



Imagina una tribu con millones de personas que van haciendo su peregrinaje alrededor del mundo según los climas, los contextos y las tareas a realizar. Se van conectando y desconectando con experiencias de conocimiento diferentes, y no temen cruzar fronteras culturales, de diversidad y de inclusión para avanzar.
De alguna forma parece que hoy estamos siguiendo el concepto de “nómada de conocimiento” (knowmad en inglés) creado por John Moravec , especialista en el futuro del trabajo y la educación, para identificar a los nuevos estilos de trabajadores que se mueven permanentemente ávidos de conocimiento disponible pero disperso.
Estos ‘nómadas’ ahora son innovadores, creativos, y pueden trabajar colaborativamente con cualquier tipo de personas en todo momento y en cualquier lugar. Aquellos que buscan contratarlos aprecian especialmente su visión amplia del mundo y las situaciones, perspectivas diferentes, encuadres distintos a los problemas cotidianos, y un mayor conocimiento de sí mismo como valor agregado. Esto les permite tener inteligencia e innovación emocional para aplicarla a los proyectos que están desarrollando.
En un mundo VICA (Volátil, Incierto, Cambiante, Ambiguo) , ser nómada es una alternativa a integrar con los modelos antiguos, ya que no hay nada seguro ni con continuidad en cualquier actividad, y sin ánimo de ser apocalíptico, probablemente no lo habrá nunca más.
Hoy en día todos somos nómadas del conocimiento, pues las fuentes de las que aprendemos son múltiples. El esquema tradicional en el que un jefe, líder, guía, gurú, maestro o profesor era el que sabía todo, convive con nuevos formatos sustentados fundamentalmente en la tecnología y la Inteligencia Artificial. Así, una simple búsqueda de un tema en Internet nos hace ir mudándonos de territorio en territorio para hallar nuevas respuestas, aquellas que a su vez disparan otras preguntas, y así hasta el infinito.
El concepto nómada no es nuevo. Hace más de una década en que los formatos tradicionales están dando lugar a otras modalidades. En la mayoría de las industrias ya no es necesario estar todos en una misma oficina, si bien este modelo convive con el home-office o el trabajo a distancia desde cualquier punto del planeta.
En la actual sociedad de la información no hace falta una ubicación determinada, porque el mundo es el lugar, así de amplio y excitante a la vez en término de experiencias para las personas. Es interesante ver cómo eso se conecta con un propósito mayor de un equipo que quizás sea global e interactúe con personas que viven distintas realidades.
De allí que estos nuevos paradigmas del conocimiento se basan en aprender haciendo, que constituye el 70% de la experiencia de aprendizaje que sugiero a las empresas. Es en el trabajo en sí mismo, el día a día, las actividades cotidianas donde se produce la gestión virtuosa de entrenamiento en las nuevas habilidades que hoy se necesitan.
Un 20% es dedicado a la exposición y a distintos tipo de experiencias como coaching, mentoring, habilidades complementarias y blandas, entrenamiento mediante apps y plataformas diseñadas especialmente y un programa de aprendizaje continuo apoyado en la mejora profesional y personal. Esto último es relevante para crear un entorno de mejores personas orientadas a mejores resultados.
Y el 10% que resta es para cursos de los llamados tradicionales u online como aspectos técnicos de las tareas. En resumen, esto es el modelo 70 20 10 que aplico en muchas empresas para generar un círculo virtuoso de conocimiento
Aquí va una serie de distinciones y características de los nuevos trabajadores nómadas: