



En una reciente decisión que ha generado controversia, Google anunció que, en cumplimiento con una orden ejecutiva del presidente Donald Trump, cambiará el nombre del “Golfo de México” a “Golfo de América” en su plataforma Google Maps para usuarios en Estados Unidos.
El presidente Trump firmó una orden ejecutiva que instruye a las agencias federales a referirse al Golfo de México como “Golfo de América”. Según El País, esta medida forma parte de una serie de acciones destinadas a enfatizar símbolos y nombres que refuercen la identidad nacional estadounidense.
Google, siguiendo su política de reflejar las designaciones oficiales en sus servicios, anunció que actualizará Google Maps para mostrar “Golfo de América” a los usuarios en Estados Unidos una vez que el Sistema de Nombres Geográficos de EU realice la actualización correspondiente.
Para los usuarios en México, el nombre permanecerá como “Golfo de México”, mientras que en otras regiones se mostrarán ambos nombres.
La decisión ha generado diversas reacciones a nivel internacional. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió de manera irónica, indicando que el Golfo de México seguirá llamándose así en el país. Además, entidades como la Organización Hidrográfica Internacional y el Grupo de Expertos en Nombres Geográficos de Naciones Unidas no han reconocido el cambio, por lo que es improbable que tenga consecuencias a nivel global.
Este no es el primer intento de cambiar nombres geográficos por motivos políticos o culturales. Anteriormente, el presidente Trump también ordenó que la montaña Denali en Alaska volviera a llamarse Monte McKinley, revirtiendo una decisión de la administración anterior.
Este tipo de cambios plantea desafíos para las empresas tecnológicas que ofrecen servicios globales. Deben equilibrar las designaciones oficiales de los gobiernos con las convenciones internacionales y las expectativas de los usuarios en diferentes regiones.
Google ha indicado que su práctica es reflejar los nombres oficiales según las fuentes gubernamentales del país correspondiente.
Aunque la decisión de renombrar el Golfo de México a “Golfo de América” ha generado debate, su impacto práctico es limitado. El cambio se aplicará principalmente en plataformas y comunicaciones oficiales dentro de Estados Unidos, sin afectar las denominaciones utilizadas en otros países o en organismos internacionales.