



Los curiosos orígenes de la historia de la emblemática joyería Tiffany & Co. se remontan a cuando un par de empresarios decidieron abrir una papelería que, sin saberlo, con el tiempo transformarían en una de las compañías de lujo más famosas del mundo.
Y aunque su concepción fue algo totalmente diferente, en la actualidad, la joyería Tiffany & Co. es sinónimo de elegancia y exclusividad, además de tener una historia llena de simbolismos. Aquí te contamos cómo fue la sorprendente evolución de papelería a joyería.
La historia de la compañía comienza en 1837 cuando, con ayuda del financiamiento de su padre, Charles Lewis Tiffany y su socio, John B. Young, crean la compañía Tiffany & Young. Los empresarios abren el 14 de septiembre las puertas de su primera tienda dedicada a la venta de artículos de papelería y lujo y que se ubicaba en la 259 de Broadway, en Nueva York.
Pese al relativo éxito obtenido, Charles Lewis Tiffany tenía la idea de llevar el negocio hacia otro rumbo, por lo que desde 1840 comenzó a comprar joyas que pertenecieron a la aristocracia francesa. Esto fue toda una innovación para la época pues se estimó que era la primera vez que llegaban piedras preciosas a territorio estadounidense.
Un par de años más tarde se unió a la empresa, Jabez Lewis Ellis, con lo que el nombre del negocio cambiaría a “Tiffany, Young & Ellis”, y permitiría ampliar un poco más su tienda. Para 1845, los empresarios crean un disruptivo producto que revolucionaría el mercado de la época: un catálogo de productos de lujo que se enviaría por correo a los hogares de Estados Unidos.
Gracias a la compra de diamantes en la década de los 40’s, el nombre de la compañía comenzó a asociarse a ellos y es que fue este movimiento el que permitió a la élite poder acceder a este tipo piedras preciosas. En 1953 Charles Lewis Tiffany tomó el control total de la compañía, a la que renombró Tiffany & Co., y así concretó su plan de convertir la papelería en una exclusiva joyería.
A partir de aquel momento inició la expansión, y no solo a nivel local sino global. En los siguientes años la ya famosa empresa abrió tiendas y oficinas en diferentes partes del mundo como París o Londres.
La popularidad de Tiffany & Co. se debió también a lo innovador de sus productos, desde vender lujosos cronómetros hasta ser los pioneros en aquel país en comenzar a trabajar joyería en oro. Además, otros hitos como el ser la primera firma estadounidense en ganar un premio a la excelencia en platería en la Exposición Universal de París, contribuyeron a su renombre mundial.
A la muerte del fundador en 1902, su hijo, Louis Comfort Tiffany, asume el rol de primer director oficial de diseño. Fuertemente influenciado por el movimiento artístico Art Nouveau, el heredero del imperio joyero continuó innovando y cautivando al público de la época.
A lo largo de su historia, Tiffany & Co. tuvo sus tiendas de joyería en diferentes partes de Nueva York, pero en 1940 instalaron su tienda insignia en el edificio 727 ubicado en la emblemática Quinta Avenida y en donde se mantiene hasta la actualidad.
La compañía fue vendida a Avon Products en 1978, sin embargo, tras las quejas de clientes que notaron una baja en cuanto a calidad y servicio, y luego de reconocer que no tenían mucho por aportar, decidieron venderla a un grupo de inversionistas liderado por William R. Chaney.
Para la década de los 90’s y pese a que se trataba de una compañía del segmento de lujo, se puso en marcha una campaña que buscaba mostrar a Tiffany como un producto más asequible. Se anunció que los precios de los anillos de compromiso con diamantes partían de los $850 dólares.
En esa década, específicamente en 1998, la compañía registró su característico color llamado Tiffany Blue. Años más tarde se asociarían con Pantone para estandarizar el color bajo el código “1837 Blue”, en alusión al año de su fundación.
En noviembre de 2019, LVMH inició el proceso de compra de Tiffany & Co., y tras varias disputas legales, en octubre de 2020 se concretó la adquisición.
Lo que muchos no saben, es que Tiffany & Co. ha estado involucrado en el diseño de varios objetos importantes y populares, tales como:
En 1877, Charles Lewis Tiffany, siendo ya todo un experto en joyería, compró un diamante amarillo de 287.42 quilates único en su clase. Un año más tarde, esta joya encontrada en Sudáfrica se cortó a a 128.54 quilates y se convirtió en todo un emblema para la compañía, uno que no está en venta.
Desde que lo adquirió el célebre joyero, este diamante solo ha sido utilizado por cuatro mujeres:
Desde Abraham Lincoln hasta Jimin de BTS, todos han caído en los encantos de Tiffany & Co., una joyería con mucha historia.