



La recién aprobada Ley Mincho marca un hito en México: prohíbe de manera definitiva los espectáculos con delfines, así como la reproducción y cautiverio con fines de entretenimiento. Esta reforma coloca a México a la vanguardia en protección de mamíferos marinos.
Impulsada por la organización Animal Heroes, la Ley Mincho no solo veta las acrobacias y fotos con delfines, también cierra la puerta a nuevos cautiverios y exige la reconversión de instalaciones en un plazo de 18 meses. Constanz a nuevos estándares globales de bienestar animal.
Esta reforma a la Ley General de Vida Silvestre, aprobada con 415 votos de unanimidad, prohíbe interacciones con mamíferos marinos —delfines, orcas, lobos marinos, manatíes— en espectáculos, terapias o actividades con público. También veta la reproducción con fines comerciales y los tradicionales tanques de concreto.
El caso de Mincho, un delfín que sufrió una grave lesión en un espectáculo en Riviera Maya, fue el detonante. Animal Heroes señala que los delfinarios, con albercas pequeñas y agua clorada, causan estrés, enfermedades y muerte prematura a más de 350 delfines en México.
La ley contempla un plazo de 18 meses para que los delfinarios existentes transformen sus operaciones. Tras este lapso, no podrán mantener nuevas crías ni incorporar ejemplares, y deberán eliminar los tanques de concreto o sustituirlos por corrales marinos con agua natural.
Las multas por incumplimiento pueden llegar a 75,000 veces la UMA y se revocarán permisos para operar. Además, se incorporan mecanismos de trazabilidad para evitar la sustitución de animales fallecidos y se promueve la creación de santuarios donde los delfines puedan vivir en condiciones semisalvajes.
La Ley Mincho coloca a México en la misma línea que países como Chile o Costa Rica, donde ya están prohibidos los delfinarios. También elimina el turismo éticamente cuestionable, a favor de instalaciones enfocadas en conservación, investigación y bienestar animal.
Animal Heroes, junto con ciudadanos y legisladores, impulsaron esta reforma. El video de Mincho, viralizado en 2020, detonó presión pública, clausuras, sanciones a delfinarios como Barcelo y revivió el debate sobre explotación versus entretenimiento.
Solo falta su publicación en el Diario Oficial de la Federación para que la Ley Mincho entre en vigor. Después, comenzará una etapa de seguimiento y posible extensión a nivel estatal, especialmente en Quintana Roo, donde se concentra el 85 % de los delfines cautivos.
Con la Ley Mincho, México cierra un capítulo en la explotación de delfines. La prohibición de espectáculos, reproducción comercial y cautiverio refleja un giro hacia un enfoque de respeto, ética y ciencia. El país avanza hacia modelos de santuarios y conservación, consolidando un nuevo estándar en bienestar animal.