujanos, dermatólogos, ginecólogos y estéticos con la tecnología que ya cuentan en una Master Course.
En el resto del mundo, según la Dra. Los que están más avanzados en la industria se encuentran en Medio Oriente, mientras que en el continente Colombia, Brasil, Estados Unidos y México, son otros de los sitios donde más avanzado está el tema de estética vaginal.
En México empezó esta industria desde hace 10 años, pero era solo por medio de cirugía, sin la tecnología con la que hoy contamos. Luego, se popularizó hace 5 años y sigue en crecimiento.
Primero hay que aclarar que cualquier persona, mayor de 18 años puede ir por un tratamiento preventivo. Sin embargo, el target mundial es ahorita en personas de 40 a 50 años de edad, quienes buscan tener una buena calidad de vida. “Es decir, la generación X, ya no quieren ser como los Baby Boomers, que no se cuidaron. Entonces, los X quieren llegar a los 70 años en perfectas condiciones, lo cual incluye su vida sexual”.
“Es una tendencia tener 50 años y verte y sentirte joven”, Dra, Ana Hernández.
Por lo tanto, cada vez hay más personas que invierten en su salud y su cuerpo, y están dispuestos a pagar para estar bien también en su sexualidad.
Aunque existe aún mucho el tabú sobre el tema y no muchos piensan en su salud sexual, la Dra. Con su equipo identificó que la mejor forma de acercar pacientes es hacerles saber que sí hay una necesidad que hay que atender.
“Ellos piensan que no existe esa necesidad. Pero cuando leen en redes que si se te escapan gotitas de pipí no es normal, no apretar después del parto no es normal, no lubricar, tampoco es normal. Cuando ellos se dan cuenta que eso no debería pasar, y que sí tienen un problema y ven la necesidad”, explica Hernández.
Por otro lado, otras pacientes llegan por medio de recomendaciones de sus amigas o conocidas. No obstante, los hombres llegan por mensajes ocultos. De acuerdo con la especialista, “ellos dicen que no tienen ningún problema… pero que sí les gustaría agrandar el pene, por ejemplo”.
La mayoría de los pacientes de GClinic son mujeres, pero cuando un hombre va es para engrosamiento del miembro o aumento del tiempo de erección, y solo representan un 10% de los clientes.
Por último, como la clínica ofrece una atención integral, tiene todo tipos de tratamientos, tanto físicos como psicológicamente. A veces los pacientes tienen todo bien hablando en términos de salud, pero no pueden realizar ciertas cosas en la intimidad, se les canaliza con la terapia energética y la sexóloga.
