El mercado laboral está experimentando una revolución silenciosa con la aparición de tendencias como el “quiet quitting” y “quiet ambition”. Estos fenómenos reflejan un cambio en las prioridades de los trabajadores, que ahora buscan un equilibrio entre la vida personal y profesional.
Tras lo acontecido en los últimos años, el mundo laboral no ha vuelto a ser el mismo. Cambios entre los que destacan la adopción generalizada de modalidades como el home office o el esquema híbrido, o la aparición de nuevos y silenciosos fenómenos que de una u otra forma están impactando el día a día en las empresas, son parte de esta nueva realidad.
La acumulación de experiencias durante los pasados cuatro años, aunado a los cambios generacionales, han llevado a que las prioridades de la fuerza laboral evolucionen, dando como resultado el surgimiento del: quiet quitting, quiet ambition o quiet vacation. A continuación te explicamos en qué consisten
Para algunos, una amenaza; para otros, una necesidad; pero el quiet quitting es una realidad que está poniendo a temblar a las empresas.
Y es que algunos trabajadores están enfrentando una importante problemática: la vida laboral se ha vuelto esclavizante y sus jornadas se caracterizan por exceso de estrés, altas cargas de trabajo u horas extra no retribuidas. Esto no solo les impide tener tiempo para ellos mismos o de ocio, sino que afecta tanto su salud física como mental.
Ante esto, hace un par de años surgió una tendencia llamada renuncia silenciosa. Este fenómeno representa un cambio importante en la mentalidad de los empleados quienes se limitan a hacer lo que tienen que hacer.
El quite quitting es una invitación a dejar de dar ese extra y sacrificar tu tiempo personal para darlo a la empresa sin una retribución, principalmente económica. Quienes lo ponen en práctica, dejan de hacer aportaciones adicionales y cumplen con lo establecido en sus descripciones de trabajo o lo acordado previamente.
Otra de las situaciones que han revolucionado el mundo laboral es la ambición silenciosa, también producto de ese deseo de priorizar el bienestar personal sobre la vida profesional.
Bajo esta premisa que principalmente se ve entre millennials y centennials, las promociones han dejado de ser el objetivo profesional y, en su lugar, han sido sustituidas por tener un cargo que permita tener un estilo de vida más balanceado.
Los empleados ya no aspiran a los grandes puestos que, por el mismo rango que representan, son sinónimo de más responsabilidades o una mayor demanda de tiempo personal. La tendencia ahora apunta a tener un cargo, por lo general de menor jerarquía, y que por consiguiente es menos estresante.
Con el quite ambition, la realización profesional ya no significa llegar a lo más alto en la escala laboral, sino tener un trabajo que les permita a los empleados realmente vivir, y no solo económicamente hablando, también en términos personales.
El trabajo remoto, en muchos casos, ha significado una mejora a la calidad de vida de los empleados debido al ahorro en tiempos de traslado y de dinero, mayor comodidad, más tiempo con sus seres queridos, etcétera. Sin embargo, todas estas “libertades” que ofrece este esquema, no suelen ser bien aprovechadas por todos.
Es precisamente esto último lo que ha contribuido al surgimiento del fenómeno quiet vacation. Éste hace referencia a cuando los colaboradores toman días de descanso sin avisar a sus empleadores, y recurren a técnicas como la programación de mails en horario laboral o mover el mouse para que la computadora o el servicio de mensajería no entren en estado de suspensión, y así no ser descubiertos.
Esta situación ha generado opiniones divididas. Por un lado, están quienes critican a los empleados al no ser honestos y los acusan de falta de responsabilidad y profesionalismo. La contraparte argumenta que le problema es el entorno de trabajo carente de confianza en el que las personas prefieren mentir a pedir algo a lo que por ley tienen derecho.
Hay varias razones que dieron paso al nacimiento de estas tendencias, con las que la fuerza laboral “hace justicia” con sus propias manos. Entre ellas podemos nombrar:
Estas silenciosas tendencias están obligando a las empresas a buscar soluciones para así evitar que se puedan convertir en un problema.
