Carrie Fisher, la actriz que dio vida a la Princesa Leia en la saga de Star Wars, recibirá su estrella en el Paseo de la Fama este jueves 4 de mayo. Recordemos que la actriz hija de Debbie Reynolds falleció el 27 de diciembre de 2016, luego de batallar con las secuelas que un ataque al corazón.
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Como para muchos otros, Leia fue mi primera heroína. El modelo al que aspiré desde niña. Más allá de las críticas que me puedan hacer personas que no son seguidores de Star Wars, nadie puede negar que la líder de la Rebelión era un gran ejemplo a seguir para una niña de 5 años.
La Carrie de carne y hueso también fue un gran modelo. Ciertamente, tuvo que enfrentar el desorden bipolar desde muy joven, lo que la llevó a depender de drogas por unos años. Tiempo después se recuperaría y utilizaría su experiencia con absoluta franqueza para darles voz a las personas que viven con una enfermedad mental. Ya en su madurez, se convertiría en una incansable guerrera por los derechos de las mujeres.
Estoy segura de que su más famoso personaje fue la primera heroína de muchos emprendedores. Leia encarnaba la fuerza de enfrentarse con entereza a las más terribles circunstancias que a mucho de nosotros nos gustaría tener al momento de arrancar un negocio. Es por eso, y a modo de homenaje sencillo pero muy personal, quiero recopilar algunas de las frases de Fisher que más me han inspirado ya que demuestran que se puede ser valiente en el día a día, enfrentando a los demonios personales.
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Fisher se volvió una fuerte defensora de los derechos de la mujer en los últimos años de su vida y entendió el poder que tenía la Princesa Leia para inspirar a las pequeñas. Es más, solía decir que si tenías que quedar vinculado a un personaje para siempre, no había otro mejor que el de la líder de la Rebelión Galáctica.
Así explicaba Fisher sus diferentes libros y obras de teatro que hablan sobre problemas mentales. Solía decir que contar sus experiencias la liberaba, evitaba que otros asumieran los detalles de su vida y hacía que la vergüenza se volviera insignificante.
La actriz pasó un periodo muy oscuro en la década de los 80, cuando era adicta a las pastillas para dormir. Incluso terminó en el hospital por una sobredosis en 1985. La experiencia le sirvió para escribir varios libros y hasta obras de teatro.
Así lo expresó en su libro Wishful Drinking, en el que trató de darle un rostro más humano a una compleja enfermedad mental y quitar el tabú que existe a su alrededor. Solía decir que funcionar día a día a pesar de tener la condición era “algo de que estar muy orgulloso, no avergonzado”.
Fisher solía decir que nadie iba a recordar que escribió varios libros o que salió en When Harry met Sally y que si quería una mesa en un restaurante siempre iba a recurrir a su personaje. En muchos de sus escritos la actriz habló de lo difícil que fue aceptar que ella solamente se parecía Leia y que la famosa era ella, no Carrie.
