



Sam Altman, CEO de OpenAI, advirtió que el mercado de inteligencia artificial podría estar inflado. Aunque reconoce el poder transformador de esta tecnología, alerta sobre una oleada de inversión exagerada que podría desembocar en una burbuja estilo “dot-com”.
En una cena con periodistas reportada por The Verge, Sam Altman fue franco: “¿Estamos en una fase donde los inversores están sobre-entusiasmados por la IA? Mi opinión es sí. ¿Es la IA lo más importante que ha sucedido en mucho tiempo? También digo que sí.”
Luego advirtió: “Suele pasar que gente inteligente se emociona demasiado sobre una idea con base real.”
Altman reconoce que la IA representa un avance histórico. Pero ese mismo progreso está impulsando una inversión irracional, donde empresas prometidas o conceptuales reciben valoraciones desconectadas de su desempeño real. La paradoja: la IA es vital, pero la euforia financiera podría ser insostenible.
Aun así, Altman proyecta que OpenAI invertirá “billones de dólares” en centros de datos e infraestructura. La apuesta no es solo innovación, sino construir capacidades duraderas que resistirían correcciones del mercado.
Un reporte del MIT indica que 95% de las empresas que invirtieron en IA aún no ven retornos medibles. Esa desconexión alimenta las dudas del mercado y se refleja en la caída de acciones de gigantes como Nvidia, Palantir y otros.
El optimismo desmedido recuerda a la crisis de las puntocom. Altman hizo esa analogía, y expertos como Ray Dalio y Torsten Sløk amplían la advertencia: hoy el fenómeno podría ser incluso más inflado que en 1999, impulsado por especulaciones y falta de fundamentos reales.
Las palabras de Altman son un llamado de atención al corazón de la revolución de la IA: sin regulación financiera y enfoque en resultados, el entusiasmo puede llevar a una burbuja destinada a estallar. Para ciudadanos, empresas e inversores, mantener un equilibrio entre innovación y prudencia es hoy más crucial que nunca.