Daniela, Regina y Larissa son tres hermanas de 16, 14 y 20 años que han hecho de su amor por los postres un negocio que ya le endulza la vida a chicos y grandes. Se trata de The OC Pastries , su emprendimiento de venta de galletas y brownies que comercializan a través del market place Canasta Rosa .
Larissa Orta Castañeda, la mayor de las emprendedoras cuenta que todo empezó en 2014 cuando su mamá hacía labor social en su escuela vendiendo postres en distintos eventos. “Desde entonces los brownies eran los favoritos de nuestros compañeros, quienes nos sugerían que los vendiéramos nosotras”, recuerda.
Pero no fue sino tres años después, en 2017, cuando terminó la preparatoria, que decidió convencer a sus hermanas y hacer de su hobby un negocio. “Comenzamos a venderlos sobre pedido entre nuestros compañeros”, dice Daniela. Y poco a poco las solicitudes crecieron pues se los pedían como regalos para ocasiones especiales, como Halloween o el 14 de febrero, aniversarios y fiestas de cumpleaños.
Los primeros clientes eran familiares y amigos y se ponían de acuerdo a través del WhatsApp, pero los pedidos comenzaron a crecer y se dieron cuenta que la iniciativa tenía potencial. Entonces, decidieron asignarse tareas: Larissa hornearía y es la CEO, Daniela estaría encargada de las ventas y las acciones de marketing y Regina ayudaría a empacar los productos y a los envíos.
La inversión inicial para el negocio la obtuvieron de su papá, Marco Orta, quien también es emprendedor y les prestó 600 pesos como inversión inicial para el material y los empaques. “Es importante que desde pequeñas empiecen a experimentar lo que es un emprendimiento porque el mundo ha cambiado y la seguridad que nos vendían ya no existe más” comenta.
“Para mi lo más importante es que entiendan que la seguridad se la tienen que dar ellas mismas y nada mejor que empezar con este laboratorio que les permite ver de lo que se trata emprender, enfrentar a un público y a un cliente que se interese en su producto y cómo hacer crecer el negocio”, insiste Marco.
Larissa comenta que las tres hermanas son usuarias de las redes sociales y plataformas digitales y hace un año fue cuando determinaron integrar el negocio a Instagram que es el nombre de su empresa y una fusión de sus apellidos. Fue a través de esta red que dieron con Canasta Rosa, una plataforma on line que apoya a mujeres emprendedoras facilitando el cobro y el envío de los productos. “Con esto creció muchísimo más el negocio”, cuentan las hermanas.
Con este market place tienen ya cinco o seis pedidos de 30 piezas para eventos y fiestas más los que regularmente les solicitan de forma directa. Del precio total del producto, Canasta Rosa les cobra 10%, en comisión por el cobro y envío.
Las jóvenes reconocen que una de las claves de su crecimiento ha sido que cada una toma sus responsabilidades en el negocio con seriedad, amen de no descuidar la escuela. Larissa estudia la licenciatura en psicología, Daniela la preparatoria y Regina y la secundaria. Dicen que deben ser muy cuidadosas en administrar su tiempo y sus recursos para cumplir con ambas actividades.
Lo más difícil ha sido innovar, considera Regina. “Tenemos que llegar al punto exacto de que nuestro producto llame la atención y nos convenga hacerlo pues como hay muchos productos similares y tenemos que lograr ese diferenciador y que capte la atención del público”, dicen las emprendedoras.
Larissa y sus hermanas son enfáticas, “este es un hobby que nos encanta y del cual podemos ganar dinero. Ahora somos microempresa, pero seguimos aprendiendo y a largo plazo nos gustaría seguir invirtiendo en el negocio y tenerlo a la par de nuestras carreras”.
