



Flexibilidad es uno de los términos más sonados en los últimos años, especialmente tras la pandemia,la cual permitió a la fuerza laboral de todo el mundo gozar los beneficios que esto ofrece. A raíz de ello, han surgido diferentes tendencias como el cronotrabajo que fomentan una cultura de empresarial más relajada o tolerante y que, además, prometen aumentar la productividad.
El cronotrabajo tiene repercusiones positivas en los índices de satisfacción laboral e influye en generar un piso más parejo para todos los colaboradores; sin embargo, para las empresas implementarlo implica una serie de retos importantes a considerar.
El término se le atribuye a la periodista Ellen C. Scott, ella se refería al cronotrabajo como una forma de alinear las tareas laborales con los ciclos circadianos de los empleados para impulsar la eficiencia y bienestar. Los ciclos circadianos son ritmos biológicos que regulan diversos aspectos humanos como el sueño o los niveles de energía en un periodo aproximado de 24 horas.
Adaptar el horario de oficina y las tareas a estos diferentes ciclos ayuda a optimizar la productividad laboral, aprovechando los momentos del día en que los trabajadores están biológicamente más alerta y energizados. Hay personas a quienes la noche les resulta el momento ideal para avanzar pendientes, mientras otras prefieren comenzar su jornada al mediodía.
Implementar el cronotrabajo requiere entonces de cierto nivel de personalización, pues cada individuo tiene su propio cronotipo, entendido éste como “la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día” según el Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL).
Realizar encuestas o estudios para entender las preferencias y los patrones de energía de su fuerza de trabajo puede ser un punto de partida para diseñar horarios flexibles y asignar tareas a cada empleado.
El cronotrabajo ha generado muchos debates pues, por un lado, esta forma de adaptación laboral puede traer muchos beneficios para los empleados e incluso para las mismas empresas; sin embargo, su implementación no es tan sencilla y, de no hacerlo adecuadamente, podría afectar la operación diaria.
Entre las ventajas de recurrir a esta modalidad de trabajo se encuentran:
A pesar de sus ventajas, el cronotrabajo también presenta desafíos. La implementación puede ser compleja, especialmente en organizaciones grandes o aquellas dedicadas a la atención al cliente. Además, puede traer dificultades para coordinar equipos con diferentes cronotipos, sin mencionar a la falta de compromiso y responsabilidad de ciertos colaboradores.
Lo que sí es una realidad es que el cronotrabajo es una alternativa interesante en favor de la flexibilidad puesto que no solo quienes ya experimentaron esta característica lo están pidiendo, las nuevas generaciones laborales como los millennials y la Generación Z, quienes más valoran el bienestar personal, también están demandando un cambio organizacional que promueva espacios de trabajo cada vez más humanos.
El cronotrabajo es entonces una oportunidad para las empresas de adaptarse a las necesidades y ritmos biológicos de su fuerza laboral, potenciando la productividad y la satisfacción en el trabajo.