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18-07-2022, 12:57:26 PM

La historia de La Casa de Toño, ¿cómo nació el rey del pozole?

¿Sabías que la Casa de Toño inició como un puesto de guisados preparados sobre un sencillo anafre? Conoce la historia de esta cadena.

La Casa de Toño
La Casa de Toño © Google Maps

La historia de la Casa de Toño, una de las cadenas de comida más icónicas de la Ciudad de México, demuestra cómo el éxito emprendedor llega con el trabajo duro.

La Casa de Toño es uno de los restaurantes de comida mexicana más populares, ya que durante las últimas dos décadas han deleitado los paladares de sus comensales con platillos típicos como pozole y quesadillas. Su sazón única se traduce en un crecimiento constante de sucursales, -ninguna de ellas franquicias-, todas las cuales son socorridas a diario, incluyendo en horarios nocturnos.

El menú de la Casa de Toño es diverso, sin embargo, destacan sus pozoles, existiendo opciones para todo tipo de clientes. Hay desde el típico pozole con carne de cerdo, hasta opciones con pollo o vegetarianas. También ofrece todo lo necesario para acompañar el pozole estilo guerrerense (tostadas, lechuga, aguacate, etcétera).

Más allá de esta propuesta gastronómica, la cadena lleva en el nombre a su fundador y un trabajo de casi 40 años.

¿Quién es Toño? La historia de La Casa de Toño

Marco Antonio Campos “Toño” es una persona real y concreta que vivía en el barrio de Clavería en Azcapotzalco, Ciudad de México. Cuando tenía 18 años en 1983 estudiaba derecho, pero necesitaba dinero para continuar sus estudios.

Como miles de mexicanos antes que él, decidió abrir un negocio en su casa y armado con un anafre en su cochera, puso un puesto de garnachas. Su especialidad eran las quesadillas que freía en el anafre.

La casa matriz del restaurante era la casa familiar de los Campos, ubicada en la calle de Floresta 77 en Clavería. Inicialmente sólo se vendían tacos de guisados y quesadillas preparados por Toño, su madre, su abuela y Aurora, una amiga de la familia.

En realidad, Toño no quería tener un trabajo de oficina y la escuela no era para él. Decidió enfocarse en su puesto y contrató a una señora y a su hijo para que le ayudaran. Ella hacía los guisados y el joven era ayudante general. Hoy siguen trabajando en la cadena.

Imagen: Casa de Toño vía Instagram

Toño consiguió algunas mesas y sillas que colocó en su garaje y agregó recetas de su mamá al menú. Todas las mañanas iba a surtirse a La Merced a primera hora.

El pequeño y modesto restaurante primero se llamó “Las dos Poblanas”, sin embargo, por tratarse de un vecino reconocido, la gente del barrio comenzó a decir “Vamos a la casa de Toño”.

Campos eventualmente agregó un producto nuevo a su menú: el pozole. El éxito del producto fue tal, que Toño logró comprarles una casa a sus papás y remodeló la original para hacerla restaurante al que rebautizó como la Casa de Toño.

Expansión del pequeño negocio familiar

La Casa de Toño continuó sin darse abasto y las adaptaciones ya no fueron suficientes. Por ello, Antonio Campos decidió abrir nuevos espacios que desahogaran las filas que se hacían para comer un pozole en la sucursal de Clavería.

El emprendedor notó que una parte importante del éxito de su negocio era el servicio rápido y amable de sus meseros. Según el Growth Institute, hasta la fecha cada camarero pasa por una intensa y detallada capacitación para que pueda atender con precisión y rapidez. En promedio, lo más que se tarda una orden en llegar a la mesa es 7 minutos.

Toño aprendió a ir delegando para enfocarse en el negocio en las distintas áreas que necesitaba, pero la sucursal de Clavería sigue siendo el corazón de la empresa. Todas las noches un ejército de cocineros prepara los alimentos y los distribuye entre las demás sucursales durante la madrugada.

Imagen: Casa de Toño vía Instagram

Actualmente La Casa de Toño tiene 54 sucursales en la Zona Metropolitana del Valle de México y algunas de ellas están abiertas las 24 horas, los 365 días del año. Según Persat, la empresa que vende publicidad dentro de los locales, se abren 10 nuevas ubicaciones al año.

Hoy, los pozoles de la Casa de Toño son reconocidos nacional e internacionalmente. Donde se abre una sucursal la historia se repite y las filas vuelven a formarse para solicitar una mesa o para hacer un pedido para llevar. Los espacios cambian, pero la sazón y la materialización de los sueños continúan en cada plato que se sirve.

Con información de Rodrigo Osegueda y México Desconocido

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autor El equipo editorial de EMPRENDEDOR.com, que por más de 27 años ha trabajado en impulsar el emprendimiento.