



En la aviación comercial, la seguridad es una prioridad absoluta, pero incluso los protocolos más estrictos pueden verse puestos a prueba en situaciones inesperadas. El pasado 6 de mayo de 2025, el vuelo VB755 de Viva Aerobus, que cubría la ruta Miami-Mérida, enfrentó una emergencia poco común: una falla crítica en uno de sus motores mientras sobrevolaba el Golfo de México.
A bordo viajaban 215 pasajeros y tripulantes, cuyas vidas quedaron en manos del capitán Roger Alonso Castillo Rivas. Con temple y profesionalismo, el piloto activó los protocolos de seguridad, apagó el motor dañado y notificó a la torre de control su decisión de realizar un aterrizaje de emergencia en La Habana, Cuba.
La maniobra, ejecutada con precisión, evitó una tragedia y permitió que el avión aterrizara sin heridos. La acción fue reconocida por autoridades y pasajeros, quienes calificaron al capitán Castillo como un verdadero héroe ciudadano. Esta historia, más allá del susto, es un ejemplo de liderazgo, preparación y trabajo en equipo en la aviación mexicana.
El vuelo VB755 transcurría con normalidad hasta que la tripulación detectó una anomalía en uno de los motores del Airbus A321-271NX. Según el capitán Castillo, la falla fue tan específica que solo los indicadores en cabina alertaron del problema. Los pasajeros, por su parte, no percibieron ninguna alteración inmediata.
“Por estadística, necesitas ocho vidas laborales para tener una emergencia como esta. Es cero común en la aviación”, relató el piloto en entrevista para El Financiero, destacando la rareza del incidente.
Tras unos segundos de parálisis, el capitán entró en modo alerta y aplicó los protocolos de Viva Aerobus: apagó el motor afectado para evitar daños mayores y se comunicó con la torre de control. La decisión fue clave para evitar un incendio o una falla catastrófica.
“Es como si corres tu vehículo sin aceite”, comparó Castillo. El avión, diseñado para volar con un solo motor, mantuvo su estabilidad, lo que permitió a la tripulación enfocarse en la seguridad de todos a bordo. El capitán informó a los pasajeros sobre la situación solo cuando la emergencia estaba bajo control, priorizando la calma y el control de la cabina.
El éxito del aterrizaje de emergencia no fue solo mérito del capitán. Castillo subrayó la importancia de la coordinación con la tripulación, quienes siguieron los procedimientos al pie de la letra.
“Toda la tripulación hicimos un buen trabajo. Y pues los resultados están en que gracias a Dios pudimos aterrizar el avión con éxito en La Habana”, aseguró.
El desafío no solo fue técnico, sino también emocional. Mantener la calma entre los pasajeros, quienes notaron que el destino final no era Mérida, fue fundamental para evitar el pánico. Tras el aterrizaje, la tripulación realizó los procedimientos ante las autoridades cubanas y, en un momento de alivio, Roger bromeó sobre salir a buscar un puro para celebrar la vida.
El profesionalismo y la serenidad demostrados en la cabina fueron reconocidos por los pasajeros y sus familias, quienes agradecieron públicamente la pericia del capitán. Comentarios en redes sociales y medios nacionales resaltaron la valentía y el temple del equipo de Viva Aerobus.
El acto heroico de Roger Alonso Castillo no pasó desapercibido. La alcaldesa de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, le otorgó el reconocimiento ‘Valor Meridano’ por su temple y liderazgo en una situación crítica.
Según recoge el mismo medio, Castillo es originario de Ciudad del Carmen, Campeche, es Técnico Superior Universitario en Piloto Aviador y cuenta con más de ocho años de experiencia en la industria aeronáutica. Desde 2023, funge como capitán en Viva Aerobus, donde asumió el mando de un Airbus A320 en sus primeros meses en la aerolínea.
La emergencia representó el mayor reto de su carrera, superando incluso las situaciones vividas en su etapa universitaria. Durante el incidente, Castillo experimentó momentos de angustia y llegó a enviar un mensaje de despedida a su familia, consciente del riesgo que enfrentaba.
El reconocimiento social y profesional recibido tras el aterrizaje es testimonio de la confianza que inspira su liderazgo y preparación. Para empresarios y profesionistas, esta historia es un recordatorio de la importancia de la toma de decisiones bajo presión y del valor del trabajo en equipo en situaciones límite.
La historia del capitán Roger Alonso Castillo y su tripulación es un ejemplo inspirador de liderazgo, preparación y humanidad en la aviación mexicana. Su capacidad para mantener la calma, aplicar protocolos y coordinar esfuerzos salvó la vida de 215 personas y evitó una tragedia mayor.