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05-01-2022, 4:02:25 PM

‘¡Sigue tu pasión!’ puede ser el peor consejo que te den, mira por qué

Hay personas que "aman" cantar o cuya "pasión" es jugar futbol. Pero eso no es suficiente. Si quieren ser exitosos, tienen que tener talento.

© Depositphotos

Actualmente la edad promedio de los emprendedores en México es de 33 años. Por supuesto, existen emprendedores muy jóvenes… y otros que ya con canas emprenden y alcanzan el éxito. Lo que es cierto es que, hoy por hoy, los millennials representan más el 80% de los nuevos emprendimientos. Y si hay un consejo que nos han dado a los millennials miles de veces es este: “Sigue tu pasión”.

Emprender no es lo mismo que tener éxito. Muy pocos emprendedores “le pegan” a la primera, y la mayoría de los grandes empresarios lo saben. Alguna vez el director general de Tajín, hoy una empresa multinacional exitosa, me lo dijo con total confianza: “He quebrado más empresas de las que he logrado… y hubo varios momentos en que pensé cerrar Tajín”. Pero la perseverancia paga, y cada derrota se convierte en un nuevo escalón hacia el futuro.

Si alguna vez has pensado en iniciar tu negocio o te has preguntado ¿por dónde empiezo? Quizás te has hallado con un amigo, tus papás, un profesor o un supuesto experto que te dirá: ¡sigue tu pasión!

Mal negocio

“¡Sigue tu pasión!”

Este es quizás el consejo más común… y uno de los que puede causar más daño. El mundo moderno nos ofrece miles de opciones, y suena tentador “seguir tu pasión” porque, según te dicen “así nunca tendrás que trabajar realmente”. En verdad, ¿quién podría contradecir esta lógica?

Sin embargo, la “lógica” se desmorona muy rápido. Tú conoces -y yo también- muchas personas que tratan de seguir su pasión, pero nunca logran despegar, ni sentirse satisfechos, felices o libres. Al final, acaban trabajando en lo que sea y dedican los fines de semana -si tienen suerte- a su pasión. Estas son las personas que odian los lunes, los que nunca encontraron su lugar en el mundo.

Y es que, aunque hacer algo que te apasiona sí es muy importante, no es suficiente para encontrar un camino que te lleve al éxito.

Ante la pregunta “¿por dónde empiezo?” o “¿qué negocio elijo?”, no basta decir “¡haz lo que amas!”. La respuesta correcta tiene tres pasos:

  1. Identifica tu talento.
  2. Conecta con tu pasión.
  3. ¡Aprende el negocio!

Estos son solo los tres primeros pasos. La pasión es un sentimiento poderoso que nos impulsa, pero como todos los sentimientos, puede ser cambiante; y es seguro que algunos días te sentirás menos animado que otros. También –y esto es muy importante- el hecho de que algo “te guste” o que “lo ames” no significa que eres bueno.

La pasión no basta

Hay personas que “aman” cantar o cuya “pasión” es jugar futbol. Pero eso no es suficiente. Si quieren ser exitosos, tienen que tener talento. Los talentos son diferentes para cada persona, y descubrir el tuyo puede ser el momento más decisivo de tu existencia. Los talentos nos son naturales, nacimos con ellos, y es nuestro deber desarrollarlos.

El lugar ideal para iniciar un negocio o una carrera es dentro de lo que Ken Robinson llama “el elemento”, que es el punto en donde tus pasiones y tus talentos se conectan:

Imagen: Francisco García Pimentel.

En el entorno del éxito, tu talento es el primer paso. Tienes que hacer algo para lo que seas bueno y, además, puedas mejorar con entrenamiento, práctica y estudio. Te voy a decir algo que puede sonar cruel, pero alguien tiene que decírtelo: Si tienes dos pies izquierdos, no importa que sientas pasión por jugar futbol: nunca podrás ser profesional. Si mides 1.45 de estatura, no importa que sientas pasión por el basquetbol; lo más probable es que no te veremos en las olimpiadas.

