



En la prefectura de Tokushima, en Japón, se encuentra Kamikatsu, un montañoso poblado que ha ganado reconocimiento en el orbe por su innovador sistema de gestión de residuos. Con apenas poco menos de mil 500 habitantes, su comunidad ha impulsado un eficiente modelo de sostenibilidad con un programa que busca alcanzar el objetivo de “cero residuos”.
Desde el 2003, los residentes de Kamikatsu separan meticulosamente su basura en 45 diferentes categorías, una práctica que les ha permitido reciclar más del 80% de los residuos generados. La cifra es significativamente superior al promedio nacional de país del sol naciente, lo que lo posiciona como un referente en gestión ambiental y economía circular a nivel mundial, señala Nippon.
Todo inició cuando ese poblado, mismo que quemaba toda su basura en vertederos, recibió una advertencia de las autoridades: o cerraban sus dos incineradoras, que provocaban una fuerte ola de contaminación, o serían sancionados.
Kamikatsu empezó un arduo trabajo que se resume en la frase “si lo separas, es un recurso; si lo mezclas, es basura”, la cual llevan a la práctica diariamente junto con la implementación de actividades que fortalecen su modelo sostenible. Por ejemplo, fomentar con subsidios el compostaje de residuos orgánicos para la producción de abono, o habilitar y tiendas de segunda mano, donde la gente puede intercambiar o reutilizar objetos.
Las citadas acciones no solo han hecho que la cantidad de basura disminuya, sino que también se generen beneficios económicos en el poblado, al promover la reutilización y el ahorro de recursos.
Uno de los pilares fundamentales del sistema de reciclado en este pueblo es el compromiso colectivo. Los habitantes de Kamikatsu asisten regularmente a talleres y actividades educativas para aprender cómo separar y manejar los residuos correctamente. El nivel de cooperación de la comunidad refleja su conciencia social en la lucha contra el cambio climático.
Además, las autoridades locales han habilitado centros de reciclaje donde los ciudadanos depositan sus desechos y reciben asesoramiento para garantizar el cumplimiento de las normas. El lugar donde se recicla más del 80% de los residuos producidos en este pequeño poblado se llama Zero Waste Center y fue diseñado por el arquitecto Hiroshi Nakamura, relata Japan Tavel, tras afirmar que esta construcción sostenible fue una de finalistas de los premios Dezeen 2021, que organiza una de las revista de diseño más populares a nivel mundial.
La meticulosa clasificación de residuos requiere tiempo, esfuerzo y una infraestructura bien organizada, lo que podría ser un poco difícil de replicar en áreas más grandes o urbanizadas. Algunos habitantes del pacífico y limpio poblado han señalado que están conscientes de que su sistema de reciclaje funciona bien por la poca población que tienen, pero no están seguros de si en ciudades más grandes podría llevarse a cabo con el mismo éxito, según ha revelado la agencia Swiss Info.
Para las y los emprendedores, este caso puede ser una fuente de inspiración para desarrollar negocios que promuevan la economía circular, la gestión eficiente de recursos y soluciones innovadoras en sostenibilidad. Si algo enseña este pequeño pueblo al suroeste de Tokio, es que la innovación no depende del tamaño, sino de la visión y acción colectiva.