A días de la polémica entrega 94 de los premios de la Academia, mejor conocidos como los Oscar de la bofetada de Will Smith, me acordé de una frase de la famosa actriz y ganadora de tres de esos premios, Meryl Streep, que detonó parte del interés de esta columna:
“El gran regalo de los seres humanos es que tenemos el poder de la empatía, todos podemos sentir esa misteriosa conexión con otros”.
En el mundo del emprendimiento, las palabras de Streep ganan un peso particular porque la oportunidad para posicionar y seguir demostrando el valor, impacto y beneficios que las mujeres tienen en el ecosistema debe comenzar desde la empatía, es decir de ese concepto básico de ponernos en los zapatos o vida de otros para entender sus realidades, y si bien es cierto que en los últimos años se ha logrado visibilizar el enorme reto que tenemos de frente, la realidad es que esa comprensión, al menos de forma inmediata, sólo puede venir de otras mujeres. Por ello, el papel de la mujer no solo como emprendedora, sino como inversionista o figura del Venture Capital, es igual sino que más importante.
Para entender la urgente necesidad de visibilizar el papel de la mujer dentro del ecosistema de Venture Capital en todas sus fases, desde inversores ángel, hasta grandes fondos es necesario primero entender el estado de la mujer como emprendedora. Uno de los reportes más recientes de Pitchbook señala que, en 2021, solo el 2% de la inversiones de venture capital fueron para startups solo de mujeres, la cifra más baja en cinco años. Así, si bien el ecosistema vio un incremento de 6.2% en el número total de acuerdos de VC registrados durante 2021, la cantidad de dólares recibidos en startups lideradas solo por mujeres se redujo 8.1%, mientras que en lo general la cifra creció casi 30%.
A ello hay que sumarle, que aunque más visible, la brecha entre emprendimientos de mujeres y hombres es aún amplia. El informe 2020/21 Women’s Entrepreneurship Report, del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), señala que solo uno en cada tres nuevos negocios son operados y administrados por mujeres. Una situación similar para el sector tecnológico en América Latina donde según datos de Endeavor sólo 25% de los emprendimientos tecnológicos de la región son dirigidos por mujeres, y estas firmas son en promedio tres veces más pequeñas que las dirigidas por hombres.
Y la pandemia no ha ayudado, pues de acuerdo con el análisis del GEM las startups lideradas por mujeres son 20% más propensas a registrar y enfrentar posibles cierres de sus negocios a consecuencia del impacto económico generado por Covid-19.
Por ello, en medio de una adopción masiva y madurez del universo digital que permitió que 2021 fuera un año récord al cerrar con más 621 mil millones de dólares en levantamiento de capital de inversión y 70% más unicornios para cerrar con 959 alrededor del planeta, según datos de CB Insights, la presencia de mujeres se conforma como un elemento clave para que parte de ese acelerado crecimiento que viven las startups contribuya al cierre de la brecha de género en el sector.
Y pese a que varios expertos aseguran que la existencia de más mujeres en el mundo de VC difícilmente moverá la aguja, pues los inversionistas están enfocados en resultados y potencial de crecimiento, lo cierto es que simplemente, no lo sabemos porque no lo hemos intentado. Hoy 64% de las firmas de capital de riesgo con fondos por encima de los 25 millones de dólares no tienen socias, y en mercados como Estados Unidos (responsable del más del 50% de los acuerdos generados en 2021), 95% de los VC son operados por hombres.
Pero los resultados existen y son tangibles, un análisis de Women in VC subraya que las firmas de capital de riesgo con mujeres tienen dos veces más probabilidad de invertir en startups de mujeres y hasta tres veces más posibilidad de apostar por mujeres CEO. Y los beneficios no solo son para las emprendedoras, pues un análisis de Harvard detectó que los VC que incrementaron 10% el número de socias experimentaron un aumento de 1.5% en sus utilidades y elevaron las salidas exitosas de sus inversiones en 9.7%.
En Google creemos en el valor de conectar y crear puentes que den herramientas a las mujeres para ganar esas oportunidades de crecimiento y levantamiento de capital, reflejo de ello son programas como Women Techmakers Mentor Development Program, un programa de 5 semanas para mujeres mentoras, y Google for Startups Startup Academy, enfocado a mujeres founders para startups de etapa temprana fundadas o cofundadas por mujeres. Es cierto que el cambio no llegará de un solo lado o bajo una visión única, pero ya no podemos esperar si queremos cerrar la brecha de género en menos de 200 años. Hoy en día es vital que recurramos y apliquemos aquello que, como bien dice Meryl Streep, nos hace únicos como seres humanos: la empatía; esa cualidad que nos permite entender y conectar con la necesidad y valor del otro.
