5 reflexiones para reforzar tu liderazgo con sentido de pertenencia
El sentido de pertenencia cambia por completo la perspectiva de cualquier persona y un elemento básico para el liderazgo.
Aunque todas las empresas poseen una cultura organizacional, independientemente de si se encuentra formalizada o no lo está, uno de los grandes retos del liderazgo consiste en trasladar esa cultura a la práctica cotidiana, es decir, al plano de conducta organizacional.
La manera más efectiva de llevar a cabo esta labor consiste en comprender la importancia que tiene el sentido de pertenencia en este proceso, para lo cual ofrezco cinco reflexiones que pueden ser de gran utilidad para los responsables de conducir equipos humanos.
1. Una persona sin sentido de pertenencia está perdida y un líder sin sentido de pertenencia hará que otros se pierdan
Como la persona humana es un ser gregario, está en su naturaleza la necesidad de pertenencia institucional: a una familia, a una comunidad, a una organización, etcétera.
El sentido de pertenencia cambia por completo la perspectiva de cualquier persona. Sin pertenencia no hay compromiso. Con pertenencia es posible la confección de un contrato social. El único modo para que un líder pueda infundir sentido de pertenencia a su colectivo es que él mismo lo tenga. Y el único modo de tenerlo es apropiándose del propósito institucional.
2. La labor de un líder se transforma cuando se vuelve anfitrión de los miembros de su colectivo
En esencia el ejercicio del liderazgo se trata de invitar a otras personas para que colaboren en la conquista de un sueño que sobrepasa las capacidades de quien lo imaginó. Bajo esa óptica el líder es el anfitrión y los integrantes de su colectivo son sus convidados, de manera que, si los visualiza en ese contexto, su actitud para con ellos debe ser la adecuada.
En primer lugar, un buen anfitrión les extiende la más cordial bienvenida a sus invitados y les procura una atención esmerada, asegurándose que nada les falte. Además, se cerciora con regularidad que se sientan cómodos y que estén disfrutando de su estancia… Igual que lo hacen los buenos líderes con los miembros de su colectivo.
3. El resultado potencial de un líder es inversamente proporcional a la distancia emocional con su colectivo
Cuando el líder se ha apropiado del propósito institucional y ha caído en la cuenta de su papel como anfitrión, debe robustecer los lazos afectivos con los miembros de su colectivo.
En muchos contextos esta acción sigue siendo vista como una muestra de debilidad en el ejercicio del liderazgo, señalando la conveniencia de mantener la separación entre los involucrados. Sin embargo, una situación no está reñida con la otra, como se demuestra que cuanto más se aprecia a una persona, más respeto se le tiene. Por tanto, para obtener los mejores resultados en su gestión, el líder debe esforzarse en estrechar el vínculo personal con cada uno de los integrantes de su colectivo.
4. El sentido de pertenencia pleno solo ocurre si el líder conoce a cada miembro de su colectivo y ellos también le conocen
La travesía rumbo al conocimiento del otro debe comenzar por iniciativa del líder, quien debe prepararse para hacer un recorrido diferente según lo requiera cada caso particular.
El objetivo del viaje es lograr la confianza de cada integrante del colectivo, lo cual supone un esfuerzo de doble vía: que la persona acceda a ser conocida y que el líder acceda a que se le conozca. Este proceso es gradual y no está exento de vicisitudes pues implica identificar tanto las virtudes y las fortalezas, como los vicios y las limitaciones de cada uno de los involucrados.
5. “Nosotros” es la palabra que demuestra un correcto liderazgo del sentido de pertenencia
Al igual que ocurre con el sentido de responsabilidad, el sentido de pertenencia debe estar profundamente arraigado en el líder, lo cual solo es posible en una organización afín a sus convicciones. De ahí que el líder deba ser muy selectivo al momento de formalizar un compromiso institucional, ya sea que se trate de un proyecto propio o de uno en el que va a colaborar.
Y lo mismo aplica al elegir a los integrantes de su colectivo, pues será imposible infundir sentido de pertenencia a personas no afines a las convicciones institucionales. Una vez teniendo clara la base común del colectivo, el sentido de pertenencia debe procurarse por todos los medios: desde la filosofía organizacional hasta el código de vestimenta.
La mejor evidencia de un colectivo con profundo sentido de pertenencia se presenta cuando las palabras yo, tú, él, ella, ustedes, ellos y ellas ceden su lugar a la palabra nosotros.