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08-10-2018, 6:47:00 PM

Lecciones del caso Yogome para el ecosistema emprendedor

Esta prometedora startup cerró sus puertas de manera repentina en medio de un escándalo de corrupción. ¿Cómo afecta esto al ecosistema emprendedor latinoamericano? Los expertos opinan.

© Manolo Díaz. Cortesía Yogome

El jueves 4 de octubre un tuit que venía de una cuenta supuestamente proveniente de empleados de la startup mexicana Yogome fue publicado en la red social anunciando que sus 150 trabajadores se encontraban en el piso 17 de la Torre Latinoamericana en la Ciudad de México siendo obligados a renunciar a cambio de permitírseles dejar las instalaciones.

Poco después el sitio Forbes México publicó un artículo que aseguraba que la empresa cerraba sus puertas porque uno de sus fundadores, Manolo Díaz , había sido acusado de fraude.

La noticia sacudió a todo el ecosistema emprendedor latinoamericano porque Yogome era, a todas aparentes luces, una de las startups mexicanas más exitosas de los últimos años. Su historia era fantástica: Manolo Díaz y su socio Alberto Colín – quien no estaría involucrado en las acusaciones de fraude -, dos emprendedores de San Luis Potosí, abrieron una empresa de videojuegos para educar a niños. Menos de 10 años después sus contenidos ya estaban disponibles en seis idiomas (inglés, portugués, chino, español, japonés y coreano), y llegaban a 30 países.

Esta empresa de tecnología educativa ( EdTech ) se volvió una especie de estandarte para muchas compañías que quieren triunfar fuera de México porque entre 2013 y 2017 Yogome había logrado levantar más de 30 millones de dólares en fondos y capital semilla en México y en el mismísimo Silicon Valley .

Nadie pudo haber sospechado lo que pasaría. La empresa liquidó a sus empleados y cerró operaciones porque, de acuerdo con una fuente consultada por Forbes México , Manolo Díaz había maquillado los números reales para engañar a los inversionistas y al mercado en general.

“Los inversionistas siempre ponen controles como gobierno corporativo en las empresas en las que invierten, pero en este caso específico no había manera de que los socios capitalistas se dieran cuenta de que algo malo estaba pasando porque el engaño fue muy sofisticado”, aseguró Luis Antonio Márquez, director del Centro de Innovación y Emprendimiento en EGADE Business School .

De acuerdo con fuentes anónimas citadas por el portal web de Expansión , Manolo Díaz maquillaba la información que compartía a sus inversionistas, socios y trabajadores cambiando los datos reales que arrojaba la Apple Store sobre las descargas e ingresos de sus juegos a través de un bot (programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas a través de Internet). Un empleado de Yogome habría revelado sus sospechas a un inversionista durante una fiesta de la empresa y esto habría desatado la investigación que terminó con el cierre de la compañía.

Daniel Santamarina, managing partner en el fondo de inversión Dux Capital de Startup México , indica que los inversionistas hacen la debida diligencia (conocida como due diligence) para analizar factores como producto, mercado y más importante sobre todo en etapas tempranas, equipo, antes de invertir en un startup.

“Esto incluye auditorías en temas fiscales, legales, la búsqueda de cualquier ‘esqueleto en el clóset’ de los emprendedores, referencias, etc. La principal consecuencia de este tipo de fraudes es que nos obliga a establecer medidas preventivas más rigurosas a la hora de hacer estos análisis a las startups previo a una inversión”, comentó en entrevista con Entrepreneur en Español .

Al final esto fue lo que pasó: 150 personas se quedaron sin empleo y el ecosistema emprendedor mexicano recibió un fuerte golpe y diversos cuestionamientos sobre su madurez.

Hasta en las mejores familias…

Si bien el caso de Yogome ha sido uno de los más sonados entre los emprendedores latinoamericanos, no es (ni por mucho) el único donde una empresa maquilla sus cifras y engaña a buena parte del mercado y a los medios. De hecho, este tipo de situaciones se da hasta en los entornos de negocios más evolucionados.

Prueba de ello es la historia de Theranos , una empresa que prometía hacer más de 50 tipos de diagnósticos médicos a través de una prueba casera que requería solo una gota de sangre del dedo. Esta startup estuvo valorada en 9 mil millones de dólares ya que su fundadora Elizabeth Holmes había mentido sobre las capacidades verdaderas de su laboratorio, lo que llevó a la empresa a recaudar más de 700 millones de dólares en fondos.

