El mundo no va a cambiar. El mundo ya cambio. La velocidad con la que se crea y se distribuye conocimiento, la reducción de costos de transporte y comunicación a nivel internacional, una amplia apertura comercial global y el crecimiento de la fuerza laboral, aunado al control de producción y cadenas de suministro por parte de grandes corporativos; han creado un ambiente de competencia mundial mucho más demandante y acelerada que en el pasado.
Algunos países asiáticos se han especializado en crear productos y servicios variados y avanzados, logrando un crecimiento sostenido los últimos tiempos, mientras que América Latina se ha especializado en la producción de materia prima y algunos sectores de manufactura tradicional de bajo costo, lo cual no ha permitido que existan prospectos de crecimiento a largo plazo, dejando a la región en una desventaja contra los países de similares economías. Tanto económica como socialmente.
Países como China, Japón, Singapur, y Corea han estado trabajando en los últimos años de forma consciente para hacer del conocimiento un recurso estratégico, mientras que en América Latina seguimos enfocados en bajar costos, aumentar productividad y mejorar procesos, lo cual no será suficiente para transformar la economía y llevarla a los siguientes niveles de crecimiento comparables con países asiáticos. Es necesario entonces encontrar una nueva forma de hacer las cosas y para lograrlo debemos repensar la forma en la que vemos la economía.
En los últimos años, se ha hablado cada vez más de la economía del conocimiento en América Latina como un área de gran potencial para transformar las realidades la región que cuenta con una amplia cantidad de recursos humanos y una base tecnológica sólida y, por otro lado, con grandes retos que impactan directamente a la población, que requiere soluciones audaces y que aceleren los mercados, tales como la falta de infraestructura adecuada, la falta de acceso a servicios de salud de calidad y un importante impacto creado por el cambio climático especialmente en términos de agricultura, seguridad alimentaria y recursos hídricos.
La creación de soluciones a los problemas clave de la región mediante el uso de la tecnología será el puente que hace falta en la región para transitar desde una economía de capital y mano de obra hacia una basada en el conocimiento.
Además de las tecnologías tradicionales, existen áreas en la tecnología que deben ser exploradas no solo para la creación de nuevas soluciones, sino para iniciar la transformación consciente hacia una economía basada en conocimiento, tal es el caso del Deep Tech.
El Deep Tech es un término utilizado para describir tecnologías avanzadas y de vanguardia que se basan en investigaciones y descubrimientos científicos y tecnológicos. Estas tecnologías incluyen inteligencia artificial (IA), robótica, biotecnología, física cuántica y nanotecnología.
En los últimos 10 años, hemos visto un gran aumento en la inversión y el interés en las tecnologías Deep Tech. Esto se ha debido en gran parte al aumento en la capacidad de procesamiento de datos y la mejora en las tecnologías de aprendizaje y comunicación. Esto ha permitido el desarrollo de aplicaciones prácticas de estas tecnologías en una variedad de industrias, incluyendo la salud, la energía, la manufactura y los servicios financieros.
Algunas ideas para explorar cómo las soluciones de Deep Tech en las áreas de infraestructura, salud y cambio climático que pueden contribuir a la transición hacia una economía del conocimiento en América Latina son las siguientes:
Es importante destacar que, según el Banco Mundial, para lograr una economía del conocimiento sólida en América Latina, es necesario un esfuerzo conjunto de diferentes actores basado en cuatro pilares:
1) Sistema de educación y capacitación continua
2) Sistema de innovación y emprendimiento,
3) Desarrollo de infraestructura tecnológica y acceso a información
4) Políticas y regulaciones adecuadas para asegurar un uso ético y sostenible de las tecnologías de Deep Tech
Aunado a esto, al acceso a inversión de riesgo que permita a los investigadores, emprendedores y científicos comercializar las soluciones de forma masiva es crucial para lograr convertir el conocimiento en un recurso estratégico para los países.
Es el momento para que los emprendedores y el ecosistema emprendedor de América Latina tomen acción y aprovechen las oportunidades que ofrece la transición hacia una economía del conocimiento. Los emprendedores y startups en la región tienen un papel crucial en el desarrollo de soluciones de Deep Tech en áreas clave y ser los actores claves en esta transformación de alto impacto en la región.
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