La cuesta de enero más la inflación se presenta como un combo desafiante para la gran mayoría de los mexicanos en este año.
La cuesta de enero nunca es sencilla. Se trata de un momento en el que las personas y familias vienen de periodos sostenidos de gastos considerables—Buen Fin, Navidad, Día de Reyes—solamente para tener que realizar pagos fijos como predial, inscripciones escolares o de membresías que se renuevan anualmente.
A lo largo de 2022 se vieron en México, y en general en toda la región de América Latina, niveles de presión inflacionaria que no habían estado presentes en más de tres décadas. Y con ello, las desigualdades y la falta de educación financiera en la región acrecientan las deudas y mala gestión de finanzas.
La cuesta de enero más la inflación se presenta como un combo desafiante para la gran mayoría de los mexicanos en este año; particularmente, en la medida que las proyecciones más conservadoras de recesión estiman que la situación no vaya a cambiar al menos en los dos primeros trimestres de 2023. De cara a esta coyuntura, los mexicanos tendrán que hacer uso de todos los recursos a su disposición para salir avantes de una crisis que en ningún modo puede ser catalogada de menor.
Apertura de la industria financiera
Ahora bien, a pesar de lo difícil que pinta el panorama, la realidad es que la industria financiera está considerablemente equipada para apoyar a las personas ante un 2023 complejo, tanto por la inflación (considerando que es algo que afecta directamente los bolsillos de una familia) como por la cuesta de enero (un momento en el que se necesita de un uso estratégico de deuda y crédito).
A lo largo de la última década la oferta del sector financiero se ha abierto en la medida que las fintech irrumpieron en la escena. Estas instituciones han logrado diseñar productos únicos para las personas; sobre todo, cuando se trata de poblaciones que han estado históricamente al margen de la oferta financiera tradicional y en donde ha pegado más el aumento de precios.
Cuando decimos que las fintech han abonado a la inclusión financiera no es una aseveración menor, lo han hecho y también, ante este panorama retador de inicio de año, son las encargadas de otorgar créditos accesibles (pagables) a quienes más necesitan de financiamiento inmediato.
Un arma frente a la crisis de la cuesta de enero
Una premisa para el sector es incluir elementos de educación financiera y herramientas digitales para que sus usuarios hagan un uso óptimo de sus servicios. No se trata sólo de dar créditos, sino que se están convirtiendo en un actor clave para que la crisis no llegue (o se aminore) en muchos hogares del país.
Los créditos y soluciones fintech pueden entrar al rescate de las finanzas de los mexicanos en un 2023 complicado. Son productos que se diseñan con tecnología de punta y con una atención exhaustiva a la experiencia de los usuarios finales; lo más importante quizá, con datos e información cabalmente recuperados y analizados incluso con inteligencia artificial y aprendizaje automático que permite atender con exactitud las necesidades de una persona.
¿Y el futuro?
Muchos se habla sobre los problemas que tendrán para financiarse las empresas en 2023; sin embargo, las fintech son punto y aparte. No quiere decir que no tendrán un año complejo, pero sí son y seguirán siendo atractivas para la inversión en la medida en que sepan pulir su modelo de negocios, llegar al mercado correcto y plantear su diferenciador.
En medio de una crisis inflacionaria, precisamente es fundamental que las personas puedan acceder a instrumentos de deuda y crédito que les ayude a sortear con calma y estrategia los problemas que vienen con la cuesta de enero. El sector fintech tendrá que estar a la altura de los mexicanos para acompañarlos en los momentos más difíciles y cuidar el capital que reciben a fin de utilizarlo para crecer y seguir generando confianza para la inversión. Con un nuevo año empiezan nuevos retos y el sector va con todo en este 2023.