Con el avance de la tecnología, la gran capacidad de gestión y procesamiento de datos, la relación entre humanos y máquinas se ha visto no solo rediseñada sino también mejorada y aumentada.
Los dispositivos digitales están cada vez más en nuestro propio cuerpo. Ya no solo se trata de los teléfonos inteligentes que parecen ser una extensión de nuestras manos, sino que ya podemos agregar a ello dispositivos múltiples que aumentan nuestros sentidos:
Las gafas inteligentes, con las que podemos acceder a información de la red y también permiten aumentar la realidad; los auriculares inteligentes (herables), que presentan una oportunidad sin precedentes para la innovación en la convergencia de audio personalizado y tecnología de bienestar; los cascos de realidad virtual (Oculus, Hololens, Google Cardboard) de uso extendido en video juegos y cada vez más presentes en simuladores para el entrenamiento y la educación (de más actualidad debido a la explosión del metaverso y sus aplicaciones futuras en el ocio, el entretenimiento y el aprendizaje); los relojes inteligentes o las pulseras digitales; incluso los más recientes smart rings con aplicaciones tan que van más allá del fitness y que abren un mundo de posibilidades en torno a la salud, la prevención y la tecnología del bienestar.
Con todos estos “weareables” (tecnología que se usa en el cuerpo humano y que interactúa con otros aparatos para transmitir o recoger algún tipo de datos) crecen rápidamente las actividades en las que se exploran y aprovechan las posibilidades de interacción entre el cuerpo humano y sus dispositivos.
Todavía más, al considerar ya no solo los dispositivos externos que llevamos puestos sino también la cada vez más cercana posibilidad de tener dispositivos insertados, crecen las expectativas de acercarnos a eso que algunos científicos y tecnológos ya han definido como la humanidad aumentada, los humanos híbridos o las personas 2.0.
¿Qué es la Humanidad Aumentada? Dado que el ámbito de investigación sobre el tema se encuentra en una fase de desarrollo temprano, ahora mismo no contamos con una definición única. Desde distintos ámbitos de las ciencias básicas y aplicadas como la neurociencia, la computación, la computación cuántica, la ingeniería, la robótica, la inteligencia artificial, la biomedicina, etc. se ha venido trabajando a propósito de aquellos dispositivos que pueden modificar las capacidades humanas incluso más allá de sus límites naturales.
Con el avance de la tecnología, la gran capacidad de gestión y procesamiento de datos, la relación entre humanos y máquinas se ha visto no solo rediseñada sino también mejorada y aumentada. De ahí que podamos contar ya con una propuesta de definición que se recoje desde la investigación en varios de los ámbitos arriba citados:
“La humanidad aumentada es la tecnología de integración humano-computadora que propone mejorar la capacidad y la productividad cambiando o aumentando los rangos normales de la función humana, a través de la restauración o extensión de las capacidades humanas físicas, intelectuales y sociales.”
Guerrero et al., 2022
Ahora bien, la humanidad aumentada también es un campo interdisciplinario que aborda métodos, tecnologías y sus aplicaciones para mejorar las capacidades sensoriales, de acción y/o cognitivas de un ser humano. Esto se logra a través de tecnologías de detección y actuación, fusión y fisión de información y métodos de inteligencia artificial (IA) (Raisamo et al., 2019).
Ámbitos de aplicación de la humanidad aumentada
En términos generales, las aplicaciones asociadas a la idea de humanidad aumentada se pueden organizar, de acuerdo con Raisamo en tres grandes ámbitos:
- Los sentidos
Los sentidos o la percepción aumentada se logra interpretando la información multisensorial disponible y presentando contenido al ser humano a través de los sentidos seleccionados. Se refiere a la posibilidad de aumento de la visión, la audición, las sensaciones hápticas, el olfato e incluso el gusto.
Aquí podemos incluir los sistemas de realidad aumentada, realidad virtual, la tecnología háptica (también conocida como comunicación cinestésica y que se refiere a cualquier tecnología que pueda crear una experiencia de tacto mediante la aplicación de fuerzas, vibraciones o movimientos al usuario).
Incluso el sentido del olfato mejorado se puede lograr midiendo o produciendo aromas. El sentido del olfato humano también se puede aumentar mediante la producción de olores artificiales agregando experiencias agradables, por ejemplo, a la realidad virtual.
- La acción
La acción / movilidad aumentada se refiere, básicamente, al aumento motor, de la fuerza y el movimiento. Los primeros ejemplos de aumento de la acción humana estaban relacionados con las prótesis para restaurar algunas de las capacidades de una extremidad amputada.
