



De ser una tienda de zapatos a convertirse en una cadena pionera en la ortopedia, así ha sido la evolución de Mostkoff, la famosa empresa familiar que ha contribuido a que miles de mexicanos con algún tipo de discapacidad puedan reincorporarse a la vida cotidiana.
La historia que comenzó con un inmigrante judío ruso, es ahora un ejemplo para cientos de emprendedores en el país para quienes el éxito de una compañía que ha perdurado por tantos años en un entorno tan complejo como el mexicano, es inspirador.
Debido a las persecuciones políticas y religiosas en Rusia, en la década de 1920 un hombre de apellido Mostkoff y su familia tuvieron que dejar atrás todo lo que conocían para establecerse en un nuevo país del que desconocían idioma y cultura.
Para generar ingresos, el Sr. Miguel Mostkoff y su familia decidieron emprender y pusieron una zapatería en la colonia San Cosme de la Ciudad de México. Con los pocos conocimientos en la materia, pues el hombre de origen ruso anhelaba ser médico, desarrolló algunos productos ortopédicos como plantillas, mismas que incluyó entre su oferta.
Su deseo de ayudar a más personas que lo necesitaran, así como el detectar una oportunidad en el mercado, lo llevó a especializarse en ese nicho y así convertir a su negocio en pionero de la ortopedia en México.
Al igual que las necesidades de las personas cambian, lo mismo sucede con la tecnología y ciencia, y quienes así lo entienden y, sobre todo, se adaptan a ello, son los que más probabilidades tienen de subsistir en un entorno tan complejo como el emprendedor.
Mostkoff ha sido el claro ejemplo de ello pues a más de 90 años de su fundación, su nombre se ha logrado posicionar y mantener vigente.
Para subsistir, la compañía ha recurrido a los avances tecnológicos disponibles para hacer prótesis y más aditamentos necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas con algún tipo de discapacidad.
Además, otro de los factores fundamentales para lograrlo es entendiendo las necesidades de las personas y sus padecimientos. A través del conocimiento de los clientes es posible ofrecerles las soluciones que esperan, así como mantenerse al día en el sector.
Especialmente en la actualidad en donde generaciones como los millennials o los centennials están forzando aún más a las empresas a ser social y ambientalmente responsables, el tener un compromiso real con la comunidad y entorno es esencial.
Desde su origen, Mostkoff ha buscado ayudar a las personas que así lo necesitan; sin embargo, aseguran han ido un paso más allá al no solo ofrecerles soluciones sino ayudar a visibilizar a estos segmentos poblacionales que solían ser olvidados.
La historia de esta compañía es un ejemplo para la comunidad emprendedora, quien debe aprender:
Emprender puede ser muy satisfactorio y a la vez complejo; sin embargo, historias como la de Mostkoff y otras compañías con décadas en el mercado pueden ser de gran utilidad para aprender buenas prácticas que ayuden a los pequeños comerciantes a sacar adelante sus negocios.