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¿Ya tienes tu acceso? Faltan menos de 20 días
La IA ha transformado la ciberseguridad en una carrera de alta velocidad. Estas cinco prácticas pueden ayudarte a mantener tu empresa segura y resiliente ante amenazas cada vez más sofisticadas. Desde políticas Zero Trust hasta respaldos de datos offline, estas estrategias son fundamentales para blindar a las organizaciones frente a ciberataques alimentados por inteligencia artificial.
La inteligencia artificial (IA) ha sido aclamada como una revolución tecnológica que impulsa eficiencia, automatización y análisis predictivo. Sin embargo, en el terreno de la ciberseguridad, su doble filo se hace evidente: si bien permite detectar amenazas más rápido, también ha potenciado las capacidades ofensivas de los hackers, volviendo los ataques más complejos, personalizados y masivos.
Las empresas deben adoptar un enfoque proactivo, resiliente y multicapa para resistir los embates de los ciberdelincuentes. Estos son los cinco pilares fundamentales que pueden marcar la diferencia en un mundo donde la IA ya es protagonista tanto del ataque como de la defensa.
Nada ni nadie debe considerarse confiable por defecto. La filosofía Zero Trust establece que cada intento de acceso debe ser verificado, incluso si proviene de usuarios internos. Este enfoque es clave para frenar ataques de IA que simulan comportamientos legítimos y burlan sistemas tradicionales. Una red vigilada en tiempo real y sin “zonas de confianza” reduce drásticamente los riesgos.
No todo depende del área de TI. La ingeniería social y el phishing generado con IA pueden engañar incluso a empleados experimentados. Una cultura de seguridad fuerte requiere entrenamientos frecuentes, monitoreo del bienestar laboral (clave para prevenir amenazas internas) y una comunicación abierta sobre prácticas seguras.
La encriptación sigue siendo un bastión defensivo, pero debe actualizarse frente al poder computacional de nuevas tecnologías. Proteger los datos en tránsito o en reposo con métodos criptográficos modernos es esencial, especialmente ante el crecimiento del cómputo cuántico, que podría romper sistemas de cifrado obsoletos.
No basta con proteger: hay que revisar. Las evaluaciones periódicas permiten identificar debilidades antes que los atacantes y ajustarse a nuevas tácticas. Las auditorías también son obligatorias en sectores críticos y ayudan a garantizar cumplimiento normativo y protección de datos sensibles.
Tener copias de seguridad bien gestionadas puede salvar a cualquier organización. La regla 3-2-1-1-0 establece mantener tres copias de los datos en dos formatos distintos, una en un sitio externo, otra offline y sin errores (cero fallos verificados). Este modelo previene desastres incluso frente a ataques de IA que eliminan o corrompen múltiples sistemas simultáneamente.
La transformación digital impulsada por la IA exige una ciberseguridad que evolucione con la misma rapidez.
Integrar estrategias como Zero Trust, capacitación continua, encriptación moderna, auditorías regulares y respaldos según la regla 3-2-1-1-0 no solo protege a las empresas de amenazas inmediatas, sino que también fortalece su capacidad de respuesta ante crisis futuras.
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En un entorno donde la IA juega en ambos bandos, la prevención estratégica sigue siendo la mejor defensa.