



Si deseamos que un inversionista se interese en nuestro proyecto o empresa, tendremos que hacer uso de un pitch deck, una técnica de venta —usualmente presentada en Power Point, Google Slides o Keynote— que resumirá en una breve presentación visual la misión de tu empresa, tu plan de negocio y la visión de crecimiento de la misma, es decir, la forma en que le venderás tu empresa a los potenciales clientes.
Intenta ponerte en los zapatos de un inversionista que revisa muchas propuestas de startups al año. Lo que verdaderamente necesita es encontrar en cada una de ellas información real y medible que le permita detectar el potencial de las empresas que buscan su inversión. Las preguntas para las que buscará respuesta suelen ser de este tipo: ¿Cuánto dinero generan por mes?, ¿cuál es su capital hasta el momento?, ¿cuánto han crecido?
Quizás, sin siquiera pensarlo, un inversionista hace uso de algo conocido como “Teoría Financiera”, que algunos consideran el mejor método para conocer la aceptabilidad u ordenación de los proyectos de inversión. Consiste en averiguar el valor actual neto (VAN) de los flujos de la caja, es decir desembolsos y reembolsos, asociados al proyecto.
Para que un pitch deck sea verdaderamente bueno y funcional, tanto para quien presenta la propuesta como para el inversionista, debe contener al menos los siguientes 12 puntos:
Lo más difícil será lograr mantener el interés de un inversionista que ha revisado cientos de propuestas, convencerlo de que la tuya es la mejor y lograr el “sí”.
A continuación, los do’s y dont’s que deberás tener en mente al momento de realizar tu pitch deck:
Uber, por ejemplo, tiene uno de los mejores pitch decks que existen en el mercado, ya que resume de manera muy puntual su modelo de negocio, a dónde quiere llegar, quiénes forman parte del proyecto, cuál es su presupuesto, su previsión de ganancias, etc.