Recientemente, las nuevas tecnologías digitales han permitido aumentar la acción de manera que se aumentan los límites sensoriales y motores naturales del ser humano. Por ejemplo, los exoesqueletos permiten que las personas paralizadas caminen sobre pies robóticos.
Los exoesqueletos y las soluciones de amplificación de potencia de dos brazos son útiles en una variedad de tareas que tradicionalmente realizan los humanos pero que aún no pueden automatizarse por completo porque requieren inteligencia humana. Un caso de uso potencial es la manipulación manual de mercancías en la que los exoesqueletos permiten a los seres humanos levantar objetos más pesados y reducir la presión en la zona lumbar. Un ejemplo es el exoesqueleto Cray X.
- La cognición
La cognición aumentada, se refiere a la detección del estado cognitivo humano, el uso de herramientas analíticas para hacer una interpretación correcta del mismo y la adaptación de la respuesta de la computadora para que coincida con las necesidades actuales y predictivas del usuario.
La cognición aumentada ha sido un campo de investigación multidisciplinario que combina la experiencia de la psicología cognitiva, la neurociencia, la informática, la ingeniería y el ámbito de la Interacción Humano-Computadora (HCI, por sus siglas en inglés).
La cognición aumentada puede respaldar el procesamiento de información humana, la memoria de trabajo y la atención. La cognición aumentada también se ha utilizado para ayudar a los pacientes que sufren lesiones cerebrales leves y mejorar el aprendizaje y la memoria.
El futuro humano
Las implicaciones de “convertirnos en híbridos” o ser “humanos aumentados” son múltiples e impactarán en distintos ámbitos de nuestras vidas: el acceso a la información, la participación en actividades desarrolladas en el ámbito digital, los temas éticos, de gestión de la privacidad, etc. A todas luces es claro que, al hablar de personas aumentadas, estaremos hablando del impredecible cúmulo de aspectos no solo relevantes sino también polémicos desde los ámbitos científicos, médicos, sociales, éticos, políticos, económicos, educativos e incluso laborales.
De acuerdo con varios autores, las primeras aplicaciones futuras importantes podrían ser, por ejemplo, para enviar información del cerebro hacia fuera: para escribir mentalmente o para traducción simultánea. Aunque el verdadero impacto llegará, dicen muchos expertos, cuando hablemos de tecnología implantada que permita gestionar la información de ida y vuelta.
Llegados a ese punto, el tema central será que vamos a conectar el cerebro a sistemas de computación externos. La privacidad de nuestros pensamientos puede que esté en cuestión y puede que haya oportunidades de manipulación. Anticipando ese futuro, tendremos que participar desde los estados, los gobiernos, las instituciones, las universidades y las empresas para diseñarlo, guiarlo y regularlo.
Ahora mismo diversas modalidades de tecnologías pueden actuar como mediadores para el aumento humano. En los últimos años, la realidad aumentada y las tecnologías de interacción multimodal, gracias al paradigma de su desarrollo exponencial, han permitido formas no invasivas de aumentar la capacidad humana.
Todavía más, las extensiones humanas portátiles no invasivas y fáciles de usar (wearable computing) permitirán alargar la vida activa de los ciudadanos mayores o apoyar la plena inclusión de las personas con necesidades especiales en la sociedad, por ejemplo.
El reto es enorme y lo será todavía más en un futuro potencial de personas aumentadas, quizás debemos afrontarlo ayudando a las personas para que desarrollen determinadas capacidades que les permitan construir a su alrededor su “más” personal, su propio entorno para un programa que evolucione junto con ese entorno.
Hemos de ser capaces de ayudar a las personas a actuar como agentes activos para la construcción de su entorno de ayuda distribuida no solo de personas sino también de tecnologías de tal manera que los ordenen o modifiquen para convertirlos en verdaderos socios de su cogninción y ganar así ventajas en sus ámbitos de desarrollo personal, profesional, laboral, etc.
Para terminar, es relevante que, al respecto del futuro de la humanidad aumentada, volvamos a la idea básica de las capacidades humanas que serán más relevantes que nunca. En el debate que plantea Yuval Noa Harari a este respecto, y que él identifica como el reto de la humanidad hackeada, aparece la necesidad de repensar qué habilidades deberíamos priorizar.
De acuerdo con este filósofo, algunas de las capacidades que deberíamos desarrollar son, por ejemplo: resiliencia, aprendizaje permanente, estabilidad mental e inteligencia emocional. En suma, desarrollar nuestras capacidades humanas para ser aprendices permanentes y gestionar el cambio continuo. Quizás esta sea la verdadera posibilidad de la humanidad aumentada.