



Del millón de boletos vendidos para el Mundial, solo el 22% de los interesados logró conseguir entradas. México se prepara para recibir 13 partidos oficiales en 2026, los cuales podrían generar más de 3 mil millones de dólares en actividad económica y atraer a más de 850 mil aficionados.
Varios programas públicos y privados están enfocados en aprovechar el impacto económico del torneo. El objetivo es claro: que el 2026 no se trate solo de un evento deportivo, sino de una oportunidad para impulsar el crecimiento local sostenible.
A medida que crece la emoción por la Copa Mundial de la FIFA 2026, las tres ciudades sede de México —Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— se preparan para uno de los eventos deportivos con mayor impacto económico en la historia reciente del país. Según estimaciones del gobierno y de expertos independientes, el torneo podría generar más de 3 mil millones de dólares en actividad económica, impulsado por obras de infraestructura, participación de empresas locales y una exposición global sin precedentes.
La FIFA confirmó que ya se han vendido más de un millón de boletos tras el Sorteo de Preventa de Visa, con aficionados provenientes de más de 210 países y territorios. Entre los diez países con mayor demanda destacan Estados Unidos, Canadá, México, Inglaterra, Alemania, Brasil, España, Colombia, Argentina y Francia. Este arranque anticipa una afluencia masiva de visitantes internacionales. Si algunos de estos países juegan partidos en México, el impacto para hoteles, restaurantes, transporte y comercios locales podría ser aún mayor.
Sin embargo, solo el 22% del total de 4.5 millones de personas registradas para la preventa logró conseguir boletos, dejando fuera a la mayoría de los aficionados.
Durante el Mundial de Catar 2022, los aficionados con boleto gastaron en promedio 400 dólares por día, un 39% más que en Rusia 2018. Con precios 2.5 veces más altos en los boletos para 2026, se espera un aumento significativo en el gasto promedio por visitante.
Un ejemplo de ello es el hospedaje. En las ciudades sede, los precios ya reflejan la fiebre mundialista: se han registrado incrementos de hasta 1,000% para las fechas de los partidos, pasando de 2,000 a 24,000 pesos por noche. Muchos hoteles cercanos a los estadios ya no tienen disponibilidad, una señal clara del interés que despierta el torneo, pero también una barrera económica para los fanáticos locales que buscan ser parte de la experiencia.
Aunque existen diversas proyecciones sobre la cantidad de turistas que llegarán, la cifra más realista es de 850 mil asistentes a los partidos, resultado del número total de asientos y encuentros que se jugarán en territorio nacional. Con base en los gastos registrados en ediciones anteriores, el impacto económico se estima entre 680 millones y mil millones de dólares.
De los 13 partidos que se celebrarán en México —incluido el inaugural en el Estadio Banorte—, se espera que los negocios locales sean los principales beneficiarios de las transacciones en alimentos, bebidas, entretenimiento y souvenirs. Sin embargo, la baja digitalización y la limitada preparación de muchos comercios podrían dificultar su conexión con el mercado global que acompañará al torneo.
De acuerdo con el estudio “Retrato del México Actual: Consumo social y político” de ACSI Research, tres de cada cuatro mexicanos (74.2%) saben que el país será sede del Mundial, y la intención de compra y asistencia aumenta de acuerdo con el nivel socioeconómico, donde también se concentra el mayor interés por el evento.
El futbol es el deporte favorito del país (39.7%), reafirmando su papel como símbolo de la cultura nacional.
Aunque México solo albergará 13 de los 104 partidos, el impacto podría ser profundo. Con 850 mil aficionados gastando al menos 400 dólares diarios, más el consumo de quienes seguirán los encuentros desde bares, restaurantes o fan zones, el evento promete dinamizar las economías locales.
Para asegurar que este gran evento beneficie a la mayoría, se han lanzado programas de capacitación, certificación y apoyo en los estados sede.
En Nuevo León, el gobierno implementa el programa “Ser Turista”, que promueve la inclusión en los negocios. A través de alianzas con empresas e instituciones, el programa busca democratizar el turismo, promover la integración, el respeto a la diversidad y la sostenibilidad, convirtiendo el turismo en una herramienta de empoderamiento.
En Jalisco, se presentó el programa “Somos 26”, con el cual, desde los gobiernos estatal y municipales de Zapopan y Guadalajara, se capacitará a los negocios en buenas prácticas de calidad, higiene y gestión empresarial.
Y en Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León, diversas organizaciones impulsan la iniciativa OLA México, con el objetivo de capacitar a los negocios locales en digitalización, estrategias de mercado y planeación financiera, para que puedan estar preparados ante la alta demanda que traerá el evento. Además, los negocios participantes reciben un apoyo económico para implementar lo aprendido en el programa.
A menos de diez meses del Mundial, las preparaciones para recibir a los visitantes y aficionados se aceleran para asegurar que sea una gran experiencia para todos. Conforme se definen más detalles del torneo, también se aclara la oportunidad que representa para México.