Armadas de creatividad, talento y resiliencia, las emprendedoras en América Latina viven hoy un momento glorioso. Las latinoamericanas han apostado por dejar atrás los complicados años de pandemia para comenzar y hacer crecer sus negocios.
El Banco Interamericano de Desarrollo es una de las instituciones que ha observado este panorama tan positivo. Según el nuevo estudio “wX Insights 2020: The Rise of Women STEMpreneurs”, las emprendedoras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) están creciendo en América Latina y el Caribe (ALC). La encuesta realizada en toda la región reunió mil 148 respuestas: 405 de mujeres STEMpreneurs, 492 de mujeres emprendedoras no STEM y 251 de mujeres que planean lanzar su startup pronto.
Un 54% de ellas ha levantado capital de inversores ángeles o capital emprendedor (venture capital) y casi un 80% planea expandir su compañía internacionalmente en los próximos cinco años.
Por otra parte, en su más reciente entrega, el MIWE (Mastercard Index of Women Entrepreneurs) –que muestra los progresos y desafíos que enfrentan las mujeres de negocios en 65 economías del mundo durante 2021– descubrió que los emprendimientos femeninos en América Latina van a la alza. Incluso, hay países como Colombia y Uruguay donde las mujeres han creado más empresas que los hombres en meses recientes. 9.3% vs 8.4% en Colombia; 7.5% vs 4.0%, en Uruguay.
Otro reporte, el Global Entrepreneurship Report (GEM) también muestra la fuerza del emprendimiento femenino en países como Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Perú, Guatemala, y Uruguay. En este reporte se detalla que la región cuenta con algunas de las tasas más altas de participación de mujeres en la actividad empresarial, con patrones notables y participación de alto crecimiento en el sector manufacturero y de transporte, a menudo dominado por los hombres.
¿Por qué las mujeres de países en desarrollo son las que más están emprendiendo? Por una razón muy sencilla: en el espíritu empresarial, delineamos un camino hacia un futuro mejor.
Que el emprendimiento femenino en la región goce de confianza es bueno para la economía. Mientras más empresas existan, habrá más desarrollo, innovación y desarrollo económico. Por ahora, quienes han entendido su importancia son las inversionistas latinas porque precisamente son ellas quienes participan más para financiar startups lideradas por mujeres en la región.
Al igual que las dueñas de empresas son más propensas a contratar fuerza laboral femenina, las inversionistas también buscan invertir en más mujeres. En un esfuerzo por aumentar la visibilidad de las mujeres en el emprendimiento, LAVCA (Association for Private Capital Investment in Latin America) –una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar el crecimiento de capital privado en América Latina y el Caribe– señala que hubo un aumento del 21% en su lista de mujeres inversionistas de los mercado emergentes.
Y este empuje femenino debería ser respaldado por políticas gubernamentales con la intención de crear un entorno más favorable para las emprendedoras latinas. Ya se vio que las mujeres están mostrando músculo y resultados este 2022, ahora toca a los gobiernos aprovechar esta sinergia para fortalecer el ecosistema de las startups femeninas en América Latina.
Deberían existir mayores redes de apoyo y tutorías sobre empoderamiento personal y liderazgo. Asimismo, mejores programas para que las emprendedoras accedan a diversas herramientas digitales. También, políticas de desgravación para pequeñas empresas, así como incentivos gubernamentales para que las mamás empresarias tuvieran apoyo de escuelas y guarderías.
Este único momento que vive América Latina debe entenderse como una oportunidad para el crecimiento de la región. Las mujeres somos una fuerza económica a la que hay que prestar atención. Nuestra resiliencia, nuestro talento, nuestra creatividad y capacidad para comenzar desde cero, son nuestra mayor fortaleza y en el 2022 seguiremos pisando fuerte.
