



La Universidad de Stanford, oficialmente conocida como Leland Stanford Junior University, fue fundada en 1885 por Jane y Leland Stanford. Desde su apertura en 1891, la universidad se ha convertido en una de las instituciones más prestigiosas del mundo, destacándose en innovación, tecnología y emprendimiento, con un fuerte vínculo con el desarrollo de Silicon Valley.
Por aquel tiempo, Estados Unidos estaba en el último año de una recesión económica que había iniciado tres años antes. Sin embargo, los Stanford eran una familia acaudalada, Leland fue gobernador y senador de California, además de un fructífero empresario minero y de la construcción, que suministraba provisiones a los mineros de oro en California, y posteriormente su Central Pacific Railroad, que completó las vías del primer ferrocarril transcontinental del mundo, que conectó la bahía de San Francisco en Alameda, California, con la red de ferrocarril oriental en Council Bluffs, Iowa y Omaha, Nebraska.
La muerte de Leland Stanford Jr. fue el evento que impulsó a Leland Stanford y su esposa, Jane Stanford, a fundar la Universidad de Stanford. Su hijo, quien tenía solo 15 años, falleció en 1884 a causa de la fiebre tifoidea mientras la familia estaba en Europa. Este trágico suceso marcó profundamente a los Stanford, llevándolos a buscar una forma de honrar su memoria de manera significativa.
Se dice que, tras la muerte de su hijo, Leland Stanford le dijo a su esposa:
“Los niños de California serán nuestros hijos ahora.”
Este pensamiento los llevó a tomar la decisión de invertir su fortuna en la educación de los jóvenes para que otros pudieran beneficiarse de las oportunidades que su hijo nunca tuvo.
En 1885, los Stanford crearon la Leland Stanford Junior University, con la visión de que fuera una institución accesible y con un enfoque en las artes, las ciencias y la educación práctica. Leland Stanford creía en la importancia del progreso tecnológico y en la necesidad de preparar a los jóvenes para contribuir al desarrollo de Estados Unidos.
Los Stanford destinaron su fortuna para este proyecto y decidieron que las tierras donadas a la universidad no podían ser vendidas. El campus, según cuentan, aún lleva el apodo de “La Granja”, y aunque hoy en día es una de las más prestigiosas del mundo, este nombre sigue siendo parte de su identidad y cultura.
Más que una simple donación, la fundación de la universidad fue un acto de amor y servicio. La pareja destinó su riqueza y su influencia para crear un centro de educación superior que ayudara a moldear el futuro de generaciones de estudiantes. Desde su apertura en 1891, Stanford University ha sido un pilar de la innovación y el conocimiento, contribuyendo al nacimiento de Silicon Valley y al avance de la ciencia y la tecnología.
Stanford quería una universidad que preparara a los estudiantes no solo en las artes liberales, sino también en las ciencias y en campos aplicados, como la ingeniería. Su visión se alineaba con el rápido crecimiento industrial de Estados Unidos y la necesidad de educación avanzada para el desarrollo del país.
Desde sus inicios, Stanford se distinguió por ser coeducacional en una época en que la mayoría de las universidades privadas eran exclusivamente masculinas, y no confesional cuando muchas estaban asociadas a organizaciones religiosas. El objetivo de la universidad, según su Acta Fundacional, publicada en su sitio web, es “calificar a sus estudiantes para el éxito personal y la utilidad directa en la vida” y su propósito es “promover el bienestar público ejerciendo una influencia en favor de la humanidad y la civilización”.
Para el diseño del campus, los Stanford contrataron al arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted, quien junto a la firma arquitectónica de Shepley, Rutan y Coolidge dio vida a los característicos edificios de piedra arenisca con techos de tejas rojas.
Después de que Leland Sr. muriera en 1893, la Universidad de Stanford fue el único amor y pasatiempo de su esposa Jane. Su gestión en la Universidad de Stanford fue crucial para su supervivencia, aunque también estuvo marcada por controversias. Las fuentes consultadas relatan que con sus caprichos y planes casi la destruyó, hasta que alguien la envenenó, en dos ocasiones, ya que la primera vez no funcionó.
Su muerte en 1905 sigue siendo un misterio, investigado en el libro “¿Quién mató a Jane Stanford?“ de Richard White, donde la describe como una mujer poderosa, y convencida de que tenía una misión divina, explica un artículo de Los Ángeles Times, escrito por Mary Ann Gwinn, ganadora del Pulitzer en 1990. Ahí se cuenta también que Jane odiaba a los socialistas y a las estudiantes por su actitud desenfrenada, propia de la edad, y que resultaba inmoral para los estándares conservadores de la época.
El campus de Stanford se encuentra en las tierras ancestrales de la Tribu Muwekma Ohlone, y hoy en día, la universidad y la tribu colaboran en proyectos de arqueología comunitaria, interpretación histórica y un jardín de plantas nativas. Sin embargo, cuando Leland Stanford adquirió esas tierras para su rancho y, posteriormente, para la universidad, no hubo un reconocimiento formal ni una compensación para los Ohlone, quienes habían habitado la región por miles de años.
Se dice que Leland tenía una visión expansionista y, como gobernador de California, apoyó políticas que marginaron al pueblo indígena, promoviendo incluso la represión de tribus nativas en el estado. Este contexto histórico sugiere que la relación entre la tribu y la universidad en sus inicios no fueron de cooperación.
Fue hasta el siglo XXI que la Universidad de Stanford comenzó a reconocer la importancia de la Tribu Muwekma Ohlone en la historia de la región. “El gobernador Leland Stanford compró tierras en California para crear la Universidad que lleva su nombre. El hecho de que estas tierras pertenecieran a la tribu Muwekma Ohlone no le importó”, apunta la organización muwekma, tras detallar que por 1860, Leland formó una fuerza de voluntarios armados que se encargó de impedir el paso de la gente que calificada como “indios hostiles”.
Con el pasar de los años y su consolidación, para el siglo XX, la escuela jugó un papel clave en la transformación de Silicon Valley en el epicentro tecnológico mundial. La estrecha relación entre la universidad y la industria tecnológica permitió el surgimiento de empresas como Hewlett-Packard, Google y Tesla, cuyos fundadores estudiaron en sus aulas.
La Universidad ha formado a líderes en múltiples áreas, desde la tecnología hasta la ciencia y la política. Su enfoque en la innovación y el emprendimiento ha hecho que muchos de sus egresados sean pioneros en sus respectivos campos, dando forma al mundo moderno.
Stanford ha sido cuna de avances científicos y tecnológicos que han cambiado el mundo, incluyendo desarrollos en inteligencia artificial, biotecnología y energías renovables. Actualmente, sigue liderando la educación superior, con una red de exalumnos influyentes que aseguran su posicionamiento.
MÁS NOTICIAS:
Con información de Nicole Barandarián y Martha Violante.