Lecciones de negocios de ‘Betty la fea’ para emprendedores. Por favor, no seas Don Armando
'Betty la fea' y Ecomoda guardan valiosas enseñanzas sobre el mundo empresarial y la gestión de negocios que vale la pena analizar.
Han pasado casi dos décadas desde que se estrenó la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea, pero los temas que trata siguen vigentes. Prueba de ello es que se ha mantenido por años en el Top 10 de lo más visto en Netflix, hasta que salió de su catálogo el 10 de julio de 2022. Pero, más allá de la historia de amor, ‘Betty la fea’ guarda valiosas enseñanzas para los emprendedores novatos y hasta para expertos empresarios.
Aunque podría parecer un tema superficial para un medio de negocios, cabe analizar los errores y aciertos que se cometieron en Ecomoda, la empresa donde trabaja ‘Betty la fea’ y de la que (spoiler) se convierte en dueña eventualmente.
A través de ésta, millones de personas alrededor del mundo han aprendido, casi sin darse cuenta, sobre gestión empresarial, liderazgo, inversiones y manejo de recursos humanos.
Yo soy Betty, la Fea se estrenó en octubre de 1999, fue escrita por Fernando Gaitán y producida por RCN Televisión. Estuvo protagonizada por Ana María Orozco (Betty) y Jorge Enrique Avello (Don Armando), y ha sido catalogada como mejor telenovela de todos los tiempos. La versión original se ha transmitido en más de 180 países, cuenta con doblajes en 25 idiomas y al menos 28 adaptaciones alrededor del mundo.
Desde 2010 posee el récord mundial Guinness como la telenovela más exitosa en la historia de la televisión. De acuerdo con IMDB, también es uno de los melodramas latinoamericanos más longevos, ya que estuvo al aire casi dos años, hasta llegar a su gran final en mayo de 2001. Recientemente, una fanática de la historia creó un álbum de estampas de ‘Betty la fea’, pero podría tener problemas por los derechos de autor.
Hablemos de Ecomoda, la otra protagonista de ‘Betty la fea‘
Aunque la figura central del melodrama es Beatriz Pinzón Solano, toda la trama gira en torno a Ecomoda. Se trata de una empresa ficticia colombiana dedicada a la confección de ropa, con mucho renombre luego de 35 años posicionándose en el sector. Su capital es de 45 millones de dólares y las acciones se dividen así: 40% para la familia Mendoza, 40% para la familia Valencia y 20% para socios minoritarios.
La historia inicia cuando su cofundador, Roberto Mendoza, se retira y deja como director general a su hijo, Armando Mendoza. El joven heredero le ganó el puesto de CEO a Daniel Valencia, gracias a un plan de negocios imposible de cumplir por un error de cálculo. El trato es que, si no cumple con sus objetivos en un año, tendrá que entregarle el cargo a su rival.
En cuanto se da cuenta de que sus metas eran inalcanzables, ‘Don Armando’ empieza a tomar medidas desesperadas para mantenerse al mando. Esto incluye bajar la calidad de los productos para ahorrar en costos de producción, presentar informes de resultados ‘maquillados’, recurrir a proveedores ilegales y endeudarse hasta el tope. Finalmente, tiene que entregarle la empresa a Betty para evitar que los bancos la embarguen, con una maniobra que, aunque es legal, no es ética.
Estas son algunas enseñanzas de deja ‘Betty la fea’ sobre qué hacer y que no cuando tienes que dirigir un negocio de cualquier tamaño.
1. Haz un plan de negocios realista y con metas alcanzables
Dicen por ahí que hay que apuntar alto para llegar aunque sea a la mitad, pero esto no aplica al estructurar un plan de negocios. Se debe tener en cuenta el estado actual de la empresa y sus proyecciones de crecimiento en distintos escenarios. También las condiciones del sector y el contexto económico nacional e internacional. Todo dividido en etapas a corto, mediano y largo plazo, y contemplar planes alternativos en caso de contingencias.
Como dijimos, los tropiezos del protagonista comienzan aún antes de asumir la presidencia, cuando traza una estrategia con objetivos inalcanzables. El plan fue resultado de una lamentable combinación entre la ambición del joven Mendoza y un pequeño gran error al calcular sus cifras. Esto desencadena una serie de desastres tan solo por no investigar bien y no reconocer ni rectificar a tiempo su equivocación.
2. Una empresa familiar necesita sucesores preparados
Cuando se construye una empresa familiar, muchos fundadores asumen que sus hermanos, o hijos, quieren y pueden hacerse cargo del negocio. Es muy común poner a los parientes directos o indirectos en puestos clave, pensando en que son gente de confianza, aún sino están bien preparados. Nombrar director general a Armando tras la salida de su padre, era el paso lógico, pero claramente fue un desatino.
El galán del melodrama tenía títulos académicos y trabajó seis años como vicepresidente ejecutivo en Ecomoda para conocerla bien y aprender, pero no fue suficiente. Cuando lo nombran CEO, es evidente que no sabe lo que implica estar totalmente al mando de una compañía. Además de su falta de experiencia, carece de liderazgo y está cegado por su ego.
