Para poder gestionar estas “heridas emocionales”, las empresas a veces necesitan "ir a terapia". ¿Cómo logramos resolver los problemas?
Las empresas necesitan el cambio y esto implica, reconocer cosas que antes funcionaban -y ahora no-, cómo se gestionaron las “heridas” emocionales -la pérdida de algún cliente, un producto que no tuvo éxito como esperábamos, la adopción de nuevas herramientas tecnológicas- ¿cómo logramos darle cauce a estos cambios de manera productiva? Dicho de otra manera, ¿cómo notamos que nuestro negocio debe “ir a terapia”?
Para poder gestionar estas “heridas emocionales”, las empresas utilizan distintas herramientas, como ejercicios para fortalecer el trabajo en equipo, consultoría de negocios o de finanzas, gestión de cambio así como recursos como retiros estratégicos.
¿Tu empresa necesita ‘ir a terapia’?
Sin importar el tamaño de la empresa, todas necesitan pasar -en algún momento- por un proceso de reenfoque y para que tenga un buen resultado, es necesario tomar en cuenta algunos pasos previos:
1. Jerarquiza
Para saber qué queremos lograr lo primero es jerarquizar. Partir de que todo es importante, al mismo tiempo, es el camino más seguro hacia el agotamiento físico, mental y financiero.
2. Encuadre
Este término significa establecer límites y alcances del proceso o cambio a emprender: ¿cuáles son las expectativas?, ¿en qué tiempo? Si se trabaja con un consultor externo, es como si fuera un terapeuta: ¿qué queremos lograr?, ¿cuál es el compromiso que asumimos?, ¿qué es lo deseable en el corto y largo plazo?
3. Diagnóstico
Los humanos estamos diseñados para tomar decisiones con información defectuosa e incompleta. Es lo normal, por eso muchas veces confundimos los hechos con las percepciones o los síntomas con el origen del problema. Un diagnóstico bien hecho implica investigación, recopilación de datos y comparación para lograr nuevos enfoques.
4. Compromiso
Todos estamos sujetos a los cambios, la diferencia está en saber si estamos a merced del proceso o nosotros lo estamos conduciendo, para lo cual es necesario saber qué estamos dispuestos a dar, qué necesitamos obtener y cuáles son los recursos -tiempo, colaboración o inversión- que será necesario.
5. Comunicación constante
Lo peor que podemos hacer en cualquier proceso de ajuste, cambio, sanación o reenfoque es quedarnos con dudas. Puede ser que la información obtenida no nos guste o nos tome por sorpresa, por lo que será necesario profundizar sobre qué metodología se está usando, la fuente de la información o la utilidad de estos nuevos datos.
Todos los procesos de transformación tienen aspectos emocionales, generalmente, son periodos de alta turbulencia, preocupación o dudas, lo que requiere de maximizar acciones de comunicación para mantener canales abiertos, evitar rumores y así lograr mejores resultados.
Sin embargo, todos estos procesos también son inevitables. Lo mejor es que sean ordenados y guiados por los tomadores de decisiones y no por factores externos.
Entonces, ¿tu negocio necesita “ir a terapia”?