Así que empieza por verte en el espejo y preguntarte ¿cuál es tu talento? Si no sabes, pregunta a quienes te conocen. Ahora avánzalo aún más; hazte el mejor haciendo eso que haces. El autor Malcolm Gladwell, autor del exitoso libro “Fuera de Serie” (Outliers) afirma que se necesitan 10 mil horas de práctica para desarrollar un talento a un nivel de excelencia. No basta tener talento; hay que desarrollarlo. Pero dedicar tiempo a hacer algo para lo que no tienes talento ni amas, será un purgatorio y una pérdida de tiempo.

El tercer paso: hacer dinero en tu elemento

Hay quienes eligen su carrera porque creen que en ella se puede hacer dinero. Pero ¡ojo! Hay personas con éxito (y dinero) en todas las actividades. Hay deportistas, contadores y abogados millonarios, pero también poetas, bailarines, maestros y escritores. ¡Eso que haces bien y que amas puede convertirse en una carrera muy brillante! Dinero hay en todas partes. La diferencia se encuentra en la manera en que aplicamos nuestro elemento al formato de negocio.

Así que, no, tampoco basta tener talento y pasión. Hay excelentes actores que nadie contrata, o grandes cantantes que no llegan a quincena. Si has encontrado tu elemento, el siguiente paso es aprender y entender el negocio. Hay que entender cómo hacer dinero con ese talento. Aprender a operar, a vender, a sacar las cuentas, a llevar proyectos, a cobrar, a delegar y a crecer. Ese es tu negocio, y nadie lo puede hacer mejor que tú.

Aunque hay personas que no están de acuerdo con lo que voy a decir, yo estoy seguro de que es absolutamente cierto: vale la pena buscar personas y lugares en donde puedas aprender, aunque al principio no te paguen, o te paguen muy poco. Claro, trabajar gratis haciendo algo que no te gusta, es simple explotación. Pero si estás en tu elemento, el aprendizaje será el mejor de los pagos posibles.

¿Tienes talento y pasión por la cocina, y quieres emprender? Entonces no te importará pasar días y noches trabajando en un restaurante, porque sabes que es solo un paso para seguir creciendo (¿recuerdas la regla de las 10 mil horas?). ¿Las leyes son lo tuyo? Entonces sí, aunque empieces sacando copias, busca un lugar en donde puedas aprender la manera en que el negocio funciona: ¿Cómo encuentran clientes, cómo llevan los procesos, cómo contratan, cuánto cobran, cuáles son los riesgos, las crisis y los dolores de cabeza? Para ser un abogado rico, no basta ser un buen abogado, también hay que aprender el arte de emprender.

Emprender tiene sus partes menos divertidas: los números, los reglamentos, los impuestos, los clientes molestos. Que sigas tu talento y tu pasión no significa que todo va a ser sencillo y divertido. Hay que entrarle de lleno, aprender la maquinaria y construir con visión. Esto significa miles de horas invertidas; muchos errores; muchos retos y muchas noches en vela.

Lo que sí te puedo prometer es esto: trabajar dentro de tu elemento te va a facilitar las cosas en un cuatro mil por ciento. Buscar y conocer tus talentos y conectarlos con tus pasiones te ayudará a llegar más lejos, más rápido y con mayor placer que cualquier otra cosa. Estar copiando negocios solo porque a otros les ha funcionado es una carrera que siempre vas a perder. Descubre, en cambio, tu propia carrera.

Cuando estés allí, en la cima de tu propio éxito (no hay dos iguales), otros te verán y dirán: ¡Qué buena suerte tiene!, pero tú y yo sabemos que no se trata de suerte, sino de encontrar tu talento, desarrollarlo y enfrentar el reto de transformarlo en negocio.

Si estás en una carrera que no avanza, pregúntate ¿estoy verdaderamente en mi elemento? Si la respuesta es “no”, entonces detente, abre los ojos y empieza a construir. Créeme: nunca es tarde para estar en el lugar correcto.

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autor Dircom en Universidad Panamericana Aguascalientes. Oratoria, comunicación estratégica, storytelling. Creador de @Dibujomentarios. Socio en DiezLetras Comunicación. Autor de la saga de El Delegado Francés y algunos otros títulos, como Todos Hablan, Pocos Conectan y Como Pez en el Agua. Abogado y Doctorando en Comunicación. Sigue su podcast "Todos Hablan, Pocos Conectan" en Spotify y consigue sus libros en Amazon.