“Casos como estos están más allá del ecosistema emprendedor de un país. Se resumen a una falta de control y de gobierno corporativo que se involucre en la misión, operación, gestión y valor que se le entrega a los inversionistas desde un marco de legalidad”, destacó Juan Alberto González, director del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Panamericana .

La caída de Theranos también se dio por un tip anónimo. Un empleado del laboratorio contactó al periodista investigativo de The Wall Street Journal John Carreyrou quien encontró que la startup hizo trampa en sus pruebas de aptitud y pudo haber proporcionado datos falsos sobre sus resultados con pacientes. Luego de varios meses de investigaciones por parte de las autoridades estadounidenses, Theranos cerró sus laboratorios en 2016 y las cortes determinaron en marzo de este año que Holmes, su fundadora, deberá devolver 750 millones de dólares a inversionistas y accionistas de la empresa.

Fake it ‘till you make it

Muchos analistas en el mundo se preguntaban cómo fue que el aparato de una empresa construida con mentiras fue llegado a ser conocido como el “iPod de la industria médica”, pero lo cierto es que Holmes (y aparentemente también el fundador de Yogome) fue presa de un fenómeno que es muy común entre los emprendedores de todo el mundo: el fake it ‘till you make it (miente hasta que lo logres, en inglés).

Este aforismo sugiere que al pretender confianza una persona puede hacer que esas cualidades se manifiesten en su vida real. Esta idea que viene del mismo Aristóteles (“Para ser virtuoso primero hay que parecerlo”) y fue traída a la edad moderna en 1920 por Alfred Adler , discípulo de Sigmund Freud, quien la usó como terapia cognitiva conductual.

Dicho de otra manera, se trata de actuar como si realmente supieras lo que estás haciendo aunque no sea el caso. Es una práctica en la que todos hemos incurrido de vez en cuando para aparentar mayor seguridad y hay investigaciones que señalan que cambiar una conducta ayuda a modificar los patrones de pensamiento. El problema para el entorno de negocios surge cuando deja de ser un tema de actitud y se transforma en el falseamiento de cifras para aparentar lo que no es.

“Es una estrategia muy usada por los emprendedores, e incluso por cualquier empresario en el planeta, para presentarse como la mejor opción de inversión. Es algo que los amigos de Steve Jobs llamaban ‘Distorsión de la realidad’ y es creer tanto en tus fantasías que ya no logras distinguir cuál es la verdad”, indicó Alejandro Lomas Torres, CEO de la incubadora Startcups .

El también managing partner de Caffeine Ventures señaló que muchos startuperos sienten una presión increíble para aparentar gran éxito en poco tiempo. Al respecto, el especialista de la Universidad Panamericana destacó que pese a los avances, como cultura en México nos cuesta mucho entender el fracaso como paso para el éxito y nos gusta narrar más nuestros aciertos que nuestros momentos de prueba.

“Queremos que todo triunfe y por eso en muchos casos los emprendedores venden más lo positivo de sus trayectorias sin entender que su modelo de negocio no ha madurado”.

Dejemos de tener casas con varillas

“¿Alguna vez has visto una casa que tiene varillas en el techo? Como si los dueños las dejaran ahí para ‘un día’ seguir construyendo? Así son algunas startups que levantan capital y participan en miles de concursos, pero realmente nunca crecen su negocio”. Esta curiosa metáfora me la dijo en cierta ocasión Luis Pablo Pérez Torrescano, director de The Venture México para Chivas Regal para explicar porque muchos emprendedores tienen renombre cuando sus negocios no son tan grandes.

Me parece que esta idea es muy acertada para hablar de lo que sucedió en el caso de Yogome y en el de tantos otros cuyos nombres resuenan en el sector, pero sus empresas siguen estando del mismo tamaño.

Para Gustavo Huerta, CEO de BlueBox Ventures , esto no es culpa de los emprendedores en sí, sino de toda la industria que no sabe reconocer los hitos de crecimiento adecuados.

