Recientemente, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó su más reciente edición del Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2023, haciendo énfasis en las posibilidades del nearshoring en México y la importancia del capital humano en esta etapa.
El ICA es una herramienta para identificar las fortalezas y debilidades de las entidades. Este análisis permite evaluar qué tan atractivas son las entidades para el talento y la inversión, a partir de las condiciones de vida y de empleo en ellas.
En el apartado o subíndice ‘Mercado de trabajo’, el organismo mide “la eficiencia del principal factor de producción: el capital humano”, explican en el estudio.
“En específico, se consideran características que son esenciales para el adecuado desempeño de trabajadores y empleadores, puesto que esto es determinante para establecer condiciones de crecimiento y desarrollo en cada una de las entidades federativas. Aquellos estados en los que los trabajadores están más y mejor capacitados, y los salarios son más competitivos, son más atractivos para el talento y la inversión”, detalla el estudio del IMCO.
El ICE está compuesto por 72 indicadores y 10 subíndices, con base en los cuales se clasifica a los estados en seis niveles de competitividad. En comparación con el reporte de 2022, este año 10 estados mejoraron su posición, 13 retrocedieron y nueve se mantuvieron igual.
Al presentar los resultados del ICE 2023, el IMCO recalcó que para aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring se requiere tanto infraestructura como capital humano.
Los resultados del ICE 2023 revelan que los estados del norte y centro del país ofrecen el mejor mercado laboral y apertura internacional. Mientras tanto, en el sur y sureste las entidades se encuentran relegadas.
Detrás de Sinaloa, los mejores estados para trabajar son Nuevo León, Baja California Sur, Jalisco y Sonora. Por su parte, la Ciudad de México retrocedió de la posición cuatro a la siete después de dos años en el top 5 de mejores estados para trabajar.
En el otro lado de la tabla, las entidades menos atractivas para el empleo son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Guanajuato, Tlaxcala y Puebla,.
Sinaloa y Chiapas, los estados que se ubican en los dos extremos del listado como el mejor y el peor para trabajar, han estado en esas posiciones los últimos tres años: el estado norteño desde 2021, y la joya del sureste desde 2001.
El IMCO destacó que, a nivel general, los estados avanzaron en los salarios promedio que ofrecen. En este rubro, el promedio nacional es 8,707 pesos mensuales, es decir, poco más de 500 pesos más que lo reportado en el ICE 2022.
No obstante, persiste la desigualdad salarial en las distintas regiones del país. Baja California Sur ostenta los mejores sueldos, con 12,934 pesos mensuales en promedio. Esto es 2.5 veces más que el salario promedio en Chiapas, donde ganan 5,209 pesos al mes como media.
También la proporción de trabajadores con jornadas de más de 48 horas semanales registró un ligerísimo avance: pasó de 26.4 a 26.3% a nivel nacional respecto a 2022. En este aspecto, el estado con la peor puntuación es Guanajuato (36%) y la mejor evaluada, Jalisco (16%).
De acuerdo con el análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad, el nearshoring está muy ligado a la competitividad de cada Estado. Subrayan que “se trata de una oportunidad única para potencializar el crecimiento sostenible de los estados”.
Las mejoras en las entidades federativas serán un factor clave para atraer inversión con la llegada del nearshoring a México, que es la relocalización de cadenas productivas por parte de empresas transnacionales.
Los aspectos para determinar el nivel de competitividad de un Estado de cara al nearshoring son:
En la categoría de apertura al exterior, la diferencia entre regiones es muy notoria. El norte de México capta el 46.6% de la inversión extranjera directa, el centro el 42,4% y el sur el 11.1%. Jalisco y la Ciudad de México destacan por concentrar cerca de la mitad de todos los dólares que se envían al país.
“El nearshoring es decir, la relocalización de cadenas productivas por parte de empresas transnacionales, está ligado con la competitividad. Los estados del centro y norte del país tienen mejores condiciones para atraer inversiones relacionadas con este fenómeno, lo cual se explica por su despliegue de infraestructura logística y energética, una población con mejor acceso a la educación y a la salud y una mejor integración de la industria manufacturera con el exterior”, concluyó la institución.
