



Con 31 años, Claudia Vázquez lidera un movimien en torno a la moda sustentable en México: Estilo Libre. Se trata de una plataforma que combina mentorías de negocio, visibilidad para marcas éticas y un podcast con líderes de impacto, que impulsa una industria más justa, consciente y circular.
“No se trata solo de hacer ropa bonita”, dice Claudia, “sino de entender de dónde viene cada prenda, cómo se produce y qué impacto deja en el planeta”.
Desde sus inicios dando mentorías a emprendedores del Tec de Monterrey y la Escuela Bancaria y Comercial, Claudia se enfocó en ayudar a pequeñas marcas, especialmente del rubro textil. Su transición hacia la moda consciente se dio tras años trabajando con artesanas del Estado de México, descubriendo los retos de la industria y las oportunidades de resignificar la moda desde el territorio.
Según la ONU Medio Ambiente, la industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio global de agua y del 10% de las emisiones de carbono. “Una prenda de mezclilla puede usar hasta 8,500 litros de agua para su producción”, explica la emprendedora. “Y una camiseta de algodón, unos 2,500. Eso es lo que una persona bebe en dos años”.
Frente a la lógica del fast fashion, donde marcas como Shein o Inditex lanzan hasta 52 “microtemporadas” al año, Claudia plantea otro camino: “La moda consciente busca alargar la vida útil de una prenda. Se dice que una prenda bien hecha puede durar hasta ocho generaciones. O sea, tú te mueres y la prenda sigue”.
Su plataforma Estilo Libre apuesta por enseñar al consumidor a leer etiquetas, entender materiales, y valorar procesos éticos. Además, promueve el trabajo con telas recuperadas, mezclilla cruda sin teñido, y pieles veganas hechas de biopolímeros de maíz y trigo.
Estilo Libre es más que un movimiento ecológico: también es una apuesta por el impacto social. Claudia ha trabajado con comunidades artesanas de Villa Victoria, San Felipe del Progreso y el Centro Ceremonial Otomí, ayudándoles a diversificar su oferta, rediseñar sus productos y abrir canales de distribución digital.
“Muchas veces no valoraban su trabajo. Les ayudé a entender su propuesta de valor y a calcular precios justos basados en tiempo y bordado. Una artesana puede tardar un mes en una capa, ¿cómo no va a valer?”, comenta.
Uno de los logros fue que varias artesanas ya venden en Amazon Handmade. Otras han incorporado pequeños bordados tradicionales en prendas más casuales, haciendo que su cultura conecte con públicos jóvenes. “Lo artesanal no tiene por qué ser algo pasado. Puede estar en una blusa de oficina, en una bolsa, en un detalle”, dice Claudia.
Claudia lanzó su podcast Estilo Libre en 2024, como una forma de educar sobre moda, negocios e innovación. “Aunque no te guste la moda, igual consumes ropa. Todos somos parte de esta industria”, afirma. Con más de 20 episodios, ha entrevistado a diseñadores, mixólogas, emprendedores verdes y expertos en circularidad.
El podcast, que está en las plataformas: Spotify, Apple Podcast, Amazon Music, Alexa; y se transmite también en la radio FM del Estado de México. Además, cuenta con columna quincenal en el periódico Guerreros Mexiquenses. Masscer Media es su casa productora y Claudia se encarga de mantener la plataforma viva.
“Todo lo he hecho con reinversión. El registro de la marca, la producción de episodios, el sitio web. Le he metido más de 150,000 pesos”, revela. “Pero cada paso ha sido necesario para construir algo sólido”.
Para 2025, Claudia tiene clara la ruta: consolidar Estilo Libre como un referente en modelos de negocio sostenibles. A un futuro a mediano plazo la idea es lanzar una línea de biomateriales junto a Karime Guillén, una biotecnóloga con quien está desarrollando pieles vegetales elaboradas con base en residuos orgánicos.
“La moda ética no es solo tendencia, es necesidad. Nosotros no queremos ser unicornios, queremos ser cebras: empresas reales, con impacto social, ambiental y económico”, Claudia Vázquez, creadora de Estilo Libre.
El futuro de Estilo Libre pasa por visibilizar más talento local, sumar a diseñadores emergentes y, sobre todo, educar al consumidor. “Porque lo que no se conoce, no se valora. Y hoy más que nunca, necesitamos vestirnos con conciencia”.