“Dejémoslo claro: levantar capital no es sinónimo de éxito”, alertó en entrevista. “Sin embargo, parece que ese es el modelo con el que premiamos a los emprendedores en México y América Latina. Levantar capital es parte del proceso del negocio, pero no un indicador absoluto de rendimiento. Es sólo una métrica que demuestra que una startup va bien y que necesita más dinero para acelerar su paso”.

Entonces, ¿levantar capital es malo? Por supuesto que no. Esta forma de financiamiento, como se menciona en un estudio de The Hustle , ofrece tres beneficios importantes para las startups: efectivo (para facilitar el crecimiento del negocio), validación (para atraer talento, atención de los medios y clientes) y guía (consejos de expertos, contactos y recursos).

El problema surge, como fue en el caso de Yogome, cuando el levantamiento de capital no se usa para fortalecer a la empresa y potenciar el crecimiento a largo plazo del negocio.

Es, como me lo comentó Pérez Torrescano en aquella ocasión, “como si el emprendedor nunca se graduara; como si realmente nunca quisiera llegar a ser empresario”.

¿Nos queda un estigma?

Sin lugar a dudas, casos como los de Yogome tambalean a los ecosistemas emprendedores porque pueden dejar “una mancha”, algo que resulta particularmente preocupante para un país que, de acuerdo con el más reciente Índice Global de Emprendimiento , bajó de posición entre las 137 naciones analizadas debido al débil soporte cultural, percepción de oportunidades de negocio y habilidades emprendedoras de sus habitantes.

No obstante, sería absurdo pensar que el efecto negativo de casos como el de Manolo Díaz será permanente. Basta ver lo que pasó en Estados Unidos tras el cierre de Theranos. Nadie dejó de invertir en otras startups allá por culpa de lo que hizo Elizabeth Holmes.

“Siempre que hay un acto de corrupción en una industria afecta la percepción (y de por si, no nos caracterizamos por ser un país con altos índices de confiabilidad). Sin embargo, creo que no va a desalentar a los inversionistas a dejar de invertir porque conocemos el contexto de este caso en específico”, alentó el CEO de Bluebox Ventures.

El capitalista señaló que ahora hay que poner más atención en el emprendedor en sí mismo, preguntarle cómo se ve en unos años y cuestionarlo sobre qué pasará con él cuando levante capital.

Los especialistas consultados para este artículo concordaron en que un solo caso no habla de todo el ecosistema latinoamericano y por el contrario, nos ofrece una gran oportunidad para aprender y seguir madurando.

“Deben tratarse como lo que son: casos aislados. Para reducir sus efectos simplemente nos toca a los emprendedores comprobar que, a pesar del éxito o fracaso de nuestras empresas, podemos mantener nuestra integridad intacta. Me parece que este es el caso del 99% de los emprendedores mexicanos que conozco”, remarcó Gerardo Obregón, fundador y director general de Prestadero.com .

Sin duda alguna, conforme el entorno emprendedor latinoamericano siga creciendo, estos casos continuarán pasando. Por eso Alejandro Lomas señala que hay que hacer hincapié en la importancia del emprendedor como persona y detectar casos donde los números sean demasiado buenos a tiempo ya que “al final, como en toda industria, no todo será siempre miel sobre hojuelas”.

Bismarck Lepe, CEO de Wizeline , proveedor de soluciones empresariales basadas en inteligencia artificial, publicó una poderosa carta en su cuenta de LinkedIn respecto al caso de Yogome donde pidió a los emprendedores no olvidar que los “inversionistas se fijan primero en las personas y después en los negocios”. También recalcó que el mundo de las startups de nuestra región es suficientemente fuerte para superar este mal paso.

Concuerdo con él. Basta recordar que en el mismo mes que reventó el caso de Yogome la empresa colombiana Rappi superó el valor de los 1,000 millones de dólares y Corner Shop fue adquirida en su totalidad por Walmart de México y Centroamérica.

Aprendamos de un mal caso y sigamos adelante.

México Yogome
autor Martha Elena Violante (March Violante) es editora en jefe y cofundadora de Emprendedor.com y tiene más de 10 años de carrera en periodismo digital. Ha entrevistado a figuras de la talla de Randi Zuckerberg, Daniele Lamarre, Zoe Saldana, entre otros. Ha trabajado en medios como Entrepreneur en Español e Inglés, Alto Nivel, Cine PREMIERE, México Desconocido, entre otros. "Somos emprendedor.com"