Lo siento, no hay desnudos en este artículo. “Porno emprendedor” es un término que se utiliza a menudo para describir la glorificación del estilo de vida de los startups y la representación de historias de éxito de la noche a la mañana en el mundo empresarial. Pero ¿es saludable?
El uso informal de la palabra “porno” para describir algo excesivo o gratuito no se limita al contenido sexual. A menudo, se utiliza para describir una amplia gama de temas, desde películas de terror horripilantes (gore porn) y vlogs de comida calórica decadente (food porn) hasta sensuales coches de lujo (car porn) y destinos de viaje exóticos (travel porn). De forma similar, el “porno emprendedor” se utiliza para describir la representación idealizada de la cultura de los startups y la consecución de un éxito rápido en el mundo empresarial.
Seamos sinceros: el porno emprendedor suele presentar una visión sesgada y poco realista de la experiencia de emprender. Destaca los aspectos glamurosos de ser fundador, al tiempo que resta importancia al trabajo duro, la dedicación y las agallas que se necesitan para crear una empresa de éxito. Muchas veces, son historias falsas como la del otrora “Rey del Instagram”, Dan Bilzerian, cuya vida de lujo no provenía precisamente de sus habilidades empresariales.
Este tipo de porno puede provocar sentimientos de inadecuación y decepción entre los que acaban de empezar, ya que pueden tener dificultades para estar a la altura de los ideales que se presentan en los medios de comunicación. Sucede algo parecido a la dismorfia “TikTokera”: me veo en el espejo y encuentro todos los defectos que tengo, nunca podré ser como ellos.
La otra cara de la moneda es que el porno emprendedor, también puede tener un efecto positivo en algunas personas. Puede:
No podemos negarlo: También es cierto que existen historias de inspiración “TikTokera” donde al ver muchas personas haciendo ejercicio, personas se motivan y también se transforman. Estudios sugieren que ver muchas historias de emprendimiento puede ser una fuente de inspiración para algunas personas. Un estudio de la Escuela de Negocios de Toulouse descubrió que la exposición a modelos empresariales puede aumentar la autoeficacia empresarial de una persona y su intención de crear una empresa. Los participantes en el estudio que estuvieron expuestos a empresarios de éxito se sentían más seguros de su capacidad para crear una empresa y era más probable que dieran los primeros pasos hacia la iniciativa empresarial.
Otra publicación realizada por la Universidad Babson descubrió que consumir contenidos relacionados con el espíritu empresarial en las redes sociales puede inspirar a las personas a buscar oportunidades empresariales. Las plataformas como Instagram, Facebook y TikTok han permitido a los emprendedores compartir sus viajes empresariales de una forma muy personal y accesible, es más fácil ver que son como nosotros, cometiendo errores y aprendiendo de ellos. Como resultado, el estudio concluyó que estas plataformas tienen potencial para inspirar y motivar a las personas a dar los primeros pasos hacia el emprendimiento.
Aunque suene obvio (como el que en redes sociales se usan filtros y existe una omisión selectiva de los defectos corporales) es importante tener en cuenta que estas historias de éxito no siempre son representativas del típico viaje empresarial. Crear una empresa es un trabajo duro con una buena dosis de fracaso en el camino. Es fundamental que los aspirantes a empresarios sean conscientes de los posibles inconvenientes de consumir demasiado porno emprendedor y se esfuercen por lograr un equilibrio entre la inspiración y unas expectativas realistas.
El porno emprendedor, como muchas otras formas de “porno”, puede ser agradable y hasta saludable con moderación. Pero es como en los deportes: siempre toca piso de realidad cuando te pongas eufórico con un “ganamos” o “perdimos”. ¿Tú jugaste? No es por ser aguafiestas, disfrútalo, pero es como cualquier porno: es mejor hacerlo uno mismo que solo verlo, y no, no necesitas ser superdotado.
Ahora que, si lo eres, pasa de ser consumidor… a actor, con tu gran historia emprendedora.
