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Dark purchasing: ¿qué es, cuánto cuesta a las empresas y por qué deberíamos evitarlo?

El dark purchasing es problemático no sólo porque no es ético, sino porque genera fugas de dinero en grandes cantidades en las empresa.

© Depositphotos.com

Seguramente no haz escuchado del término dark purchasing, pero aquí te lo explicamos.

Uno de los problemas que trajo la pandemia -y del cual poco se habla- es el debilitamiento de la ética y transparencia empresarial. Durante el punto más álgido de la crisis sanitaria, la consultora EY realizó su reporte sobre Integridad Corporativa en el cual se entrevistó a más de 3,500 colaboradores en 33 países, desde cargos directivos hasta los nuevos ejecutivos. Lo estremecedor del reporte es que 46% de los ejecutivos encuestados admitió que sacrificaría la integridad empresarial a cambio de una ganancia financiera a corto plazo, cifra que aumenta hasta el 51% en el caso de los altos directivos.

Según el mismo reporte, 28% de los entrevistados dijo que la interrupción en las cadenas de abastecimiento durante la pandemia fue uno de los mayores riesgos para conductas empresariales éticas, puesto que el escenario de vulnerabilidad e incertidumbre entrega incentivos para que las empresas se salten las regulaciones internas y los estándares de compliance al negociar con sus proveedores.

En lo que respecta a las áreas de compras, donde se manejan grandes cantidades de dinero, existe un área oscura donde muchos bienes se compran fuera de los procesos estandarizados y no se pueden rastrear fácilmente. Esto da espacio a que se incurra en prácticas antiéticas

Cuando se realiza un proceso de compra o licitación para que una compañía pueda abastecerse de insumos o servicios, generalmente es capaz de controlar eficientemente el dinero que invierte en sus “gastos estratégicos”, es decir, aquellos que son esenciales para el negocio. En general, aquí caben hasta el 70% del monto en compras que realiza una empresa, y generalmente no supera el 20% de los procesos de negociación.

¿Pero qué sucede con el 30% restante? Aquí se encuentran los “gastos indirectos o no estratégicos”, donde además las compras, muchas veces, son espontáneas o esporádicas ya que no estaban planificadas con anterioridad. En estas categorías además se suelen procesar en torno al 80% de las órdenes de compra y servicios.

Suele ocurrir también que estos gastos no están bajo la supervisión de ningún departamento en específico ya que generalmente se trata de compras “pequeñas” en comparación al gasto estratégico. Por ende, es posible que ninguna persona dentro de la organización sepa exactamente cuánto dinero se está yendo en este tipo de gastos.

Muchas empresas no se preocupan lo suficiente del gasto indirecto porque argumentan que este no genera ingresos ni es esencial para la continuidad operacional del negocio. Si bien eso es cierto, también es verdad que el gasto indirecto sí agota recursos.

Lo último que quiere una empresa es perder dinero y no tener ningún mecanismo de control para poder evitarlo. Eso es exactamente lo que ocurre con la falta de trazabilidad y transparencia en el abastecimiento de las empresas, lo cual se conoce como “compras oscuras” o dark purchasing, en inglés.

No hay que perder de vista que las empresas pueden perder millones de dólares al año simplemente por falta de visibilidad y control sobre estos gastos indirectos. Un informe de la consultora Accenture sostiene que una empresa de $1,000 millones de dólares desperdicia alrededor de $15 millones anuales debido a la falta de control en sus compras. Tratándose de empresas de menor tamaño, la pérdida es proporcional.

El dark purchasing es problemático no sólo porque carece de elementos éticos, sino porque genera fugas de dinero en grandes cantidades en las empresas y al carecer de una planificación, se invierte mucho tiempo en estas operaciones.

Asimismo, también impide que los compradores puedan ocupar su energía y talento en tareas de mayor valor para el negocio, como levantar una planificación estratégica para el departamento de compras. La búsqueda y reclutamiento de proveedores implica un desgaste para los compradores y demasiado valor se esfuma en tareas repetitivas como llamados telefónicos, envío de correos y documentos. 

El dark purchasing no es algo nuevo, siempre ha existido, muchos jefes de abastecimiento están familiarizados con este tipo de irregularidades, pues son recurrentes. La buena noticia es que la transformación digital está comprobando que, donde puede existir algún error humano , la tecnología puede ofrecer una solución eficiente y rápida.

La startup wherEX, elimina por completo el riesgo del dark purchasing, con una plena trazabilidad y transparencia sobre la gestión de compras. Al centralizar la información en un mismo portal, simplificando las auditorías internas y mediante alarmas configurables es posible prevenir cualquier tipo de práctica colusoria entre los compradores y los proveedores

La tecnología también permite fortalecer el comercio B2B bajo un estricto protocolo de libre competencia, algo que, hasta hace poco, se veía como un lejano horizonte, de esta forma los beneficios para las empresas no solo es la reducción en sus gastos de adquisiciones, sino que también se garantiza que todos los proveedores puedan competir en igualdad de condiciones al negociar con una empresa.

Por Benjamín García, Founder & Director of Financing wherEX

Dark purchasing
autor Es el hub de innovación abierta de Telefónica Movistar más global, tecnológico y conectado. Además de sus operaciones en Hispanoamérica (México, Argentina, Chile, Colombia y Perú), Wayra también opera en Brasil, Alemania, España y Reino Unido. Más de 500 startups participantes del programa de Innovación Abierta de Telefónica siguen activas, y más de 100 startups están haciendo negocio con Grupo Telefónica.