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La historia de mi mamá, su marca Bico Moda y de cómo inició su negocio a los 57 años

Es relativamente sencillo emprender de joven cuando estamos llenos de energía y las responsabilidades no nos ahogan, a diferencia de alguien que está cerca de la tranquila jubilación.

© Bico Moda vía Instagram

Conforme uno se va haciendo mayor hay cosas que son más difíciles de hacer por primera vez , y no tanto por la disminución de habilidades, sino más bien por el miedo a los riesgos. Por ejemplo, un niño que se sube a una bicicleta no piensa en los raspones en codos y rodillas que seguramente tendrá, sino en la experiencia que le traerá. Si se cae, lo más probable es que llore y que pronto se levante para pedalear de nuevo. Lo mismo pasa con emprender. Es relativamente sencillo hacerlo de joven cuando estamos llenos de energía y las responsabilidades no nos ahogan, a diferencia de alguien que está cerca de la tranquila jubilación.

Ese es el caso de Bico Moda y de su creadora, Margarita Pereira, “mi mamá”. Licenciada en Economía, maestra y docente universitaria por más de dos décadas (curiosamente en temas relacionados con estrategias de negocios), a sus 57 años apostó por emprender. En realidad, la decisión fue impulsada por sus tres hijas, pues ella no se atrevía a dar este paso. Como buena baby boomer tiende a buscar seguridad… y eso que son parte de una generación que tuvo como padres a exitosos empresarios y como descendientes a millennials que creen poderlo todo.

Su trabajo fijo es dar clases en grado universitario, aunque su verdadero talento es el diseño y la confección. Cuando mis hermanas y yo éramos pequeñas nos hacía vestidos espectaculares, pero crecimos y dejó este hobby, el cual retomó hace seis años, con la llegada del primer nieto. Fue entonces que compró una nueva máquina de coser, agujas y tijeras, y habilitamos un pequeño taller en la casa. El primer gran reto fue encontrar distribuidores de telas infantiles de calidad, pues en México hay pocos y suelen ser muy caros. Fue gracias a Google que dio con una pequeña empresaria en España, de la cual hoy importa buena parte de sus insumos y con quien ha creado una muy buena relación.

Imagen: Cortesía Bico Moda

Retomar esta actividad no sólo la ilusionó al grado de dormir diariamente pasadas las dos de la mañana cosiendo y tejiendo, sino que la impulsó a buscar tendencias y nuevos modelos. Invariablemente, conocidos y extraños preguntaban a mi hermana dónde había comprado tal o cual prenda que usaba alguno de sus hijos, a lo que respondía con orgullo “la hizo mi mamá”. De esta manera, descubrió una oportunidad en el mercado y empezó a hacer productos por encargo, principalmente para gente cercana. Conjuntos combinados para hermanitos, kits personalizados para recién nacidos, ropones de Bautizo, trajes para pajecitos, accesorios para carreolas, ranitas con el nombre del bebé… cosas casi imposibles de comprar en una tienda.

Este primer éxito llevó a la creación de una imagen comercial. El nombre elegido fue Bico Moda, y en el logotipo va acompañado de una ilustración de un Husky Siberiano. La razón es sencilla y totalmente sentimental: nuestra perrita se llamaba Bico, palabra gallega que significa “beso” y que hacía perfecto sentido con una marca infantil. A esto siguió la elección de cajas y bolsas, así como el diseño de listones y de las tarjetas de tallas con instrucciones de cuidado de la prenda. Cada uno de los elementos intenta mostrar que se trata de una experiencia personalizada y de suma atención a los detalles; incluso, lavamos la ropa con detergente especial para bebé, por lo que, al abrirlo, el empaque huele riquísimo.

Debido a que abrir un espacio físico es muy costoso y carecemos de un inventario suficiente para entrar en una tienda (pues la mayoría se hace por encargo y a la medida), el canal natural de ventas ha sido a través del sitio web , así como de Facebook e Instagram . La gran ventaja de estas plataformas es que podemos conocer los intereses de los usuarios y llegar a un público muy segmentado, algo especialmente importante para un negocio de nicho como este.

Imagen: Cortesía Bico Moda

Aunque se trata de una marca joven, nos hemos enfrentado a varias dificultades, entre ellas la pandemia, que generó un cambio en los hábitos de consumo y problemas para conseguir telas, pues durante algunos meses se suspendieron los envíos provenientes de España. Asimismo, en este corto tiempo nos hemos equivocado lanzando promociones y productos que fracasaron y participamos en bazares en los que apenas recuperamos la inversión. Como es de imaginarse, esto también ha generado dudas e inseguridades en su creadora, quien, como todo emprendedor, tiene momentos en los que desconfía de sí misma. Es cierto: han venido y vendrán numerosos desafíos para transformarla en un negocio profesional y rentable, pero la dedicación que le pone se refleja en cada producto, y eso lo valora el cliente.

En sus clases -que, debido a la pandemia, da por Zoom, lo que me permite muchas veces escucharla-, mi mamá alienta constantemente a sus alumnos a emprender e innovar. Ella, casi sin caer en la cuenta, lo está haciendo, a pesar de su edad y de cualquier otra limitación real, pero sobre todo imaginaria, que pudiera tener. Finalmente, su historia es una lección más de que somos nosotros mismos y no la edad ni el contexto quienes decidimos qué sí y qué no es posible.

Mamás emprendedoras