Por cierto, tampoco Daniel Valencia era buena opción. Aunque sabía de finanzas, no le interesaba la compañía ni los empleados, y nunca se involucró en su operación. Solo quería el puesto porque hizo bien las cuentas y sabía que el plan de Armando los llevaría a la quiebra.
3. Contrata personal calificado y aprovecha sus capacidades
Uno de los errores más graves que cometen las compañías, es contratar a personal no calificado, así como desaprovechar el recurso humano. Una clave del éxito empresarial es conocer las habilidades de los empleados y su potencial de crecimiento, para ubicarlos en donde puedan aportar más.
Por ejemplo, Patricia Fernández (Lorna Cepeda), con todo y sus “seis semestres de Finanzas en la San Marino”, solo consiguió el empleo como secretaria de presidencia por ser guapa y la mejor amiga de la accionista Marcela Valencia. Sin embargo, nunca hizo bien su trabajo porque no tenía experiencia ni conocimientos suficientes.
Por otro lado, Betty estaba sobrecalificada para su puesto inicial como secretaria, pues tenía muchos estudios, un posgrado en finanzas y experiencia. Es decir, contaba con el perfil para un cargo gerencial. Incluso cuando la ascienden a asistente de presidencia, el puesto y el salario también estaban muy por debajo de sus talentos.
4. No sacrifiques la calidad de tu producto por reducir gastos
Bien dicen que lo barato sale caro, y ‘Betty la fea’ es el ejemplo perfecto. Si tu empresa ya tiene la reputación de ofrecer productos y servicios de alta calidad, sacrificar este aspecto puede ahuyentar a tus clientes. Piénsalo, los consumidores no van a pagar el mismo precio por algo que de pronto presenta deficiencias.
Cuando deciden comprar materiales más baratos y de baja calidad para confeccionar las prendas, éstas simplemente no se venden. En su intento de ahorrar para llegar a las metas financieras, en realidad terminaron registrando pérdidas que resultaron fatales.
Siempre hay otras opciones para reducir gastos, pero dejar de lado la excelencia que te caracteriza no es una de ellas. Esto impacta directamente en la reputación de la compañía y en sus ventas.
5. Cuentas claras y honestidad, dentro y fuera de la compañía
Uno de los grandes errores de Armando es tejer toda una red de mentiras. Ayudado por Betty y su fiel amigo Mario Calderón, representante de socios minoritarios y gerente comercial de Ecomoda, ‘maquillan’ los balances y presentan informes imprecisos. Todo para que los accionistas, los bancos y los proveedores no se enteren de que la empresa está en crisis.
Esto habla de una pésima ética empresarial, pues la confianza es vital para el éxito de una compañía. Todos los involucrados deben estar al tanto del estado real de un negocio y tratar abiertamente los problemas que lo aquejan. Así, pueden buscar soluciones y evitar graves consecuencias.
6. Investiga bien a tus proveedores y cero corrupción
Don Roberto le advierte a su hijo que jamás hiciera “negocios sucios”, porque de eso dependía su prestigio, su dignidad e incluso su libertad. Claramente, Armando no entendió el mensaje, y tristemente muchos emprendedores tampoco.
Primero, permite que Betty acepte un soborno para firmar un contrato con la empresa que les vendió los materiales deficientes. Luego, mientras las ventas bajan y las deudas suben, alguien les ofrece insumos de alta calidad y a menor costo, pero de dudosa procedencia. Así que hace negocios con proveedores casi desconocidos y sin confirmar su estatus legal o referencias. Grave error. Éstos resultan ser contrabandistas, las materias primas terminan decomisadas en la aduana y la empresa pierde más dinero.
7. No todo lo legal es ético… y ‘Betty la fea’ lo sabe
‘Betty la fea’ y ‘Don Armando’ aceptan el soborno de 80,000 dólares porque tienen planes para ese dinero. Sabiendo que sus deudas ya eran impagables y no podían acceder a más créditos, toman ese capital para crear Terramoda, una empresa de papel que absorbe a Ecomoda para evitar que los bancos la embarguen.
Así, logran ganar tiempo y hasta recursos para recuperarse y saldar sus deudas. Todo con la ayuda de Nicolás Mora, el mejor amigo de Betty y experto en finanzas, quien logra multiplicar el capital inicial mediante inversiones estratégicas.
Si bien esta jugada fue totalmente legal, también es nada ética y no pocos empresarios la han usado para evadir sus obligaciones. Sin embargo, una auditoría externa podría detectar rápidamente la movida y los implicados enfrentarían graves consecuencias.
Sin darnos cuenta, ‘Betty la fea’ nos enseñó más de negocios que de amor
Además de lo ya mencionado, en la trama destaca también la tolerancia al acoso sexual y laboral en la oficina, algo que puede destruir una empresa desde dentro. También nos demuestra la importancia de la lealtad, la honestidad y la confianza, así como ser fiel a los valores y principios para mantener la reputación, elementos clave para el éxito de una compañía y sus colaboradores.