



El Simulacro Nacional 2025 es un ejercicio organizado por las autoridades de protección civil con el objetivo de reforzar la cultura de la prevención y la autoprotección en caso de un sismo.
Este simulacro realiza cada 19 de septiembre en memoria de los terremotos de 1985 y 2017, que marcaron la historia de México y evidenciaron la necesidad de contar con planes de emergencia claros y eficaces.
A fin de reforzar el realismo del ejercicio, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) estableció para este año una hipótesis de un sismo con magnitud de 8.1 puntos en la escala de Richter con un epicentro de 4 km al sureste de Acapulco.
La alerta sísmica se activará a las 11:00 am en punto, momento en el que millones de mexicanos pondrán a prueba sus protocolos de seguridad.
El aviso se difundirá a través de los altavoces del C5 en la Ciudad de México, así como por radio, televisión y la aplicación de alerta sísmica en dispositivos móviles.
Se trata de una activación preventiva, sin movimiento telúrico real, que permite ensayar la reacción inmediata ante un escenario de riesgo.
El registro de inmuebles en el Simulacro Nacional 2025 es un paso esencial para que escuelas, oficinas, comercios y viviendas hagan oficial su participación. Al registrarse, las instituciones y familias reciben material de apoyo, guías de actuación y recomendaciones específicas de la CNPC, lo que permite reforzar la preparación ante un sismo.
El proceso es sencillo: basta con ingresar al sitio oficial de la CNPC o al portal de la dependencia estatal o local correspondiente. Ahí, se solicita información básica como el tipo de inmueble, dirección, número de personas que participarán y los protocolos que se pondrán en práctica.
Por ejemplo, una escuela primaria puede registrar a toda la comunidad escolar para recibir materiales pedagógicos y fichas didácticas, mientras que una oficina puede acceder a manuales para evacuar de forma segura a sus empleados.
En el caso de una vivienda, las familias obtienen recomendaciones personalizadas sobre cómo reforzar su Plan Familiar de Protección Civil.
Es fundamental revisar y actualizar el Plan Familiar de Protección Civil, asegurarse de que la mochila de emergencia esté completa y en buen estado, identificar las zonas de menor riesgo dentro de casa, escuela u oficina, y ubicar los puntos de reunión seguros.
En el momento en que suene la alerta, la clave es mantener la calma. Se recomienda desconectar aparatos eléctricos, aplicar la técnica de agacharse, cubrirse y agarrarse, y en caso de encontrarse en un edificio, evacuar de manera ordenada hacia los puntos de reunión, evitando el uso de elevadores.
Tras el simulacro, es importante evaluar el entorno inmediato, seguir las indicaciones de las autoridades, usar el teléfono solo en caso de emergencias y verificar que todos los integrantes de la familia estén bien y presentes.
La mochila de emergencia es un elemento básico para enfrentar una contingencia.
Debe incluir agua embotellada, alimentos no perecederos, botiquín de primeros auxilios, linterna, radio de baterías, pilas de repuesto, copias de documentos importantes, silbato, gel antibacterial, cubrebocas y artículos personales esenciales.
Esta preparación facilita la atención inmediata en caso de que un desastre natural interrumpa servicios básicos.
Un Plan Familiar de Protección Civil debe elaborarse con anticipación e incluir la definición de roles y responsabilidades para cada miembro de la familia, así como la designación de un punto de encuentro seguro dentro y fuera del hogar.
Por ejemplo, en una familia de cuatro integrantes, uno puede encargarse de tomar la mochila de emergencia, otro de auxiliar a los adultos mayores o niños pequeños, mientras que otro se asegura de cerrar llaves de gas y desconectar aparatos eléctricos. El último puede verificar que todos estén listos para evacuar.
En cuanto a los puntos de encuentro, se recomienda elegir un espacio dentro del hogar, como el pasillo principal o una zona estructuralmente segura, y un sitio externo, como el parque de la esquina o una explanada cercana, donde todos puedan reunirse en caso de evacuación total.
Además, se sugiere practicar el plan periódicamente para que cada miembro recuerde sus responsabilidades y la familia pueda reaccionar de manera coordinada.
La capacitación constante en primeros auxilios, uso de extintores y protocolos de evacuación es una herramienta vital para enfrentar emergencias.
Además, es importante considerar las necesidades de grupos vulnerables, como personas con discapacidad, adultos mayores, niñas y niños, asegurando medidas específicas que les permitan participar de forma segura en el simulacro.