



El COVID-19 forzó el cierre de un capítulo, o de varios. Las cosas que hacíamos antes de la pandemia no necesariamente son las mismas que vamos a querer hacer después. Es que la gravedad de la crisis sanitaria nos puso a todos a considerar cuestiones existenciales: cómo queremos vivir y trabajar, y qué decisiones vamos a tomar para mejorar nuestra calidad de vida, pasaron a ser la prioridad.
El trabajo -y la forma en la que trabajamos- es una de las cuestiones que más se transformó durante el último año y medio:
Todo esto ha dado origen a una tendencia que crece: renunciar al trabajo. El fenómeno fue bautizado “La Gran Renuncia” por Anthony Klotz , Profesor de Administración de la Universidad de Texas A&M. Lo apoyan las estadísticas: el Microsoft Work Trend Index acaba de revelar que 40% de las personas planea cambiar de trabajo durante 2021, y una encuesta de Monster agrega que 95% de los empleados de los Estados Unidos está considerando un cambio de ocupación.
Según los estudios de Klotz, la tasa de renuncia que se registra actualmente es la más alta desde que Bureau of Labor Statistics (BLS) comenzó a medir este índice en el año 2000. En su hipótesis, Klotz sostiene que muchos empleados se aferraron a su trabajo ante la incertidumbre que trajo la pandemia, pero que a medida que el tiempo fue pasando esos mismos muchos empezaron a cuestionarse cómo querían seguir.
La clave para atraer -y conservar- el talento en un mercado donde el empleado gana poder es ofrecerle flexibilidad . Porque, cuando la oficina dejó de ser el espacio al que se va todos los días, perdieron entidad los arreglos laborales por defecto y, en cambio, quedaron en evidencia las necesidades particulares de cada una de las personas que trabajan. En la escena post-COVID:
El fenómeno de “La Gran Renuncia” nos da la pauta de que estamos en transición hacia un modelo humanista que toma en cuenta las necesidades de los individuos. Y que hacer caso omiso de éstas afecta negativamente el ambiente laboral, lo que promueve más renuncias.
En este momento, las empresas se debaten entre qué modelo seguir. Mientras algunas aspiran a volver a los esquemas de trabajo pre-pandémicos, otras adoptan modelos híbridos que combinan la virtualidad y la presencialidad, y están también las que prefieren aprovechar la oportunidad para pasar a un esquema 100% remoto.
Las que ganarán en esta nueva realidad serán aquellas que no solo hayan sobrevivido la crisis, sino que también hayan rediseñado su manera de operar, contratar y colaborar. Para eso, es esencial apalancar la tecnología y tomar ventaja de soluciones que permitan hacerlo de una manera más eficiente y transparente.
En TransparentBusiness , sabemos que el trabajo es algo que se hace y no un lugar donde se va hace casi una década. Nuestras operaciones son 100% remotas- nunca hemos tenido oficinas físicas- gracias a nuestra solución de software, que hace posible que cualquier compañía de cualquier tamaño gestione sus equipos virtuales a distancia.
Asimismo, podemos dar fe de que nuestros marketplaces digitales de talento multiplican las oportunidades de empleo para miles de personas: SheWorks! y Yandiki son el puente que conecta a los profesionales con opciones en la nube, y permite a las empresas acceder y contratar el mejor talento en cualquier lugar del mundo.
“La Gran Renuncia” es una oportunidad para proponer una manera de trabajar más creativa, más libre y más feliz, diseñada a partir de las personas. Lo que señala este fenómeno es el fin de la era de los empleados anónimos y atrapados. Esta revolución demanda flexibilidad y equilibrio para vivir una vida mejor.